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Crítica:Jorge Barbi | ARTE | Exposiciones
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Mapa de mi mismo

El mensaje "estoy perdido, no me retenga", que recibe a los visitantes de esta exposición grabado sobre una boya, se pronuncia como manifiesto y resumen estético de Jorge Barbi (A Guarda, Pontevedra, 1950), punto de partida y también de pérdida, símbolo de identidad, de naturaleza. Pero su relato comienza cuando otra boya idéntica fue lanzada al mar, el 25 de enero de 1995, desde un barco de pesca a 500 millas al norte de las Azores. La sensación de deriva, de carencia, de encontrarnos frente a componentes que sintetizan acción, compromiso y diálogo con el territorio, con la vida, forma parte de su característico modo de trabajar. Su producción, que comienza en la década de los ochenta, pronto se singulariza desde parámetros relacionados con el tiempo, la poética, los lugares, la biografía, en una contundente filosofía de correspondencia directa, sensata, con el paisaje cotidiano. Jorge Barbi camina, recolecta y registra, se aleja de las modas, de las exigencias demandadas, para reconocerse construyendo un proyecto conceptual de observación y análisis, de azar, de encuentros. Una trayectoria que comprendemos al modo de mapa esbozado silenciosamente, de topografía localizada en el espacio litoral donde vive y trabaja. Laboratorio y energía. De ahí que el título de la exposición delate ese punto geográfico concreto: 41º 52' 59" latitud N / 8º 51' 12" longitud O.

Jorge Barbí

Marco. Príncipe, 54. Vigo

Hasta 14 de febrero de 2010

Esta exposición ofrece un mapa que se convierte también en registro, que acompaña al visitante en sucesivos momentos, en escalas de soportes y medios a través de las diferentes salas. Pero no presenciamos una muestra retrospectiva. Se compone un proyecto que retrata la producción de Jorge Barbi desde una mirada cómplice que revela sus principales constantes. Siempre el tránsito, el paisaje. Desde la poética del objeto encontrado, que conforma en esculturas (Reconstrucción, 1989), hasta presencias o acciones descubiertas, tanto en una Senda de caballos (1987) en el monte como en Espumas (2007) sobre las rocas. Juan de Nieves, comisario de esta exposición, recurre a una estrategia de rotar, relacionar caminos narrativos, volver a subrayarlos en la importancia en su momento, pero, principalmente, actualizándolos buscando su respuesta conjunta con nuevos vínculos, en una lectura crítica, observando producciones de tiempo prolongado, como sucede en Diluculum (1995- 2009) o en la sugerente instalación Esperanza de vida animal (2004-2009). Resulta especialmente productiva la estructura de itinerarios pensados en hábiles giros temáticos, vinculando y recomponiendo obras, retroalimentándolas en paisajes releídos, archivados. Así, se apuesta por la dimensión de "registro de descubrimientos", de obsesiones, visiones, que resume la intervención Archivo de imágenes (1976-2009).

Su mapa narra también las acciones concretas, los proyectos sobre, desde, el paisaje. La estrategia se vuelve fotográfica, evita las tácticas habituales, fusiona experiencia y cultura, rebusca en los márgenes, que observamos en Pasto de vacas (1993), para acentuarse en las series de los últimos años, donde la fotografía domina como modo de atrapar, cuando se afirma temporalidad, azar, persistencia.

Esta muestra, magníficamente pensada, reconoce a un autor imprescindible en la creación de los últimos veinte años, constructor de un proyecto de búsquedas y encuentros, de vida, de resistencia.

<i>Diluculum</i> (1995-2009), esfera de madera e instalación de Jorge Barbi.
Diluculum (1995-2009), esfera de madera e instalación de Jorge Barbi.ENRIQUE TOURIÑO

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