_
_
_
_
_
Reportaje:70ª FERIA DEL LIBRO DE MADRID | EXPOSICIONES

La feroz limpieza de Mapplethorpe

Ángel S. Harguindey

La selección de las fotos de Mapplethorpe", explica Almodóvar, "la hice sobre la preselección que previamente había realizado la Fundación Robert Mapplethorpe. Yo hubiera escogido otras muchas, entre las miles de fotos que hizo. Me hubiera encantado, por ejemplo, poner alguno de los collages que hizo en su juventud con recortes de revistas pornográficas, entre otras, pero tuve que atenerme a las que permitían en la fundación".

A partir del 7 de junio, la galería Elvira González de Madrid exhibirá 28 fotografías de Robert Mapplethorpe, el artista neoyorquino que conmocionó la fotografía en el último tercio del siglo XX.

La muestra reúne obras realizadas entre 1976 y 1989, año de su muerte, y engloba, básicamente, fotografías de cuerpos desnudos y flores, impregnadas todas ellas de una enorme carga erótica. Con el retrato de Patti Smith, se cumple la particular trilogía del artista: penes, flores y rock and roll.

"Estuve en su estudio de Nueva York, ya al final de su vida, cuando estaba enfermo. Era muy culto", recuerda Almodóvar
"Mostraba esa especial atracción por la parte oscura del ser humano a la vez que por su componente lúdico"

"Lo cierto es que me resulta muy difícil hablar de sus contenidos", añade el realizador. "La materia sobre la que trabaja es el cuerpo humano y los sitúa en ambientes geométricos, en unos marcos que, si por un lado, los encierra, los aprisiona, por otro no reflejan ningún tipo de angustia, ninguna queja. Es como si hubieran decidido vivir atrapados en su propia vida. Es su opción. Esas cárceles están en ellos mismos y lo asumen".

La exposición comienza con dos fotografías esenciales en la biografía de Mapplethorpe: un autorretrato (centrado en sus ojos, en su mirada) y un retrato espléndido de Patti Smith, una mujer fundamental en la vida del artista. "La biografía de Patti es en realidad la biografía de Mapplethorpe", añade Almodóvar. "Es algo parecido a la autobiografía de Alice B. Toklas, en la que habla sobre todo de Gertrude Stein. Son personajes que se implican tanto en la vida del otro que cuando escriben sobre la suya, demuestran que en realidad es inseparable de la del otro". Éramos unos niños (Lumen, 2010) es el libro autobiográfico de Patti Smith que ya en el título incluye a Mapplethorpe. En él relata los años en que ambos compartieron inquietudes y vidas, años de bohemia poética y musical, de excesos y amistades: Ginsberg, Sam Shepard, Lenny Kaye, Bob Dylan..., que coincidieron a su vez con los cimientos de dos leyendas de la cultura urbana de los años setenta.

"De Mapplethorpe me interesó siempre su obra, pero no solo lo que hizo sino también la época que vivió. Era el Nueva York bohemio y glorioso de la década de los setenta, años en los que surgió, entre otros, la Velvet, Basquiat..., y en los que Andy Warhol fue el gran impulsor de las vanguardias artísticas y musicales. Un tiempo fantástico que trató de descabezar en la década siguiente Ronald Reagan".

Como era de esperar en una sociedad tan puritana como la estadounidense, y más con un mal actor republicano en la presidencia, Mapplethorpe alcanzó la gloria a la vez que fue censurado. En el año de su muerte, 1989, la Corcoran Gallery of Art, el museo de arte más antiguo de Washington DC, preparó una exposición del artista con una nueva serie de fotografías calificadas de "sexualmente sugestivas". Los directivos del museo, además de algunos congresistas, quedaron horrorizados al contemplar las obras. El museo se negó a continuar con la exposición. Un año después, y por denuncia de la American Family Association, fue procesado el director del Centro de Arte Contemporáneo de Cincinnati, por exhibir en sus salas la muestra Robert Mapplethorpe: The Perfect Moment. Llegaban los tiempos sombríos. Patti Smith lo explica muy bien: "Robert elevó aspectos de la experiencia masculina imbuyendo a la homosexualidad de misticismo. Como dijo Cocteau de Genet, su obscenidad nunca es obscena".

Para Almodóvar, una de las características fundamentales de Mapplethorpe es "esa extraña conjunción de unas fotografías realizadas con una gran asepsia y la ferocidad de sus contenidos. Me recuerda mucho a Francis Bacon; es más, creo que Mapplethorpe empezó como artista plástico, siempre le interesó ese mundo, y aunque sus fotografías son muy limpias, creo que comparte una cierta mirada con Bacon, en el que destaca la materia plástica, naturalmente, y no la limpieza formal. Yo conocí a Mapplethorpe, estuve en su estudio de Nueva York, ya al final de su vida, cuando estaba enfermo. Era muy culto. Amaba mucho a gentes como Pasolini o Goya y, en realidad, lo que mostraba era esa especial atracción por la parte oscura del ser humano a la vez que por su componente lúdico". En 1986 le diagnosticaron el virus del HIV y a partir de ese momento desplegó una actividad frenética. Realizaba centenares de fotografías, muchas de ellas autorretratos, destacando uno impresionante en el que al artista, con el rostro ya radicalmente desmejorado por la infección, posa con una calavera-empuñadura de un bastón. Incluso en esa situación vital, Mapplethorpe cuida hasta el límite la limpieza formal, la técnica, del autorretrato.

"Fue Patti Smith la que le animó a que dejara los collages y se dedicara a la fotografía", comenta el realizador. "Los años en los que viven juntos fueron también cuando Mapplethorpe decide explorar los límites más profundos y oscuros de la vida. Decidió recorrer el camino más salvaje pero creo que, sobre todo, lo hizo para poder conocer la experiencia de ese camino. Investigó en su propio cuerpo y llegó hasta lo más lejos posible: la muerte. En ese sentido es interesante ver la evolución de sus obras sobre Lisa Lyon: desde una culturista, con un cuerpo cincelado en los gimnasios, hasta esa figura enigmática, oculta en una capa que nos remite directamente a la muerte. Creo que Mapplethorpe, a lo largo de sus obras, es absolutamente coherente con su propia vida. Nos está hablando de sí mismo y de sus amigos".

Veintiocho fotografías de un extraordinario artista, cuyos precios de venta oscilan entre 8.000 y 30.000 euros, seleccionadas por un realizador cinematográfico del que la editorial Taschen prepara uno de sus libros más lujosos y completos que será presentado el próximo otoño, coincidiendo con el estreno de su última película, La piel que habito. Almodóvar se une editorialmente a dos nombres del olimpo cinematográfico: Bergman y Kubrick.

Robert Mapplethorpe. La mirada de Pedro Almodóvar. La exposición forma parte del Festival Off PHotoEspaña 2011. Del 7 de junio al 22 de julio. Galería Elvira González. General Castaños, 3. Madrid. www.galeriaelviragonzalez.com. www.phedigital.com/festival.

Pedro Almodóvar mira el autorretrato de Robert Mapplethorpe, realizado en 1988, que abrirá la exposición del fotógrafo.
Pedro Almodóvar mira el autorretrato de Robert Mapplethorpe, realizado en 1988, que abrirá la exposición del fotógrafo.JORDI SOCÍAS

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_