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Reportaje:E3 2010

El clásico 'Starcraft' vuelve tras 12 años de silencio

Las razas en liza siguen siendo las mismas - Un servidor propio facilita las partidas entre jugadores - No habrá versión para las consolas

La fiebre de los revival, tan común en cine, televisión y cómic, es uno de los males endémicos del videojuego. Los avances tecnológicos consiguen que cualquier juego de los noventa tenga el aire de un viejo antepasado del que poco o nada se ha heredado. Al plantear una secuela, es complicado encontrar el justo equilibrio entre el absurdo de volver a hacer lo mismo una década después (para eso ya están los emuladores) y el riesgo de cambiarle tanto la cara que no recuerde al original.

Starcraft, la epopeya futurista que enfrenta a tres razas por el control de la galaxia, regresa 12 años y 11 millones de copias después. Por el camino, la empresa californiana Blizzard se hizo con el control del rol online gracias a sus otras dos obras maestras: Diablo y Warcraft.

Frank Pearce, vicepresidente de Blizzard y uno de sus fundadores en 1991 (todo empezó en un garaje con dos amigos y el dinero de la abuela), explica: "Starcraft II se ha hecho para apoyar a nuestras comunidades". No habla de una secta, se refiere a los que siguen dedicando horas a deleitarse con el primer Starcraft, los que intercambian trucos en los foros y se compran en eBay camisetas, figurillas de acción o las cuatro novelas basadas en el juego.

El nuevo Starcraft tiene un parecido pasmoso con el viejo. Pura estrategia, muchas horas moviendo el puntero por la pantalla sin perder la concentración, prestando atención a los recursos y a las amenazas que aparecen en el mapa.

Las razas en liza siguen siendo las mismas (los humanos terran, los alienígenas protoss y los zerg, un virus que infesta los planetas por los que pasa). Esta ha sido una de las principales objeciones de los fans, que esperaban una nueva raza.

Lo último que se sabía del relato de Starcraft (al que Blizzard dice dar mucha importancia) era que enigmáticos personajes estaban experimentando en probetas con híbridos de protoss y zerg. ¿La gestación del enemigo definitivo? Pues no.

Más allá de las apariencias (lo mismo de siempre, pero con gráficos 3D), Starcraft II cuenta con las mejoras suficientes para que Pearce se encuentre absolutamente tranquilo: "No me preocupa que nuestro público se lo tome como una simple actualización del original".

Diferentes objetivos

No se trata de completar una serie invariable de misiones en las que siempre hay que exterminar al enemigo, sino que todas tienen diferentes objetivos, algunos tan atractivos como asaltar el tren de mercancías del ejército rival o competir junto a un volcán que entra en erupción cada dos minutos, abrasando a parte de nuestras unidades.

El menú principal ya no es un aburrido elenco de botones, sino el puente de mando de una nave interestelar, donde es posible reclutar mercenarios en una cantina (con jukebox incluido) o frecuentar el laboratorio para desarrollar tecnología alienígena.

Estas transiciones entre misión y misión -en total, 45 minutos de una calidad gráfica aceptable- son las que hacen progresar la trama, ayudándonos a conocer a nuestro personaje, el capitán terran Jim Raynor.

Los efectos de sonido están muy logrados, especialmente los de los repulsivos zerg, con sus desagradables gemidos de satisfacción al procrear. Pero el punto fuerte de Blizzard es su servidor Battle.net, que permite disfrutar de campeonatos en los que el jugador se enfrenta a otros de su mismo nivel para lograr galones online.

Starcraft II saldrá a la venta el 27 de julio por 60 euros, solo para PC y Mac. La exigencia de los fans, afilada al máximo tras tantos años de espera, la ha tomado con algunos detalles que pueden hacer más incómodo el juego. En las batallas masivas, por ejemplo, resulta difícil distinguir algunas unidades, con lo que se tarda más en seleccionarlas y dar órdenes.

Pearce afirma que Blizzard cuenta con personal para rastrear la red e intentar mejorar a raíz de las críticas que se van recopilando. Sin embargo, ninguna le inquieta. Ni siquiera las que apuntan a un cambio del ocio frente a una pantalla, cada vez más interactivo, más 2.0 y menos ratón en la mano: "Proporcionamos una gran experiencia al jugador. Mientras sigamos consiguiéndolo será mejor que la Wii".

Pearce, que puede completar Starcraft II en 30 horas, anuncia ya las secuelas de la secuela: dentro de un año una ampliación permitirá controlar el juego no solo como terran, sino también como protoss; dentro de dos, como virus zerg. ¿Repetir la fórmula una y otra vez? "No. Estamos haciendo los juegos a los que nos gusta jugar".

Imagen de <b><i>Starcraft II.</b></i>
Imagen de Starcraft II.

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