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Merkel y sus socios liberales bajarán los impuestos en 24.000 millones

La reducción beneficiará a las familias con hijos y a las rentas medias

La futura oposición socialdemócrata tachó de "salida nula" el pacto de coalición presentado ayer por democristianos y liberales alemanes, mientras que la patronal se felicitó por "la buena dirección" del futuro Gobierno. El párrafo más controvertido del acuerdo entre el partido de la canciller, Angela Merkel (CDU), sus aliados bávaros (CSU) y los liberales del FDP prevé una bajada de impuestos "a ser posible" a partir de 2011, que reducirá la recaudación del erario público hasta en 24.000 millones de euros anuales en concepto de IRPF, Sucesiones y Sociedades. Para 2010, el acuerdo, cuya firma está prevista el lunes, cifra la reducción en 21.000 millones de euros entre las rebajas pactadas y el aumento inmediato de las ayudas familiares.

La canciller no aclaró cómo piensa cuadrar los recortes con un mayor gasto
Los liberales han forzado una reforma de la Seguridad Social
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Moderadora Merkel

La canciller compareció ante la prensa por la mañana, escoltada por su futuro vicecanciller y ministro de Exteriores, Guido Westerwelle (FDP), y por el líder de la CSU y primer ministro de Baviera, Horst Seehofer. Las negociaciones se habían prolongado hasta entrada la madrugada. El contrato presentado rebosa de buenas palabras y de imprecisiones como el "a ser posible" de la rebaja propuesta. El ambicioso plan de democristianos y liberales no es, según la canciller, un tercer programa de reactivación económica, sino que "completa" los dos programas anteriores.

Sin embargo, no queda claro cómo pretenden compaginar la gran rebaja con otros aspectos del programa, como el aumento del pago mensual por cada hijo o la mejora del subsidio de desempleo. Westerwelle, visiblemente animado por el reciente éxito electoral que le llevará al Ministerio de Exteriores, insistió con Merkel en que las rebajas fiscales fortalecerán el crecimiento económico después de la crisis.

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Teniendo en cuenta el tamaño del déficit y la deuda pública, el crecimiento que pronostican los tres políticos tendría que ser considerable. Si las cuentas no salen, se acumulará una montaña de deuda de difícil saldo, que pondría en aprietos al Gobierno.

Merkel, Westerwelle y Seehofer no dan la impresión de haberse ganado estima en las tres semanas de negociaciones de coalición. En la prolongada rueda de prensa, la canciller demostraba su paciencia proverbial cada vez que Westerwelle le pedía o le quitaba la palabra con un "si me permite". Seehofer sonó irritado cuando, haciendo resonar la "r" a la manera bávara, asintió -richtig!, (¡cierto!)- tras una de sus muchas apostillas. El futuro ministro de Exteriores pareció enrojecer por un momento, pero el formidable 15% que obtuvo con el FDP en las elecciones del 27 de septiembre le permiten ignorar estas cosas. El peso liberal en el futuro Gobierno ya ha dejado su impronta en el pacto de coalición. Además de la rebaja fiscal, los liberales han forzado una reforma de la Seguridad Social en 2011, que redundará en un mayor coste para los asegurados y, probablemente, en la supresión del fondo común para las mutuas aseguradoras. La reforma beneficiará a los seguros privados, y los críticos creen que aumentará las desigualdades respecto a la sanidad.

El líder liberal desestimó como un "truco de oposición" las críticas que apuntan a que la indefinición de los asuntos financieros y de sanidad se deban a la próxima campaña electoral en el importante Estado de Renania del Norte-Westfalia, gobernado por democristianos y liberales. Las elecciones serán en mayo de 2010, antes de que entre en vigor la polémica reforma sanitaria y sin que, de momento, esté claro cómo se va a enfrentar Alemania al coste fiscal de las medidas anunciadas.

Para las familias, en cualquier caso, el pacto va a traer beneficios inmediatos con el incremento del pago mensual por el cuidado de cada hijo y el aumento de las desgravaciones. No obstante, Merkel no quiso comprometerse ayer a congelar las contribuciones de los seguros de desempleo y otros gastos sociales.

El segundo Gobierno de Merkel, que sustituye en el Gabinete a los socialdemócratas del SDP por los liberales, ha acordado además prolongar la vida de las centrales nucleares y anular la moratoria del polémico cementerio nuclear de Gorleben. Son medidas impopulares que puede causarle quebraderos de cabeza en los próximos cuatro años.

Los democristianos no cedieron a las aspiraciones liberales de abaratar el despido. En cuanto a la política exterior de Westerwelle, ayer hizo hincapié en su promesa electoral de pedir "la retirada de las armas nucleares" de Alemania. Estas bombas de la OTAN, reliquia de la Guerra Fría, siguen guardadas en lugares secretos.

Angela Merkel posa junto a Guido Westerwelle (izquierda) y Horst Seehofer, ayer en Berlín.
Angela Merkel posa junto a Guido Westerwelle (izquierda) y Horst Seehofer, ayer en Berlín.EFE

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