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Crítica:Libro del estilo urgente | LIBROS / ENSAYO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Periodismo limpio en el basural de la Red

Un amigo de García Márquez se quedó atónito al ver que el Nobel tenía apilados sobre la mesa de su despacho nada menos que 11 diccionarios: María Moliner, Joan Corominas, Julio Casares, sinónimos y antónimos, colombianismos..., y algunos más en las cinco estanterías. "Los tengo ahí para que se peguen entre ellos", bromeó. El Libro del estilo urgente de la Agencia Efe renuncia a batirse en duelo por pleitos lingüísticos y se desprende del apartado léxico de sus predecesores. A Álex Grijelmo, aquel sorprendido periodista que hace 13 años tuvo el privilegio de codirigir con Gabo uno de sus talleres en Cartagena de Indias, no le duelen prendas al admitir en el prólogo de este manual que las circunstancias han cambiado de plano. Antes, explica, los diarios necesitaban indicar a sus periodistas cómo escribir determinadas palabras, porque la realidad iba muy por delante del diccionario. Ahora es la Academia quien dirime, en avanzadas publicaciones, las discrepancias idiomáticas. No más pugnas, pues, y sea, como quiere la RAE, el adverbio 'solo' sin acento; los demostrativos 'este', 'ese' y 'aquel' también sin tilde, y únanse los prefijos a la palabra base; todos, incluso ex-, por horrorosa que resulte la alianza. Sean también 'rey', 'príncipe' y 'papa' en minúscula.

Libro del estilo urgente

Agencia Efe.

Prólogo de Álex Grijelmo

Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores Barcelona, 2011. 400 páginas. 19,50 euros

Las 400 páginas de esta obra encarrilada por Emilio Crespo reniegan de aquel tufillo rancio de los libros de estilo de las redacciones y ocupan su espacio con dos retos innovadores: cómo hacer periodismo limpio en las turbias aguas de Internet y cómo combatir a destajo la insinuación, la omisión intencionada de datos y la yuxtaposición de hechos que no guardan relación entre sí, "un fenómeno de manipulación cada vez más frecuente".

El Libro del estilo urgente conecta con los nuevos tiempos y aspira a llevar a la Red el periodismo riguroso, ético y de calidad propio de los profesionales de Efe. Internet, advierte Grijelmo, ahora presidente de la agencia, es un basural repleto de joyas, y una forma de discernir lo que no son rumores ni bulos es fijarse precisamente en la marca de origen: de dónde procede la información, qué firma personal o empresarial la respalda.

La enseña de Efe es informar con la mirada ética más estricta. En sus noticias están proscritas la obscenidad, las imágenes y descripciones escabrosas, el sensacionalismo, la explotación morbosa del drama humano, la frivolidad, las palabras soeces y vulgares, las blasfemias y ataques a cualquier religión, la difusión injustificada de la intimidad... Y son muy bienvenidos valores de convivencia democrática como la igualdad entre hombres y mujeres, la no discriminación racial o sexual y el respeto a las minorías. Y ese sello de garantía pretende plasmarlo este manual en todos los soportes: textos, fotos, vídeos y audios, para hacerlos llegar al ciberespacio unidos como una sola noticia.

Pero adentrarse en el océano multimedia tiene sus riesgos y requiere de rigurosos consejos "para evitar los tribunales". Este vademécum los aporta. Son recomendaciones inspiradas en sentencias del Constitucional sobre el derecho al honor y a la intimidad, la injuria y la calumnia, la protección de la infancia, el secreto profesional, la propiedad intelectual, la presunción de inocencia... Severas advertencias de repudio a las noticias negligentes, falsas o malintencionadas, para no tropezar, ni siquiera una vez, en la piedra judicial.

¿Y cómo se mide ese riesgo penal? Una tabla graduada del 1 al 10 -otra innovación de este avanzado libro de estilo- alerta al periodista para que no haga mal su tarea. La situación más grave se registra cuando el sujeto de la información es una persona física, su función o actividad es privada, la acusación que se formula contra él es un asunto de ámbito personal y no profesional, objeto solo de la curiosidad pública, y la fuente es anónima. Entonces la alarma salta hecha añicos.

Y una última advertencia para que nadie se llame a engaño: foros, redes sociales, chats, periodismo ciudadano o comunidades wiki pueden ser un punto de partida de una noticia, pero no su fuente.

Un libro de estilo moderno y diferente. Seguro que del agrado de Gabo.

Imagen tomada en la redacción de <i>Le Monde</i> en 2010.
Imagen tomada en la redacción de Le Monde en 2010.CHARLES PLATIAU / REUTERS

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