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Mujeres en primer plano

Las vidas de las otras

Blanca Portillo. Candidata al Goya a la mejor actriz por Siete mesas de billar francés

Viene de Venecia, donde se ha dado uno de sus particulares autohomenajes tras un año sin bajarse del escenario. Un lugar maravilloso, un hotel espléndido, una mujer sola "cargando baterías" para el próximo atracón de trabajo. Y de placer. Esta actriz de 44 años, en plena "época de cosecha" tras cinco lustros de carrera, ama su oficio hasta la adicción. Tiene el vicio de vivir las vidas de otras. Como la de Charo, la viuda sin papeles, sin dinero y sin futuro que se reinventa un porvenir en Siete mesas de billar francés. Semejante metamorfosis ya le reportó la Concha de San Sebastián. Una victoria "agridulce" que dejó sin premio a su compañera de reparto, Maribel Verdú. Los Goya las vuelven a poner frente a frente. "Ésta es la tuya", le dice Portillo a Verdú en el rincón donde ambas fuman a escondidas. Los premios halagan, pero no alimentan. El rodaje de Los abrazos rotos, lo nuevo de Almodóvar, la espera. Ya está metida en su papel. Hasta el cuello. "Qué bestia Pedro, qué cabeza. Me ha escrito una cosa tremenda. Un poquito más fácil y tampoco pasaba nada".

Eterna nominada

Maribel Verdú. Candidata al Goya a la mejor actriz por Siete mesas de billar francés

"Pondré cara divina y me romperé las manos aplaudiendo a la ganadora". Verdú, la madre sola que apechuga con todo y con todos en Siete mesas de billar francés, ni se plantea hacerse con el Goya. El hecho de que ésta sea la quinta nominación de una actriz de 37 años que empezó a actuar sin haber cumplido los 14 no aumenta sus opciones, estima ella. "Éste es el año de Belén Rueda", augura señalando a la aludida, la tercera fumadora clandestina en el estudio donde se retratan las candidatas. Pero eso no quita para que 2007 haya sido su año triunfal. Empezó con la resaca de las unánimes alabanzas a su papel en El laberinto del fauno. Continuó con la sucesión de cuatro películas con su nombre en cartel: El niño de barro, Oviedo Express, La zona y Siete mesas de billar francés. Y acabó con un contrato para protagonizar Tetro, el nuevo filme del "maestro" Coppola.

"¿Te parece poco premio"?, espeta. Pero sus ojos la delatan. Le gustan las sorpresas.

Del infierno al cielo

Belén Rueda. Candidata al Goya a la mejor actriz por El orfanato

Noche del 21 de diciembre de 2007, gala de clausura de la gira de Closer en el teatro Principal de Alicante. Belén Rueda abre compuertas. "Me hinché a llorar. Me acordaba de cuando representaba allí los ballets que montaba mi madre. Jamás imaginé que iba a ver la platea en pie". Acababa un año de alto riesgo. Una escalada sin red a la edad "42 años" en que otras están de capa caída. Para ello voló del cálido nido de la televisión, se bregó en las tablas del teatro con esa obra sobre soledad urbana y se puso a las órdenes de un director primerizo que le ofrecía una historia de maternidad, amor y muerte. Rueda es el alma atormentada de El orfanato. Su viaje al infierno ha sido la travesía más vista de la historia del cine español. Ella, que ganó el Goya a la actriz revelación por Mar adentro a los 39 años, ha correspondido dando la cara por la película por tierra, mar y aire. En primavera se embarca en el rodaje de El mal ajeno, de Óscar Santos. Otro debutante. Produce Alejandro Amenábar, el mago de Mar adentro. Los riesgos ahora son calculados.

El poder del deseo

Flora Martínez. Interpreta a Milena, una prostituta en Canciones de amor en el Lolita's Club, de Vicente Aranda

Sus 30 primaveras curvilíneas llenaron de ardor el año pasado las Canciones de amor en el Lolita"s Club, donde Eduardo Noriega no tuvo más remedio que rendirse ante la sensualidad de esta nacida en Montreal (Canadá), de madre canadiense y padre colombiano. Se dio a conocer en España con su papel de Rosario Tijeras a raíz de la candidatura a la mejor película extranjera en la edición de los Premios Goya de 2006. Pero para entonces ya llevaba muchos años de oficio e innumerables capítulos de telenovelas colombianas, así como incursiones en el mercado americano desde Nueva York. Después vino su aparición en Tuya siempre y el papel de prostituta que Vicente Aranda le brindó para su última película. Ahora vive en Barcelona y ultima el lanzamiento de un disco. "Como cantante me siento más dueña que como actriz de lo que puedo contar".

