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Reportaje:PERSONAJE

La pelirroja de moda

Las hay que sueñan con una oportunidad. Y las hay que temen ser encasilladas. Con 11 películas rodadas en cuatro años -la mayoría con estreno en 2011-, la única pesadilla de Jessica Chastain es convertirse en esa pesada que está hasta en la sopa, en esa nueva cara bonita de la que todos se cansan sin tan siquiera saber su nombre. "Ni queriendo habría podido planear algo así; una experiencia tan intensa donde mi único deseo es seguir concentrada en mi trabajo", afirma esta belleza que arde con su energía y su talento, además de por esa melena pelirroja que enmarca una tez pálida y un rostro sonriente y plácido a la vez que parece salido de los cuadros de John Singer Sargent.Sin embargo, para el gran público es una total desconocida por la que se pelean los mejores directores y las principales casas de moda. Porque nadie luce mejor en una alfombra roja que este nuevo camaleón que deslumbró en Cannes de la mano de Sean Penn y Brad Pitt cuando hizo la entrada triunfal en la Croisette para el estreno de El árbol de la vida, la última película de Terrence Malick. "Me sentí como Michael Jackson", admite de regreso en Los Ángeles, pero aún con la excitación de ese día.

"¡Claro que me gusta la moda! Veo los vestidos como parte de mi atrezo. En Cannes me sentí como si vistiera el sol"

Esa fue la primera de muchas grandes entradas para esta californiana que parece salida de la nada, pero que cuenta ya con interesantísimos mecenas. El primero, Robin Williams. Todavía no ha podido agradecerle esa beca que lleva su nombre y con la que pudo estudiar arte dramático en Julliard. El segundo, Al Pacino, que la contrató para su escarceo teatral en Wilde Salome, obra que posteriormente dirigió en cine con Chastain de protagonista. "El mejor profesor de interpretación que he tenido nunca", confiesa con admiración. Al Pacino se convirtió también en su improvisado agente cuando recomendó a Chastain a su amigo Malick para una de las películas del año, El árbol de la vida. El cineasta quedó tan encantado con la pelirroja que, además de contar con ella para su próxima película, junto a Javier Bardem, pasó la recomendación a Steven Spielberg para Criadas y señoras; a Jeff Nichols, que la contrató de inmediato para Take Shelter, y a John Hillcoat, que se apuntó su nombre para ese drama de gánsteres que es The wettest county in the world. Y fue Sam Worthington, después de trabajar con ella en La deuda, quien la recomendó a Ami Canaan Mann, hija de Michael Mann, para su debut cinematográfico como directora en Texas killing fields. Eso por citar algunos de los títulos que Chastain ya tiene en su haber, rodados en silencio a lo largo de estos últimos cuatro años y que gracias al azar llegan ahora a las pantallas uno tras otro.

Chastain es de hablar tranquilo, de las que se toma su tiempo para responder, y hasta reflexiona apartando un momento la vista del interlocutor para poder concentrarse en sus pensamientos. Pero tras ese lado reflexivo salta también el entusiasmo. Recuerda como un momento glorioso esa llamada de Malick en la que le confirmó no su trabajo en El árbol de la vida, sino la presencia de Brad Pitt como compañero de reparto: "Intenté no gritar su nombre como una quinceañera y lo escribí en un papel, subrayándolo varias veces, para que mi amiga pudiera verlo y gritar por mí".

Tampoco le gusta hablar de su vida privada. Sí sabe que ahora está sola, tras romper su relación de cuatro años con su novio, Ned Benson, y que le debe a su abuela su pasión por el cine; no se cansa de recordar aquel día en que, con solo ocho años, le llevó a ver Joseph and the amazing technicolor dreamcoat. "Ese día me di cuenta de que actuar era una profesión y decidí que sería la mía". Otro de sus grandes contrastes es que se describe como una persona tímida -y su aire soñador lo corrobora-, una especie de Bryce Dallas Howard, pero con más energía en su presencia. Sin embargo, a menudo se ha mostrado desnuda ante el público, incluido su debut junto a Al Pacino haciendo de Salomé. "Mi transformación en la obra va de una adolescente dispuesta a preservar su virginidad de por vida a la de alguien que acaba besando la cabeza decapitada de san Juan Bautista; es un viaje a la necrofilia". Y añade: "También me he desnudado para otras películas, pero en mi vida personal sigo siendo tímida. Tengo miedos, pero como actriz no siento ningún temor".

