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EL RINCÓN

Manuel Rivas, "a la manera de Chaplin"

Si Manuel Rivas (A Coruña, 1957) tuviera que elegir un lugar para escapar del mundanal ruido no elegiría la isla desierta o el rincón bucólico de la montaña en el que muchos pueden pensar, él escogería una pequeña sala del Museo del Prado en la que se encuentran cuadros de pequeño formato de pintores como Corot, Degas o De Nittis. Seguramente hay algún vínculo entre esa elección y la búsqueda del escritor por lugares especialmente íntimos para trabajar. "Me gustan mucho los rincones y por eso incluso dentro de mi propia casa tengo un pequeño espacio, una especie de cueva en la que suelo refugiarme para escribir", explica Rivas, quien vive en un piso alto cercano a la céntrica plaza de María Pita en A Coruña. Sin embargo, ese refugio no le impide moverse para conocer otros lugares y realidades. "El escritor debe hacer dos cosas: escribir y andar, pero hacerlo a la manera de Chaplin, como un vagabundo", señala. Frente al tópico que indica que el escritor y sobre todo el poeta encuentra la inspiración en la naturaleza o en las personas y cosas que le rodean, Rivas prefiere la soledad de un espacio íntimo para construir sus libros y artículos. Eso no significa que no aproveche la cercanía de su casa a la costa para escaparse en cualquier momento a los acantilados cercanos y respirar el perfume del mar. Su vida y su obra siempre tienen en el paisaje costero una de sus referencias, de ahí que esa cueva en la que se refugia para escribir tenga también cosas que recuerdan al camarote de un barco: "Ahí tengo libros y maletas, y también guardo pequeños objetos, fotos, dibujos, conchas marinas...". Aunque no le ha quedado más remedio que familiarizarse con las nuevas tecnologías, a Rivas sigue gustándole escribir a mano y tiene muchos cuadernos abiertos con apuntes. El autor, cuyo guión Todo es silencio se rueda estos días en Galicia dirigido por José Luis Cuerda, confiesa un cierto fetichismo con los elementos relacionados con la escritura. Usa distintas tintas y a veces recurre a la máquina de escribir, sobre todo para componer poesía: "Me gusta la resistencia que ofrecen las teclas a los dedos". Rivas, escritor y también activista que siempre se ha distinguido por su compromiso con las causas en las que cree, considera que el oficio de escribir es también "un espacio de lucha" y que el papel puede llegar a convertirse en un cuadrilátero. "Nunca he tenido miedo a la página en blanco, pero hay momentos en que el papel puede llegar a convertirse en el rival al que el boxeador se abraza a pesar de que ha recibido de él un duro castigo".

"Ahí tengo libros y maletas, y también guardo pequeños objetos, fotos, dibujos, conchas marinas...", cuenta Manuel Rivas sobre el lugar en el que escribe.
"Ahí tengo libros y maletas, y también guardo pequeños objetos, fotos, dibujos, conchas marinas...", cuenta Manuel Rivas sobre el lugar en el que escribe.GABRIEL TIZÓN

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