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Tentaciones
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Entrevista:EN PORTADA

Y PARIS QUEMÓ MADRID

ESTOS días se vende un suplemento de la muy sesuda revista The Economist que lleva en su portada un montaje fotográfico que muestra a Paris Hilton leyendo Guerra y paz. La idea es ilustrar que, contra toda evidencia, la sociedad no se está volviendo imbécil, sino cada vez más lista. Debe de ser una de las escasas ocasiones en las que la prensa económica y la del corazón coinciden en algo, porque a los dicharacheros reporteros que esperan turno para entrevistar a Paris el 9 de diciembre en un hotel de Madrid también les interesa muchísimo su inteligencia. La chica ha venido a promocionar una nueva red social, promovida por Telefónica y llamada keteke.com, pero aquí lo que interesa es averiguar si es tan tonta como parece. Tiene que ser raro que te pregunten todo el rato por tu capacidad de raciocinio. Después de todo ¿hay alguien que se reconozca como estúpido?

Es dudoso que alguien no se sepa su historia. No en vano, hablamos de la mujer que encabeza la lista de Forbes (que siempre tiene una para cualquier cosa) de las celebridades más sobreexpuestas del mundo. Un 65% de los encuestados está harto de verla. No está nada mal teniendo en cuenta que, según las inescrutables leyes de los asesores de imagen, eso nunca debería pensarlo más de un 3%. En todo caso, por si alguien ha pasado en Marte la última década, Paris es la rica heredera de un imperio hotelero que se hizo famosa en 2004 por un vídeo de porno casero que un amante poco caballeroso colgó en Internet, y que hace un año y medio pasó tres semanas y media en la cárcel por conducir borracha. Alguien que, a pesar de todo eso, ha amasado su propia fortuna (según la revista Forbes, sólo en 2006 facturó siete millones de dólares) a base de programas de telerrealidad, apariciones promocionales, perfumes, libros que se convierten en best sellers y un disco bastante gracioso. Y sí, amigo de Marte, a pesar de todo eso, todavía se duda de sus luces.

Hay que admitir que mucho de lo que ha hecho Paris, de 27 años, no ayuda. No cabe duda que es una estupidez afirmar, como hace hoy, que para afrontar la crisis lo mejor es "vestirse de colores". Tampoco parece sensato explicar, a renglón seguido, que te acabas de comprar un Bentley rosa porque es como el coche de la Barbie que querías de pequeña. Y todavía menos que has construido una réplica de tu mansión para tus perros. Pero ahí está la clave: no es nada sensato. Nadie se ríe con más gracia del personaje que representa que ella misma. Justo antes de que Paris enloquezca cuando un periodista de Cuatro le saca un condón ("para la noche madrileña") y plante a la prensa durante dos horas al grito de "nunca me he sentido tan humillada", nos concedió la última entrevista plácida del día. Eso sí, prohibido preguntar sobre cárcel, amoríos o porno casero.

EP3. Un programa en la MTV te busca una nueva mejor amiga y estás aquí para promocionar la red social Keteke. ¿Por qué tanto interés en ser tu amigo?

Paris Hilton. Soy una buena amiga porque soy leal y divertida. Tengo personalidad y un gran corazón, y soy siempre genial para todos mis colegas.

EP3. ¿Cuántos de verdad tienes?

P. H. Mmm. Tengo muchos conocidos, pero amigos de verdad, probablemente, unos seis.

EP3. No son muchos, la verdad.

P. H. No, no son muchos. Algunos los conozco desde hace mucho tiempo; otros acaban de llegar. Como Brittany, la chica que ganó el programa, y que ahora, de verdad, es mi mejor amiga. Pero también está Nicole

Ritchie [la hija de Lionel Ritchie, con quien coprotagonizó The simple life]. Soy amiga suya desde los dos años. Es muy difícil confiar en la gente en este negocio.

EP3. Sueles contar que todo el que te conoce de verdad acaba diciéndote que no eres como había imaginado.

P. H. Sí, la gente no tiene ni idea de cómo soy. Soy una buena persona, soy dulce y tímida. Muy diferente a lo que los medios dicen. Por el hecho de hacer el programa The simple life durante cinco años, mucha gente pensó que yo era así en realidad. Pero era un papel, hacía de rubia estúpida, y era sólo interpretación. Cuando la gente me conoce, comprende que soy mucho más lista.

EP3. Que te infravaloren puede ser una ventaja, por ejemplo, al sentarte a negociar. ¿Eso te pasa?

P. H. Definitivamente, sí. Muchos, que sólo han leído sobre mí, no captan lo que soy. Soy muy dura negociando, y eso es algo que la gente no espera. Les pillo desprevenidos porque soy una mujer muy fuerte y sé lo que quiero en la vida.

