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Reportaje:OCIO

Pasión por el 'geocaching', el juego de encontrar tesoros escondidos

Respeto al entorno, mantenimiento del tesoro y su reposición, reglas básicas para practicar el 'hobby' - El mayor riesgo son los 'geomuggles', gente que encuentra la caja de los tesoros y los roba

En la fosa de las Marianas, en los desiertos, en la Antártida. Pocos rincones del mundo escapan al geocaching, el juego de esconder pequeños tesoros y publicar las coordenadas GPS para que la gente los encuentre. Ciberp@ís se ha unido a esta adictiva afición añadiendo dos nuevos tesoros a los casi 4.000 ocultos por España.

Mitad juego, mitad deporte, el geocaching se animó en España el año pasado, explica Gonzalo Arenas, madrileño de 37 años y cofundador de Geobuscadores Españoles Asociados (GEA). Arenas lleva escondidos 62 tesoros. "Soy de los que más tienen en España". El planeta alberga alrededor de un millón, desde el único que hay en el Congo a los 66 de Afganistán o los 37.000 del Reino Unido.

Más información
GEOCACHING HISPANO:
GEOBUSCADORES ESPAÑOLES ASOCIADOS (GEA):
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GONZALO ARENAS:
TODOGEOCACHING:
RANKING DE GEOCACHERS:

El geocaching consiste en esconder y encontrar tesoros, generalmente cosas de poco valor, usando como principal herramienta un GPS. Quien oculta el tesoro, llamado cache (escondite, en español), publica sus coordenadas en el sitio Geocaching.com y describe el entorno. Quien lo encuentra lo avisa en la misma página.

Los caches son los recipientes que contienen los tesoros, que puede ser un libro o un juguete; una libreta para que quien lo encuentre deje constancia, y un documento que explica el juego, por si cae en manos de algún profano o geomuggle, nombre inspirado en cómo se llama a los no magos en los libros de Harry Potter.

"El expolio es nuestro gran riesgo, que los geomuggles roben los tesoros", explica Arenas. Por eso los caches se esconden a conciencia: el GPS permite llegar al sitio, un lugar bonito o interesante para que valga la pena la excursión, pero una vez allí sólo vale la intuición: el tesoro puede estar bajo una piedra o en el hueco de un árbol.

El camuflaje es esencial en los caches de las ciudades, ya que deben pasar inadvertidos en sitios con mucho tránsito. Se llegan a ocultar en falsas paredes o bajo plantas de plástico en los parques. Arenas halló un cache en un falso peldaño de la iglesia de Nazaret (Portugal).

Un peligro añadido en las ciudades es que pueden tomarte por loco. "Se han dado casos de ir la policía a increpar a alguien que lleva una hora dando vueltas por el mismo sitio con un aparato en la mano. ¿Qué les explicas?", dice Arenas. "En Estados Unidos pararon el tráfico de un puente y llamaron a los artificieros por un cache pegado con un imán a la estructura".

Respeto al entorno

Jesús Cea, un ingeniero de 36 años que vive en Madrid, suele buscar tesoros de ciudad. Ha encontrado casi 300 y asegura que en Madrid hay un centenar, con un crecimiento de dos semanales. "Cada vez hay más gente haciendo geocaching porque los GPS son más baratos; algunos se quejan de que esto ha bajado el nivel, los caches son cutres o sus dueños no cuidan su mantenimiento".

El geocaching tiene pocas normas, pero férreas: quien pone el tesoro debe inspeccionarlo periódicamente para asegurarse de su integridad y quien lo encuentra no puede llevárselo o, si lo hace, debe sustituirlo por objetos de parecido valor. No hay reglas para el escondite, pueden ser en cualquier terreno, incluso precisar buceo, escalada o volar.

El nivel de dificultad de acceso al tesoro se especifica en la misma web donde se dan sus coordenadas GPS, junto a información del sitio y alguna pista, muchas veces en forma de enigma. El tesoro físico también puede tener puzzles o criptogramas que, si se resuelven, permitirán llegar a otro.