En la piel de La Faraona

Gala Évora. Candidata al Goya como mejor actriz revelación por su papel protagonista en Lola, la película, de Miguel Hermoso

Lo suyo era y sigue siendo la música, pero se encontró con la interpretación cuando acababa de lanzar, junto a sus amigas de siempre, el tercer disco del grupo gaditano Papá Levante. "Recibí la llamada de una productora: "Gala, queremos que hagas una prueba para interpretar a Lola Flores". No se lo pensó dos veces y se grabó con una cámara de vídeo pegando un zapateao e interpretando un monólogo de La Faraona. "Al mes ya estaba ensayando para convertirme en ella. Lo he hecho con todo el respeto, algo que me hubiera gustado decirle en persona a sus hijas, Rosario y Lolita". Después de su primer papel protagonista recibió varias ofertas. "Pero eran más de lo mismo. Tengo que pensarme muy bien lo próximo que haga en cine". Por eso prefiere ahora, a sus 24 años, poner toda la carne en el asador de su primer disco en solitario, que presentará en febrero.

Desnuda ante el caos

Manuela Vellés. Protagonista de Caótica Ana, de Julio Medem

"Estoy muy cambiada, distinta. Creo que es por la edad", dice, desde la insolencia de sus 21 años. No hace mucho tenía tan sólo 18 y ostentaba unas pocas clases de interpretación cuando su representante hizo llegar a Julio Medem una prueba suya, y él decidió convertirla en su Caótica Ana. Ahora acaba de rodar Camino, de Guillermo Fesser, donde interpreta un papel secundario. "Y claro, ha sido muy diferente, sobre todo

por el ritmo de trabajo, por acostumbrarme a dejar de rodar todos los días". Ha comprendido que en esta profesión hay que adaptarse a cada proyecto y que no siempre se tiene el papel protagonista. "Por eso continúo formándome, asistiendo a las clases de teatro y estudiando filosofía por la UNED. En lo de seguir en la universidad han tenido mucho que ver mis padres, que me hacen tener los pies en la tierra".

Ada entre los zombis

Manuela Velasco. Candidata al Goya a la actriz revelación por REC

Como otras muchas actrices, comenzó de pequeñita. Y con directores de peso. La ley del deseo, de Pedro Almodóvar. Esa niña que le daba la réplica a Carmen Maura, y que rezaba a una cruz de mayo para que Eusebio Poncela se enamorase de ella, es Manuela Velasco, Ada en la ficción. Luego ocurrió lo de siempre: los padres que no ven el mundo del artisteo como una buena salida profesional... Así que aquella niña, sobrina de Concha Velasco, se endereza y estudia hasta crecer y terminar la carrera de historia del arte. Un año y medio en trabajos (que nada tenían que ver con el arte) en el Museo Thyssen y el gusanillo que vuelve: televisión, teleseries... Acaba de presentadora en Localia, luego en Canal +, más tarde en Cuatro. Pero como todos los trenes, el suyo terminó por llegarle a los 32 años de la mano de Jaume Balagueró y Paco Plaza. La peli de terror de este año: REC. Ella, la protagonista atacada por zombis.

Heroínas anónimas

Gracia Querejeta. Candidata al Goya a la mejor dirección y al mejor guión original por Siete mesas de billar francés

Tenía claro que su quinto largometraje nacería de la condena de dos mujeres a entenderse ante la adversidad. "Lo demás fue creciendo alrededor de ellas durante la escritura del guión, como el hecho de que la acción transcurriera en un billar; un lugar, por otra parte, eminentemente masculino donde las protagonistas afrontarían el reto de tener que desenvolverse". Y lo que la directora de Siete mesas de billar francés ha logrado es que Maribel Verdú y Blanca Portillo brillen en pantalla como mujeres de carne y hueso que sufren y remontan el vuelo mediante una envidiable capacidad de mirar siempre hacia adelante. Durante estos días confiesa prestar más atención a su hijo cuando llega del cole por la tarde que a sus candidaturas a los Premios Goya. "Cada cosa a su tiempo. En la ceremonia ya tendré tiempo de ponerme nerviosa".

