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ARTE

Más o menos inadecuado

EN EL ARTE, mucho más que en la literatura, lo inadecuado tiene una cartografía imprecisa: sus mapas son inexactos e inútiles y hasta constan en ellos localidades imaginarias, cursos de ríos desviados y desembocaduras arbitrarias. Con el paso del tiempo, los historiadores corrigen algunos errores topográficos: lo que en su día había sido disconforme podría estar viviendomás tarde en una tierra perfectamente identificable por la museografía. Una tierra yerma donde nadie antes osaba poner los pies podía después estar ilustrando de manera vivaz la cultura de un país, obligar al visitante a fotografiar cada una de sus ruinas cuando no a comprar bibelots en los bien surtidos quioscos de los museos. Para el pabellón español de la Bienal de Venecia, Dora García ha creado el proyecto Lo inadecuado, un concepto que a lo largo de la historia ha sorteado todo tipo de escepticismos, aunque pocas veces haya sido reflejo de una trascendencia.

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En el primer número de The Blind Man, publicación que conmemoraba el vernissage de los Independientes en el Grand Central Palace de Nueva York donde se expuso por primera vez Fountain (1917), un joven artista y estudioso de los molinillos de chocolate contradecía de forma brillante y maliciosa los motivos que adujo el jurado para rechazar aquella hermosa "forma femenina, preparada para recibir los fluidos masculinos": "Dicen que es inadecuada, inmoral. Pero el urinario no es más inmoral que una bañera. El hecho de que el señor Mutt realizara o no la fuente con sus propias manos carece de importancia. La ELIGIÓ. Creó un pensamiento nuevo para ese objeto".

Aquella declaración de Marcel Duchamp abordaba una nueva filosofía del arte que incluía todos los actos humanos, como el transformismo, los cultivos de polvo y hasta la emisión de obligaciones (bonos para la ruleta de Montecarlo), un documento financiero corriente pero tan manipulado que resultaba difícil calificarlo como ready-made: lo que, de crearse hoy, veríamos como un acto especulativo, se consideró entonces una obra maestra perfecta, porque además de tratarse de una inversión en un sistema de "explotación duchampiano de la ruleta y demás minas de la Costa Azul", sólo la firma del artista estampada sobre las treinta obligaciones emitidas valíamás que los quinientos francos que se pedían por la participación.

Sin querer, Duchamp había abierto un despreocupado debate estético en torno a lo inadecuado, como un salvavidas lanzado a los desechos de los grandes naufragios de la modernidad. El artista más influyente del siglo XX halló en la indiferencia y lo inoportuno la fórmula para desgarrar las paredes invisibles de la estética formalista a favor del arte conceptual y demás insolentes tendencias que comenzaban a irrumpir como una pala quitanieves en escena, borrando las huellas de las cadenas, aunque no su memoria.

Durante los setenta, artistas como Martha Rosler, Allan Sekula o Fred Lonidier llevaron la inadecuación almedio fotográfico y le dieron una nueva dimensión comunicativa como contramodelo crítico de un cierto tipo de "arte como estado mental".

En 1974, Rosler creó The Bowery in Two Inadequate Descriptive Systems (El Bowery en dos sistemas inadecuados de representación), una serie de 24 pequeñas pizarras donde se alternaban cuidadosamente imágenes en blanco y negro de las fachadas desiertas del Bowery—hoy un boyante distrito artístico y comercial— con fotografías de palabras que recogían expresiones alusivas al estado de embriaguez de los habitantes de la calle. En los años en que se produjo la obra, Nueva York estaba en plena fase de desindustrialización. Para Rosler, el empobrecimiento y la marginación provocados por la dislocación de la ciudad industrial y la naturaleza retórica de su representación convencional eran dos procesos indisociables y mutuamente legitimadores, pero también inadecuados en tanto mecanismos de conocimiento para el espectador.

Muchos criticaron a Rosler por haber comercializado una obra tan radical. La artista se defendió: "The Bowery es un señuelo ¿Por qué si nome hubieramolestado en llamarla inadecuada? En realidad no creo que exista un sistema de representación adecuado. Hay que renovar y reinventar las formas". La fuerza artística de Rosler radicaba en sacar a la luz la recodificación de los espacios públicos donde inmigrantes y desposeídos se convierten en figuras fantasmáticas, manipulables como imagen de una amenaza social.

Otros autores como Christo-Jeanne- Claude, Vito Acconci y Richard Serra hicieron su particular aportación al contradiscurso urbano con piezas "obstructivas". Serra planteó en 1881 su Tilted Arc como un "antimonumento" (a pesar de ser un encargo, la obra fue desmantelada de su emplazamiento en la plaza Federal de Nueva York por el "incordio" que suponía para la circulación peatonal), un trabajo inadecuado y antagonista a las estrategias de dominación y vigilancia en la gran ciudad.

Ahora en Venecia, Dora Garcíamuestra su investigación en torno a la idea de exclusión y losmovimientos radicales. El presupuesto para realizar esta "cartografía de la marginalidad" —a cargo del Ministerio de Cultura y el AECID— ha sido de 800.000 euros, de los cuales 200.000 han servido para producir la obra. Los restantes 600.000 euros (viajes, fiestas, peritajes) podrían corresponder a una irregular e inadecuada desviación del supuestamente correcto y lineal recorrido del panorama del arte institucional español, hoy acuciado por feroces recortes. Nunca el lema de un pabellón nacional se había hecho tan en contra de la responsabilidad colectiva, endosada genéricamente a todos los ciudadanos y convertida en tan poco marginal.

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