Su determinación queda aún más clara en el mundo de la moda, donde también pisa fuerte. A ese modelo amarillo de gasa sin mangas, diseño de Zac Posen, con el que deslumbró en Cannes le han seguido otros que han provocado que los piropos hayan ido cada vez más lejos. La revista In Style la eligió como la belleza del día por el modelo magenta que vistió para el estreno de Criadas y señoras, y el canal E! decidió que el mejor vestido de la semana fue ese modelo celeste de Christian Dior corto y sin mangas que lució en el estreno de La deuda. La revista Elle le ha dedicado a esta pelirroja una sesión fotográfica de Daniel King donde queda clara la belleza de otra época que emana su figura, un estilo que la casa Gucci ha querido premiar al tenerla entre las elegidas del galardón entregado en el festival de Venecia. Eso por no recordar el modelo de Dolce & Gabbana, como siempre escotado, con el que posó para la revista GQ, o esa muestra de alarde de glamour, pase lo que pase, que hizo en Toronto cuando compareció ante la prensa con muletas y un protector en la rodilla tras un accidente de moto, pero con sandalias de Louboutin con taconazos. Definitivamente, una pelirroja deslumbrante. Pero ella en absoluto se ve atractiva: "Para nada. Mi adolescencia fue dura y se metieron mucho conmigo por pelirroja. No tuve novio hasta bien tarde y nunca fui al prom", dice en referencia a ese baile de fin de curso que tanto marca a los estadounidenses. Quizá de ahí le viene esa admiración por otras de su clase, como Isabelle Huppert, su ídolo, y otras con el mismo tono de pelo como Tilda Swinton y Julianne Moore. "Y, por supuesto, mi abuela. Somos las únicas pelirrojas de la familia y eso siempre nos ha unido".

Quizá la humildad le venga porque ella sí tiene abuela. Y la menciona a cada instante. Incluso al hablar de moda. Confiesa que su abuela siempre le insistió para que mostrara más carne. Por eso para Criadas y señoras se preparó las curvas a conciencia; es vegetariana, pero ganó más de cinco kilos para el papel a base de helado de soja derretido. "¡Claro que me gusta la moda!", afirma (para la entrevista ha elegido un modelo estampado de L'Wren Scott con zapatos de tacón de aguja de Jimmy Choo). "Pero veo estos vestidos como parte de mi atrezo, un poco como un disfraz... Te vistes por cómo te sientes, y en una première como la de Cannes me sentí radiante. Me sentí como si me vistiera de sol", especifica al recordar aquel vestido amarillo, ajustado y vaporoso al mismo tiempo.

Será interesante la pugna que levantará Chastain entre los modistos para ver quién diseña su traje para la alfombra roja de los Oscar. Porque a estas alturas nadie duda de que Chastain estará allí. La única incógnita será por cuál de todos sus trabajos. ¿Quizá por Coriolanus, el debut de Ralph Fiennes como director, donde interpreta a su esposa? Sí, puede considerarse a Fiennes otro de sus padrinos. Chastain hubiera hecho lo imposible por formar parte de El paciente inglés, su película favorita, así que su sorpresa fue mayúscula cuando le pidió que trabajara con él. "Tendría que pagarle yo a él", ríe.

¿O será candidata como mejor papel secundario en Criadas y señoras o por La deuda? Es mucho más probable que sea como mejor actriz por El árbol de la vida, teniendo en cuenta la huella que ha dejado su trabajo de madre comprensiva. Un papel que ella describe como "la gracia hecha mujer". Chastain buscó inspiración en los cuadros de la Virgen que hay en el Museo Metropolitano de Nueva York y en las primeras películas de Lauren Bacall. "Logré el papel tras varias audiciones en las que canté una canción de cuna, leí un texto de Eugene O'Neill y simplemente estuve allí, mirando a alguien con amor y respeto", recuerda de una experiencia peculiar para un filme que considera un poema en imágenes, una obra que permanecerá siempre en su corazón.

La actriz Jessica Chastain, impecable en su papel de madre de otros tiempos en 'El árbol de la vida'.
La actriz Jessica Chastain, impecable en su papel de madre de otros tiempos en 'El árbol de la vida'.IMAGE.NET
La actriz Jessica Chastain, en un fotograma de 'El árbol de la vida'.
La actriz Jessica Chastain, en un fotograma de 'El árbol de la vida'.IMAGE.NET

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