Salomé
Para deleite general le dice Salomé a Herodías que nada desearía tanto como tener en una bandeja de plata la cabeza del bello Jokanaan. Salomé ha bailado ante Herodías para eso, para tener a su alcance la inerte boca de Jokanaan para besarla.
De mi primera lectura de esta obra (la elegante edición de Lumen de finales de los setenta con traducción de Pere Gimferrer) recuerdo el poderoso ingenio de Oscar Wilde volcado, sin excepción, en todos los diálogos. Especialmente memorables los momentos en los que la Luna adquiere una importancia lírica tan desmesurada que hasta Herodías se cansa de tanta cursilería y sentencia: "La luna es la luna, y basta".
¡La boca que en vida Jokanaan le negaba! Salomé siempre ha sido inseparable de las ilustraciones del inevitable Aubrey Beardsley y para algunos -entre los que me cuento- también de aquella extraña y delirante película que rodó Carmelo Bene con música de Brahms, Schubert, Sibelius y Strauss. En esta edición de Libros del Zorro Rojo la traducción al castellano es la primera que hubo al castellano, la de Rafael Cansinos Assens, más que correcta, aunque un tanto cansina (en el buen sentido de la palabra).
Salomé
Oscar Wilde
Ilustraciones de Aubrey Beardsley
Traducción de Rafael Cansinos Assens
Libros del Zorro Rojo. Barcelona, 2011
83 páginas. 19,90 euros