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Tentaciones
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Reportaje:SEXO

La 'pornificación' del pop

¿Vende el sexo? "Claro. Eso no lo hemos descubierto nosotros", dice Deu, cantante del grupo vasco We Are Standard. Se le pregunta a él porque The last time, el vídeo del primer sencillo de su último disco, muestra a unas chicas practicando lucha libre vestidas con ligueros y tacones. Algo claramente fetichista. "Yo no lo veo como sexo, es deporte", bromea, "va, mira: el sexo mola".

El disco, propulsado por su directo, ha funcionado bien y les ha valido ser elegidos mejor artista español de los MTV Europe Music Awards 2009. Sorprende que su clip se ha pasado sin problemas por la cadena musical, orientada, cada vez más, al público adolescente. "MTV sigue siempre un criterio editorial musical para seleccionar los vídeos que emite, teniendo presente también la legislación audiovisual española". Dice Raffaelle Annecchino, director general de MTV Networks. Es decir: si la música les gusta y el contenido del clip no es delictivo, adelante con él. Asegura que nunca han tenido ninguna duda sobre qué es emitible y qué no.

"El sexo, obviamente, vende. Pero es un mercado cada vez más saturado"

El último escándalo ha sido el vídeo de Pussy, de Rammstein. Está fuera de los límites. "Por tratarse de un video con sexo explícito. No hemos tenido ninguna duda, ni nosotros, ni nadie", dice Annecchino.

Completamente explícito, de hecho. Los músicos alemanes fornican con actrices porno. Resulta tan creíble que decepciona un poco descubrir que no son realmente ellos, sino actores profesionales que hacen de dobles de cuerpo. "Cada cual hace lo que sabe. Uno folla y el otro hace como que él también podría", dice en el making of Till Lindemann, cantante de la banda de metal industrial. "Es actuar, y eso siempre es un poco tramposo".

Su discográfica, la multinacional Universal, sólo maneja una versión censurada y se mantiene a distancia prudencial del original. Lo que no evita que vayan a comercializar, con vistas a las navidades, una versión limitada del nuevo álbum de los alemanes, Liebe ist für alle da, que consiste en una caja con seis dildos (uno por cada miembro de la banda), unas esposas y lubricante. Una manera de conseguir notoriedad para un grupo que hacía tres años que no editaba un disco y que hace bastante más que alcanzó su cénit comercial. La revista musical británica NME lo llama la "pornificación del pop", la utilización del sexo explícito para conseguir audiencia. Los artistas tienden a argumentar que se trata de defender su libertad de expresión, pero la mayoría de las veces da la impresión de que mostrar carne suele tener la función de conseguir publicidad gratis y quién sabe si un aumento en las ventas. "Un debate fútil", según la publicación; "ser explícito nunca ha dañado la carrera de ningún artista". Ejemplos históricos: Snack my bitch up, de The Prodigy, relato de una noche loca, tras ser acusado poco menos que de acabar con la civilización occidental, ganó dos premios MTV en 1997. O el pezón de Janet Jackson en la Superbowl. ¿Han sido malos esos escándalos en las carreras de estas estrellas? La respuesta es: obviamente, no. "A ver, yo lo matizaría: para Rammstein será de puta madre; para nosotros es una putada, porque hacemos los vídeos para que se vean, pero no por el escándalo. Estas cosas vienen bien si eres Shakira", dicen desde la discográfica de We Are Standard.

Ya tardaba en ser mencionado el videoclip de Loba, de Shakira. La estrella colombiana metida en una jaula con un ajustado leotardo color carne que provoca el efecto de hacerla parecer desnuda ha sido un exitazo. Ha tenido 35 millones de visitas en YouTube. Es el mismo caso que el del dúo francés de música de baile Make The Girls Dance, su tema Baby, baby, baby está ilustrado por un videoclip en plano secuencia en el que mujeres desnudas (con sus genitales ocultos) se pasean por París. Se acercan a los dos millones de visitas. Si el éxito se mide por el número y la calidad de los imitadores, una versión cómica del vídeo se ha usado para promocionar Guitar Hero V. "El sexo, obviamente, vende", decía Jess Cartner-Morley, columnista de The Guardian, "pero es un mercado que está cada vez más saturado".

Shakira, contorsionista en el vídeo de <i>Loba. </i>
Shakira, contorsionista en el vídeo de Loba.
Una imagen del vídeo de<i> The last time, </i>de We Are Standard.</b>
Una imagen del vídeo de The last time, de We Are Standard.

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