"En Madrid hay uno en el que, cuando llegas al tesoro, te piden que dibujes un gato y te dan pistas para ir a otro, donde debes dejar el dibujo y ves los de las personas que han llegado hasta allí. Es muy bonito. En otro hay un puzzle de madera. Si lo resuelves, ves las siguientes coordenadas", dice Cea.

El geocaching nació en 2000, cuando el Gobierno estadounidense suprimió un error premeditado de sus satélites que degradaba la señal por razones de seguridad nacional. David Ulmer, asiduo del foro sci.geo.satellite-nav, lo celebró escondiendo un tesoro en un monte de Oregón y proponiendo al grupo que lo encontrase.

A medida que crecía la afición, se concentraba en el sitio Geocaching.com, hoy web oficial del juego y propiedad de la empresa Groundspeak, que registró el término. Uno de sus negocios es la venta de gadgets, sobre todo geocoins (monedas) y travel bugs (bichos viajeros), una chapa con número que se cuelga al tesoro. Las monedas también van numeradas. Cuando alguien las encuentra, debe ocultarlas en otro sitio y notificarlo en la web, especificando su identificación. Geocaching.com hace el seguimento del objeto y lo comunica al dueño.

"Tengo monedas que han llegado a Finlandia", explica Arenas. Lo último es convertir el propio coche en un tesoro móvil: "Le cuelgas una chapa y, si alguien la ve, lo notifica. Yo me sigo a mí mismo: cada vez que llego a un sitio, subo el número de la chapa a la web y me dicen la distancia que he recorrido".

Escondidos en los toros

Arenas inició una de las series de tesoros más famosas en España, Made in Spain, con escondrijos en 43 toros Osborne del paisaje español. Gracias a su afición, descubrió una errata en los libros de historia: "Se decía que el convento templario de Ucero equidistaba de los cabos de Creus y Finisterre. Lo miré con el GPS y vi que era falso. No es Finisterre, sino el cabo de Touriñán".

El geocaching puede practicarse solo, con amigos o en familia, niños y abuelos incluidos si el cache es fácil. "Es una excusa para visitar lugares que no están en las grandes rutas turísticas y una oportunidad para divulgar rincones que de otra forma estarían olvidados", opina Arenas.

Cuando se ocultan o buscan tesoros con amigos, se atribuyen al grupo. Así, en la lista de los 100 geocachers más activos en España hay diversos equipos, como Catalunya Team, con 1.400 tesoros encontrados, o Geobañolados, nombre colectivo de los miembros de la GEA, con 1.200.

GEOCACHING HISPANO: www.geocaching-hispano.com GEOBUSCADORES ESPAÑOLES ASOCIADOS (GEA): www.geobuscadores.com FOROWARE: www.foroware.com GONZALO ARENAS: www.geocaching.es.mn TODOGEOCACHING: www.todogeocaching.com RANKING DE GEOCACHERS: www.cacherstats.com/Spain1.html

Gonzalo Arenas.
Gonzalo Arenas.ULY MARTÍN

Encuentra los dos tesoros de 'Ciberp@ís'

Geobañolados han sido los responsables de esconder los dos tesoros del Ciberp@ís, que inician una serie susceptible de ser ampliada.

Uno de los tesoros se ha ocultado en el castillo de Escalona (Toledo), con las coordenadas N40º 09.948'- W004º 24.093'.

El otro se encuentra a unos 20 kilómetros, en el castillo de Maqueda, coordenadas aproximadas N40º 03.882'- W004º 22.158'. La caja contiene los siguientes objetos: pendrive, brújula, podómetro, pulsera traductora USB, cinta para colgar el móvil, pinturas, parchís en miniatura, baraja de cartas, llavero silbato, colgante del Real Madrid, cuelgatarjetas extensible, dos calendarios de bolsillo, bolígrafo cuatro colores, bolígrafo Garmin, TB La Tizona, libro de registro con dos lápices. La colocación de este geocaching no hubiera sido posible sin la colaboración de los equipos Lobezno 7, Pícaros, Espimonte, Churro & Pitu, Picollo-72 y Alamostrail.

Los datos exactos, junto con más información, están en la página

www.geobuscadores.com

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