EP3. ¿Qué es lo que quieres?

P. H. Seguir haciendo mis negocios, ser feliz y, algún día, tener mi propia familia.

EP3. ¿Te gusta tu vida?

P. H. Ahora mismo estoy muy satisfecha. Estoy grabando la segunda temporada del programa en la MTV, he hecho una película musical [Repo! The genetic opera] que está funcionando, mi nuevo disco saldrá dentro de poco y me enorgullezco de él... Estoy muy emocionada por cómo me van las cosas. Estoy en mi mejor momento. Me encanta mi vida. Me encanta ser Paris Hilton.

Paris habla y se mueve como una muñeca. Hay algo casi robótico en sus gestos y en frases que, se nota, ha repetido hasta la saciedad. De hecho, lo más humano que hay en ella es su compulsivo uso del móvil, mucho más sorprendente tras la revelación de que sólo tiene seis amigos. Por el bien de ellos, esperemos que se escriba con su contable. En todo caso, ya estamos otra vez a vueltas con la inteligencia. Que conste que esta vez el tema lo ha sacado ella.

Recientemente, la tesis de que Paris no es completamente boba ha ganado adeptos gracias a un vídeo colgado en Internet en el que respondía a John McCain por haberla incluido en uno de sus anuncios electorales (como símbolo de inanidad) y presentaba su propia candidatura a la Casa Blanca (bueno, rosa, al menos durante su mandato). El clip fue visto por tres millones de personas en un solo día y Paris es plenamente consciente del efecto que ha conseguido con él: "Le mostré a la gente que puedo jugar con la imagen que se tiene de mí. Creo que la gente captó mi sentido del humor cuando vio ese vídeo".

El problema es que ha alargado demasiado el chiste con una segunda parte en la que le pide consejos a Martin Sheen (que hacía de presidente de EE UU en la serie El ala oeste de la Casa Blanca) y con una absurda cancioncilla. Es de esperar que Paris for president no sea un indicativo de la dirección de su segundo álbum, que ya ha acabado de grabar en el estudio que tiene en su casa. Afirma que es "estilo Kylie Minogue" y más bailable que el anterior. Advierte que está considerando, incluso, una gira. Algunos se asustarán ante la perspectiva de verla bailar y cantar en directo (tiene poca voz, eso es innegable, y no es precisamente Michael Jackson moviéndose). Ella también: "Me da un poco de miedo el escenario. A veces me vuelvo muy tímida. Si estoy presentando un premio, me pongo muy nerviosa, así que actuar en directo seguro que será complicado para mí. Pero también me excita".

Aunque defiende que se dio a conocer cuando Donald Trump convenció a su madre (todo queda entre amigos) para que le dejara instalarse en Nueva York y probar suerte como modelo, la realidad es que Paris se hizo famosa por aparecer en todas y cada una de las fiestas de la ciudad. Pero eso también ha cambiado. "La gente me ve cada vez más como una empresaria que como una fiestera", sostiene. "Cuando era más joven, de adolescente, la gente pensaba que no era más que una chica que iba a fiestas, pero creo que ahora se dan cuenta de que si salgo es por negocios: me pagan por hacerlo, es trabajo".

No está claro si fue por negocios o por placer, pero tras la dura jornada de actividades promocionales y disgustos varios (por cierto, tras el incidente del condón con Cuatro, se negó a bajar hasta conseguir borrar todo el contenido de la ominosa cinta), Paris se fue a una fiesta organizada en su honor por la agencia Flow y el interiorista Luis Gallusi. Alejandro Amenábar, Martina Klein, Carlos Díez o Natalia Verbeke aguardaron pacientemente su llegada. Si esperaban encontrarse una fiera desatada, fue en balde. Paris dice que está en su horóscopo (es Acuario) que le guste salir, pero, aunque se hizo fotos con todo el mundo y sonrió con cortesía, no tardó en arrellanarse en un sofá en la compañía que nunca le falla: su móvil.

Paris, la mujer más famosa del mundo... (lalistaWIP)

En esta sala del hotel Palace se celebraron los encuentros privados con la diva... hasta que un reportero la enfureció y se retiró indignada a sus aposentos. Aquí sonríe antes de la tormenta con un colorista <wrap dress</i> de Diane von Furstenberg.
En esta sala del hotel Palace se celebraron los encuentros privados con la diva... hasta que un reportero la enfureció y se retiró indignada a sus aposentos. Aquí sonríe antes de la tormenta con un colorista de Diane von Furstenberg.CHUS ANTÓN

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