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Tentaciones
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Entrevista:MÚSICA

Cuando Paulina encontró a Mika

El fin del mundo estaba previsto para las 20.10 horas del pasado viernes 11 de diciembre. Exactamente a esa hora, un cometa de la constelación de Leo y una estrella de Géminis entrarían en la misma órbita y coincidirían en un mismo punto de la infinita enormidad del universo. Vale, vale, menos drama. Es cierto que todo ocurriría dentro de la galaxia denomidada pop petardo y que lo máximo que podría haber pasado (dada la cantidad de cabello presente en la fusión) habría sido alguna puñalada verbal o, como mucho, un suave tirón de pelos.

Estaba todo previsto. Los personajes: Paulina Susana Rubio Dosamantes (México, 17 de junio de 1971) y Michael Holbrook Penniman Ismaili (Beirut, 18 de agosto de 1983). El escenario: los premios de la cadena 40 Principales en el Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid qué mejor epicentro para una explosión nuclear y unas cuantas estrellas más para presenciarlo. Una fruslería: Robbie Williams, Shakira, Nelly Furtado, James Morrison, David Bisbal, Carlos Baute Pero aconteció que, según el horóscopo de ese día de la Cosmopolitan, la Luna estaba en Venus, y la cosa resultó mucho más como de comedia cinematográfica, y el fin del mundo del pop petardo se transformó en la película Cuando Paulina encontró a Mika.

"La moda apesta. Aunque sí creo, como la canción, que life in plastic is fantastic" (Mika)

Los rizos de la rubia y del moreno se entrelazaron en la perfecta impuntualidad de las 20.39 frente a la puerta del camerino de la mexicana. Aquello parecía una obligatoria convención de dos muñecas Betty Spaguetti. Ella, divina, delgadísima, con un vestido ultraceñido en tonos azules y naranjas aupados en unos turbotacones de terciopelo con lazo. Él, divino, delgadísimo, con unos pantalones pitillo negros, una americana del mismo color y una camisa blanca con un cuello cortado en forma de sierra. Pese a los 10 centímetros de más de Paulina, Mika tuvo a bien hacerle cierta reverencia a la diva para besarla. Era la primera vez que se veían. Y allí, como más tarde reconocería la chica dorada, comenzó la "superbuena onda".

Paulina Rubio.

Pop petardo. Pues, vale. Yo prefiero reír a llorar, desde luego. Yo no lloro mucho. Últimamente, sólo por los celos que siente mi marido [Colate Vallejo-Nájera] por mis zapatos.

Mika. Pues yo estoy bastante contigo, pero de otra forma. Tal vez sea porque cuando era pequeño pasé por una situación difícil [el exilio de Líbano], pero, aunque mis canciones tengan la envoltura de un pop divertido y brillante, si miras debajo, las letras son bastante tristes.

EP3. ¿Adiós, pues, a la teoría del pop petardo?

P. R. Yo, desde luego, y aunque no te guste igual me das una patada en el culo que me sacas de la habitación, pero veo ecos de Elvis, de The Beatles, de Freddie Mercury en tus canciones. Suenan a nuevo, pero también a vintage.

M. The Beatles, no tanto Yo me crié escuchando flamenco, Dean Martin y Nina Simone. [La conversación se produce en inglés, pese a que Mika comprende el castellano, pero no lo habla muy bien].

P. R. En cierto modo, ahora hay una vuelta a los clásicos en determinadas cadenas de radiofórmula. A los temas antiguos de siempre. Pero Causa y efecto [el último éxito de Pau] se parece mucho a tu música. Y teniendo nuevas tecnologías, qué más nos da. Nos radian y tenemos más instrumentos como Internet, los blogs

M. Cierto, es una reflexión que hemos de hacer los que pertenecemos a nuestra generación. La radio, Internet y los artistas podemos coexistir perfectamente. Mi blog, mi MySpace y mi página web son una herramienta excelente para estar en contacto con la gente a la que le gusta nuestra música. Y la gente que más tarde agranda tus conciertos.

EP3. ¿Adiós, por segunda vez, a la teoría del pop petardo? No dejemos que la realidad nos estropee un encuentro extraño. ¿Qué hay de la moda? [Seguro que pican].

P. R. Ya he reconocido que me gustan los zapatos. Pero lo que más me pirra es el color. El color y Michael Jackson [lo dice con intención y genera una explosión de risas]. Eso sí, soy la reina del mercadillo, allí es donde están las mejores cosas.

M. [Mira su reloj verde fosforito]. El mundo de la moda apesta. Sí creo, como en la canción [Barbie girl, de Acqua], que life in plastic is fantastic (la vida de plástico es fantástica), pero odiaría ir por ahí como un hombre anuncio con una enorme marca encima para demostrar algo.

P. R. Tienes toda la razón.

M. Mira, esta americana tan maravillosa y esta camisa que no encontrarías en ningún lugar me las ha hecho mi madre. Me las ha cosido ella. Es una maravilla. A mí me gusta el estilo Bowie: una estética que define tu apuesta musical.

P. Sí, eso que nuestros productores no soportan: querer hacer el show en directo más fantástico posible, aunque ganemos menos dinero

M. Exacto. Podríamos establecer Paulina & Mika, SA. Sería una maravillosa empresa que iría a la bancarrota.

Definitivamente, adiós al pop petardo y bienvenidos dos nuevos amigos.

<b>El nuevo fetichismo de Paulina Rubio son las gafas en pasta de colores. "¿Y por qué no?". Mika entra en el juego, pero no se lleva ninguna del camerino de la mexicana.</b>
El nuevo fetichismo de Paulina Rubio son las gafas en pasta de colores. "¿Y por qué no?". Mika entra en el juego, pero no se lleva ninguna del camerino de la mexicana.MARIO CHAVARRÍA

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