Huellas de mujeres valientes Icíar Bollaín. Candidata al Goya a la mejor dirección y al mejor guión original por Mataharis

El reto al que se enfrentó con sus Mataharis fue dar vida a unas detectives que cambian los pañales de sus hijos y recogen la casa con el mismo tesón con el que llevan a cabo sus investigaciones privadas, alejadas de todo el glamour que la literatura y el cine convirtieron en tópicos del oficio. "Pero la película no sólo trata de las dificultades de compaginar la maternidad con el trabajo. Habla, en definitiva, de los muros que encuentran quienes pretenden ganarse un sueldo con dignidad. Al final, todos dejamos demasiadas horas en nuestras profesiones". Y para hacer honor a sus declaraciones, no se duerme en los laureles de los Goya. Ahora dice tener entre manos un "proyecto muy grande", para el que Producciones La Iguana, que codirige junto a Santiago García de Leániz, abarcará una "gran producción asociada".

Fusilada por roja

Pilar López de Ayala. Coprotagonista de Las 13 Rosas, de Emilio Martínez Lázaro, candidata entre otros al Goya a la mejor película

"Durante el rodaje pensé en todo momento en cómo sería Blanca Brisac, una mujer que puso su vida en peligro; por amistad, primero, y por tener el valor de plantarse ante la injusticia. Me acerqué a un periodo muy triste de la historia de este país. Y acercarte a eso humaniza". Ésta es la conclusión que mantiene tras interpretar a una de las 13 mujeres, siete de ellas menores de edad, asesinadas en el paredón la madrugada del 5 de agosto de 1939 por las ansias de revancha de los vencedores en la Guerra Civil española. Pero, además, Pilar López de Ayala ya tiene su mirada puesta en México, adonde se trasladará a finales de febrero para rodar, a las órdenes de Agustín Díaz Yanes, "una película de mujeres de acción".

La carcelera de las rosas

Goya Toledo. Actriz de Las 13 Rosas, candidata al Goya a la mejor película

"Las contradicciones de Carmen de Castro fueron las de una persona a quien le tocó estar en un sitio donde una parte de ella no le correspondía estar". Tan pronto como se metió en la piel de la directora del madrileño penal de Ventas donde las 13 Rosas malvivieron hacinadas con otras reclusas hasta su fusilamiento, Goya Toledo comprendió, bajo la batuta de Emilio Martínez Lázaro, que aquel siniestro personaje era más complejo de lo que parecía. "Probablemente actuó con ellas de aquella manera porque pensaba que hacía lo correcto". Como bálsamo a la crudeza de este papel, la actriz acaba de finalizar el rodaje de una comedia de Fernando Colomo.

Espíritu libre

Elvira Mínguez. Protagonista de Pudor, película candidata, entre otros, al Goya al mejor director novel (Tristán y David Ulloa) y al mejor guión adaptado Está casada. Tiene dos hijos. Su madre ha muerto. Su marido la ignora, se siente sola y busca fuera lo que no encuentra en casa. Mínguez encarna a Julia, la cuarentona en crisis de Pudor, una película que bucea en el cielo y el infierno de la familia. "Julia es una mujer al límite que explora sus posibilidades". Como ella. Ya lo dijo al recibir el Goya a la mejor actriz de reparto por Tapas en 2005. "Las mujeres de 40 años existimos. Queremos papeles para nosotras". A ella no le faltan. "Pero eso no es la norma, soy una privilegiada".

Tres en soledad

Miriam Correa, Petra Martínez y Sonia Almarcha (de izquierda a derecha) son tres de las intérpretes de La soledad, película candidata, entre otros, al Goya a la mejor película y al mejor director (Jaime Rosales)

Tanto Miriam Correa como Sonia Almarcha reconocen que, hasta este papel, sus vidas profesionales no habían dado un giro tan radical. Estas tres mujeres son el triángulo de las Bermudas de una cinta sorprendente firmada por Jaime Rosales, La soledad. En las proyecciones de esta película, el silencio se puede cortar en las salas. No hace ninguna concesión al espectador y va directa al corazón y al estómago. Y es de un atrevimiento que puede incluso dar miedo al sector más conservador de la industria del cine español. Miriam Correa se siente muy identificada con el papel de hija progresista e íntegra. A sus 30 años ha hecho televisión, teatro, cine", pero nunca una perla como ésta. A Almarcha, Rosales la escogió para su película, pero no le contó el personaje que iba a interpretar. Ella leyó el guión y se enamoró del personaje de Adela. Significa el mejor papel que le han ofrecido hasta el momento. "Cuando vi la película me emocioné muchísimo. Aquella que veía en la pantalla no era yo". Y entre ambas, Petra Martínez, una veterana del teatro que borda el papel de madre. El principio de la soledad.

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