La isla de la última verdad
Narrativa. Hay un barco, un abordaje, piratas. Y alguien llamado Mathew Prendel que salva la vida lanzándose al mar, sorteando las balas y llegando a una isla. En ella hay otro hombre, ¿un Viernes? se pregunta quien lee. No, es un pirata y ha sido herido por el propio Prendel. Su nombre es Nelson Souza. Dos náufragos, pues, un pirata y un cirujano y profesor de universidad. Lo que cuenta Flavia Company (Buenos Aires, 1963) es de este tiempo, y los dos protagonistas delimitarán su territorio. Serán carcelero y prisionero. La historia de ese naufragio la escribirá años después la compañera y amante de Prendel, escuchando sólo la voz de uno. Joseph Conrad escribió: "Me llaman escritor del mar (...) pero mi preocupación son los sucesos de la gente". No es extraño pues, que ambos protagonistas se peleen por un libro y que éste sea El copartícipe secreto, de Conrad. Company cuenta lo que es sobrevivir a esa prueba de paciencia, inteligencia e imaginación. Se trata de rememorar la existencia pero, sobre todo, de tratar de extenderla más allá de ese horizonte sin barcos. En la isla de la última verdad hay diamantes y un tesoro: las cartas de Souza. El contenido de una de ellas contiene un deseo. Y ese deseo desvelará secretos. Qué bien narra Company la experiencia del hombre que vuelve, la voz de la doctora Westore intercalándose entre los náufragos y esa tensión que prevalece hasta el final. Sucesos de la gente, que diría Conrad.
La isla de la última verdad
Flavia Company
Lumen. Barcelona, 2011
134 páginas. 16,50 euros
Libro electrónico: 11,99 euros