Entrevista:CINE

Todos aman a Clara

19 mar 2010 - 07:00CET

Según distintas teorías evolutivas, la sonrisa consolida las relaciones sociales básicas. Partiendo de esa premisa zoológica, la de Clara Lago la convierte en una superviviente garantizada. Un ejemplar de triunfadora. Nominada con sólo 12 años al Goya a actriz revelación por El viaje de Carol (Imanol Uribe, 2002), dice admirar profundamente a Penélope Cruz, de quien algunos afirman que es su digna sucesora. Clara huele rico. Clara mira bien. Clara es vehemente. Clara es inocente. Clara ríe O más bien, sonríe y rezuma una muy agradable y nada agresiva seguridad en sí misma. No me ha dado tiempo a contarle que, la primera vez que escribí un guión (algo que hacemos mucho los actores: escribir), la protagonista tenía su cara. Y es que todos amamos a Clara; creo que todos los actores que estamos en edad de ser su amigo/hermano/amante (y los que no, también) deseamos secretamente que un buen guión nos una y nos permita ser su Romeo. Ahora mismo nos tenemos que conformar con disfrutarla como hija de Eduardo Noriega en El mal ajeno, un intenso thriller sobrenatural producido por Alejandro Amenábar en el que su director, el debutante Oskar Santos, ha conseguido que todo su reparto esté más brillante que nunca.

Rubén Ochandiano. En la película se dice "soy médico para curar". ¿Tú te has planteado alguna vez para qué eres actriz?

Clara Lago. Soy actriz para mí. Porque sólo puedo ser actriz. No me imagino siendo nada más. Además, si te digo la verdad, todo el rollo de las fiestas me encanta.

R. O. ¿En serio? Yo es lo único que detesto de nuestro curro.

C. L. Supongo que será que, al llevar tantos años en esto y no tener la edad para ir, ahora que sí me dejan, ¡me apetece mucho!

R. O. En la película, el amor mata. ¿Tú has aprendido a amar?

C. L. Sí.

R. O. ¿Cuántas veces has amado?

C. L. Una.

R. O. Dicen que para cada uno de nosotros sólo hay tres o cuatro grandes amores.

C. L. Eso es una estupidez.

R. O. Me consuela. Pero tú sólo has amado una vez

C. L. ¡Soy muy joven!

R. O. Otra pregunta que aparece en la película: ¿cuántos son tus seres queridos?

C. L. Muchísimos: mi familia, mis amigas

R. O. ¿No tienes amigos chicos?

C. L. Sí, pero no sé Más chicas.

R. O. Una vez leí que la felicidad consiste en tener algo que esperar, alguien a quien amar

C. L. ¡Y algo que hacer!

R. O. ¿Pecas mucho?

C. L. ¿De qué pecado?

R. O. Elige

C. L. No me sé los siete [risas].

R. O. En este momento tan convulso, ¿te posicionas políticamente?

C. L. No lo creo necesario, ni creo estar suficientemente documentada para hacerlo.

R. O. ¿Con quién te harías un remake de Thelma & Louise?

C. L. Con Ana Fernández.

R. O. ¿Y de Eva al desnudo?

C. L. Mmmm

R. O. Puedes fantasear: rollo Meryl Streep, por ejemplo.

C. L. ¡Sí, con Meryl! ¡Quiero hacer todas con Meryl!

R. O. ¿Qué es lo que más te ha costado rodar en tu vida?

C. L. Una escena en la que violan a mi personaje en El juego del ahorcado [Manuel Gómez Pereira, 2008]. Estuvimos ocho horas rodándola. No puedes abandonar ese estado de ánimo en toda la sesión. Es demoledor. ¡Y después tenía que coger un avión para hacer un examen en Madrid!

R. O. ¿Qué te da miedo?

C. L. La soledad. Y el fracaso. Pero eso nos pasa a todos los actores, ¿no?

R. O. Si nos vamos a cenar y pides tú, ¿qué comeríamos?

C. L. ¡Sashimi!

R. O. En El mal ajeno algunos personajes tienen que puntuar su dolor del 0 al 10. ¿Cuánto has sufrido tú en la vida?

C. L. Muy poco, un 6 o así. Afortunadamente, no me ha pasado nada horrible.

R. O. ¿Y cuánto dirías que te conoces a ti misma?

C. L. Un 9.

R. O. ¿Cuán ambiciosa dirías que eres?

C. L. Un 6.

R. O. No me lo creo

C. L. Bueno, ¡un 8! [risas].