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Zapatero logra que el 90% del PSOE apoye una ejecutiva totalmente renovada

El líder socialista propone un pacto de Estado sobre la inmigración

El PSOE ha salido del 35ª Congreso, clausurado ayer en Madrid, con su unidad recompuesta y con José Luis Rodríguez Zapatero consagrado como líder indiscutido del primer partido de la oposición. La lista de la Comisión Ejecutiva, totalmente renovada, se negoció durante toda la madrugada del domingo y no se pudo cerrar hasta pasadas las ocho de la mañana. La nueva dirección logró el respaldo del 90,2% de los delegados, el más alto logrado en los últimos congresos socialistas. En su primera intervención como secretario general, Rodríguez Zapatero prometió una oposición constructiva y pidió un pacto de Estado sobre inmigración.

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La lista de la nueva ejecutiva incluye como presidente a Manuel Chaves y está formada por 25 miembros, ocho menos que la anterior. Su edad media es de 42 años y baja a 40 si se considera sólo a los secretarios con cartera. Ello supone un claro rejuvenecimiento de la dirección socialista, cuyo núcleo lo forman las personas que han acompañado al nuevo líder en el proyecto de Nueva Vía. De la anterior ejecutiva sólo quedan cuatro miembros, incluidos Chaves y el propio Rodríguez Zapatero. El apoyo que recibió el nuevo secretario general por parte de José Bono y del presidente andaluz, una vez que estuvo confirmada su elección, fue decisivo para alcanzar ese alto porcentaje de votos. A ello también contribuyó el respaldo de delegados guerristas, a pesar de su negativa a integrarse en la dirección al no conseguir la representatividad que pretendían. "El cambio tranquilo empieza bien", afirmó Rodríguez Zapatero al subir a la tribuna para clausurar el congreso. Su discurso no fue sólo para consumo interno y lo aprovechó para dirigir un mensaje a la sociedad. Los socialistas, dijo, "ya se han puesto en hora" y no están dispuestos a que al PP le salgan "gratis" sus errores. "Os convoco", proclamó, "a una nueva esperanza: la de las elecciones de 2004". Recalcó que no quiere una oposición que infame e injurie y pidió a los suyos "tiempo" para hacer el "cambio". Zapatero quiere "disciplina y eficacia", porque en el PSOE "va a haber que poner orden".

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