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El PP anticipa un viraje drástico en la política de cambio climático

Los populares se desmarcan del apoyo español al recorte de emisiones del 30%

El Partido Popular enseñó ayer sus intenciones en política del cambio climático. En la Comisión Mixta para el Estudio del Cambio Climático, los populares se desmarcaron del acuerdo y presentaron su voto particular, en el que consideran que proyectos de reducción de emisiones de empresas españolas en el exterior han sido "un fiasco" y avisan de que no apoyan, al menos de momento, que la UE vaya a un recorte de emisiones de CO2 del 30% (frente el 20% actual). Esto supone un viraje respecto a la postura del Gobierno, que sí reclama, como Reino Unido, Francia y Alemania, que la UE amplíe ya esa rebaja.

La Comisión Mixta (Congreso-Senado) aprobó, con los votos de PSOE, Entesa, PNV, CiU e IU-ICV un informe que pide, entre otras medidas, una fiscalidad ambiental, una Ley de Cambio Climático, y propone un impuesto al CO2, algo que el Ministerio de Industria ha rechazado. El documento ha sido coordinado por el diputado socialista Fernando Moraleda, que afirmó que "el PP se ha desmarcado incluso de la derecha europea y se ha convertido en un reducto del negacionismo".

En su voto particular, el PP propone un viraje en la política española y critica el sistema usado por el Gobierno y empresas españolas como Endesa e Iberdrola para reducir sus emisiones en China e India. Lo califica de "fiasco" que ha "resultado en un aumento de las emisiones globales", en alusión al agujero de Kioto que ha permitido a firmas europeas compensar emisiones en países en desarrollo de forma ficticia. La portavoz del PP en la comisión mixta, María Teresa de Lara, explicó: "Estamos a favor de reducir emisiones pero de forma que creen empleo" en España.

Los populares consideran que la UE no debe ir de momento más allá del 20% de recorte de emisiones y lo supedita a un estudio de la Comisión sobre el coste que tendría la medida para cada país europeo. Además, resaltan que actualmente "hay que ser especialmente cuidadosos con el empleo", y por tanto no deben introducirse "nuevos factores de coste para nuestra industria". Así, según lo apuntado en el texto, un eventual Gobierno del PP tras el 20-N quedaría alineado en la UE con Polonia e Italia, que hasta ahora han bloqueado el intento de llevar el objetivo hasta el 30% de reducción de emisiones en 2020 respecto a 1990.

El PP considera que "la reducción de emisiones generada por efecto de la crisis y el consecuente descenso de la actividad productiva no debe utilizarse como escenario normalizado, o punto de partida, para imponer un incremento del compromiso de reducción de emisiones. Ello supondría normalizar la grave situación de desempleo en España [...] y condenar el futuro de cientos de miles de desempleados de los sectores industriales".

Por todo, el PP se opone a "adquirir nuevas obligaciones vinculantes en el seno de la UE para el periodo posterior al 2012 si no existe un compromiso global de todos los países desarrollados, de similar intensidad, en términos cuantitativos y de esfuerzos financieros, y que los países en desarrollo más avanzados contribuyan". Esa condición parece ahora imposible de alcanzar, ya que ni Estados Unidos ni China aceptan compromisos internacionales vinculantes.

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