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Una conversación telefónica de Benegas destapa las tensiones entre el PSOE y Felipe González

El presidente del Gobierno, Felipe González, convocó ayer urgentemente en La Moncloa al vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra, en un intento de reconducir la crisis abierta por la difusión, a través de la cadena SER, de unas conversaciones telefónicas del número tres del partido, Txiki Benegas, en las que hacía inusitadas alusiones al propio González y criticaba duramente a otros miembros del Ejecutivo. "La culpa no es de Solchaga, sino del one", señala Benegas, en clara referencia al presidente, a quien apoda "dios" y del que afirma que "se equivoca mucho". El vicepresidente, Narcís Serra, se convierte en "el catalán", y el ministro de Economía, Carlos Solchaga, en "el enano".

Las apreciaciones de Txiki Benegas provocaron un auténtico vendaval en las filas socialistas y pusieron al rojo vivo las tensiones entre el PSOE y el Gobierno. Felipe González intentó mantenerse inicialmente al margen de la polémica. Fuentes cercanas a González manifestaron que el presidente está convencido de que hay que profundizar en las relaciones entre el partido, el grupo parlamentario y el Gobierno, pero pusieron en su boca: "Es una tarea no demasiado difícil... Pero hay que ser más discretos". Sin embargo, pocas horas más tarde tomaba la iniciativa y convocaba al ex vicepresidente Alfonso Guerra, de quien depende directamente Txiki Benegas.El secretario de organización del PSOE había iniciado el día de ayer precisamente muy tranquilo, porque la víspera había indo recibido por Felipe González. Sus colaboradores indicaron que estaba "satisfecho" de la eritrevista. Poco después, Benegas calificaba de "terrorismo telefónico" la emisión de las dos conversaciones que había celebrado, el pasado día 18, con el socialista vasco Fernando Múgica, hermano del ex ministro de Justicia, y con el periodista Germán Álvarez Blanco. Benegas acabó la jornada presentando una denuncia por "descubrimiento y revelación de secretos". La cadena SER aseguró que no había utilizado medio ilegal alguno y que la emisión tuvo, a su juicio, un alto interés informativo.

Por su parte, Solchaga, que coincidió en el Pleno del Congreso con Benegas, se limitó a decir que no deseaba hablar de conversaciones privadas y que no se siente particularmente atacado por el aparato del partido. Benegas, por su parte, aseguró que "una conversación privada no tiene validez desde un punto de vista político".

Los distintos sectores del PSOE, abrumados por la repercusión pública de sus enfrentamientos internos, se esforzaron ayer en restar irriportancia al contenido de las conversacionea difundidas y en transmitir la impresión de que el partido no está amenazado de ruptura, en contra de lo que pretende el PP.

[PP] Páginas 18 a 20

Editorial en la página 14

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