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Crítica:LIBROS | ENSAYO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Cuando hayan pasado cinco años / Suponiendo que la ópera sea teatro

Ensayo. No se ha prodigado en exceso Patrice Chéreau en el universo operístico, al menos si contamos los títulos en los que ha participado. Bien es verdad que si atendemos al calado y profundidad de sus soluciones escénicas su importancia es enorme. Lo cierto es que no llega a una docena el número de proyectos en los que se ha embarcado, incluyendo las dos óperas que él considera "de aprendizaje". Tres veces ha trabajado con Pierre Boulez y otras tres con Daniel Barenboim. Con Boulez estuvo en El anillo del Nibelungo del centenario del Festival de Bayreuth, de 1976 a 1980, y en el estreno en París de la versión completada por Friedrich Cerha en tres actos de Lulu en 1979. Posteriormente puso en pie en 2007 una imponente Desde la casa de los muertos, en una coproducción entre Viena, Aix-en-Provence y Ámsterdam. En cuanto al tándem con Barenboim, se limita a Wozzeck en París, Don Giovanni en Salzburgo y Tristan e Isolda en diciembre de 2007 en La Scala de Milán. Un apasionante libro de conversaciones entre Barenboim y Chéreau, bajo la cuidada coordinación de Gaston Fournier-Facio, ha sido publicado en Ediciones Feltrinelli, sin que, de momento, que yo sepa, haya sido traducido al español. El libro de Chéreau que nos ocupa aquí se limita a sus experiencias en Bayreuth y en el estreno de Lulu. No es frecuente que un director de escena teorice sobre sus referencias intelectuales y el camino de búsqueda teatral cuando se enfrenta a una ópera. Chéreau es un gran conversador, algo que se percibe de inmediato en el tono de sus reflexiones. No elude temas conflictivos y desprende en todo momento una sensación de sinceridad. El libro se lee de un tirón y da muchas pistas sobre la evolución de un espectáculo lírico y, en particular, sobre la manera de trabajar en complicidad con el director musical. Bien es verdad que Boulez y Chéreau son personas cultas e inteligentes, y saben muy bien el terreno que pisan. Los dos espectáculos que centran el análisis son dos "clásicos" de la segunda mitad del XX. Las observaciones de Chéreau suponen una ayuda impagable para profundizar en su dimensión y alcance.

Cuando hayan pasado cinco años / Suponiendo que la ópera sea teatro

Patrice Chéreau

Traducción de Susana Cantero

Alba. Barcelona, 2011

336 páginas. 21 euros

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