_
_
_
_
_
Reportaje:ficción televisiva

Viaje al interior del planeta tele

Álex de la Iglesia se aventura en la ciencia-ficción catódica con 'Plutón verbenero'

"A ver, se llama Grandes Hombres de la Historia. Uno muere en realidad virtual, como murió un gran hombre de la historia. Tienes para elegir...". Un teniente, uniforme azul claro y correajes plateados, bajito y con gran papada, está abriendo un libro en presencia de un apuesto capitán, vestido de gala y pieles, y un pobre hombre, un mecánico postrado en una tumbona y conectado a través de cables y cables con máquinas y monitores, preparado para su desaparición virtual.

'Plutón verbenero' es una 'sitcom' de 35 minutos que emitirá en septiembre La 2
La vida se hace insoportable, todo está edificado y plagado de chalés
"Lo mejor del audiovisiual se está haciendo hoy en la televisión"
"Es una especie de exageración gortesca de lo que pasa en una oficina"

Están en la sala de máquinas de una gran nave espacial. El capitán y el mecánico se lamentan de los avances tecnológicos. Donde esté la comodidad de morir por una descarga de fusileros al amanecer... El teniente, impasible, sigue a lo suyo. "Bueno, puedes elegir entre Kennedy, Bill Gates, Julio César, Franco... éste no te lo aconsejo porque es todo el rato tosiendo". La ejecución se lleva a cabo finalmente en Dallas, a coche descubierto, como JFK. "En el momento del tiro, este cable de aquí suelta una descarga en el corazón que produce la muerte instantánea", continúa el teniente. "Pues, venga, dale", contesta firme el mecánico calzándose unas psicodélicas gafas.

En la serie que este verano rueda Álex de la Iglesia en unos estudios en Madrid no sólo hay ejecuciones virtuales. También hay choques de planetas, batallas de rayos cósmicos, androides, colonos, disparos y un extraterrestre con muy mala leche. Y una aventura espacial por delante repleta de humor y escenas transgresoras, muy alejada y diferente de lo que hasta ahora se ha visto en la televisión en España. Plutón verbenero es la primera serie para la televisión que firma el realizador de El día de la bestia, La comunidad o Los crímenes de Oxford. Es una sitcom de ciencia-ficción de 35 minutos que estará en antena a mediados del próximo mes de septiembre en La 2. De momento, los productores de la serie (Pánico Films y Pedro Costa) han firmado con la cadena pública 26 capítulos con historias autoconclusivas.

Es el año 2530 y la vida en la Tierra se hace insoportable, todo está edificado y plagado de chalés adosados. El presidente de los Estados Unidos del mundo, Mackulay Kulkin III, envía una nave al espacio con 5.000 colonos hibernados a explorar nuevos planetas en los que vivir. La vida en la nave Plutón B.R.B. Nero es una locura. Hay un arriba y un abajo espacial. En la sala de mandos, la tripulación, compuesta por el apuesto capitán Valladares, interpretado por Antonio Gil; el teniente Querejeta (Carlos Areces), Lorna, la guapísima androide científica (Carolina Bang) y el repulsivo alienígena Roswell (Enrique Villén), convencida de su transcendental misión. Debajo, la sala de máquinas, en la que habitan los currantes: Hoffman, el mecánico (Enrique Martínez) y Wollensky, el otro androide (Manuel Tallafé). En la Tierra se han quedado el gran jefe de la misión, el presidente de los Estados Unidos de l mundo (Mariano Venancio) y Merche, la mujer del capitán (Gracia Olayo).

Álex de la Iglesia lleva un ritmo frenético pero se le ve feliz. Su pasión por la ciencia-ficción la ha trasladado a esta nave, construida en unos espectaculares y barrocos decorados, obra de Edou Hydallgo, plagados de botones, monitores, cables, pantallas, luces y humo. Está realizando un viaje agotador, pero divertido, que rescata el espíritu de series como Star Treck, La guía del autoestopista galáctico o Doctor Who, clásicos del humor en clave de ciencia-ficción y tremendamente populares.

Llevaba tres años intentado, junto a Pedro Costa, hacer esta serie, cuyos guiones están firmados por el propio realizador, Jorge Guerricoechevarría, Juan Maidagán y Pepón Montero. Siempre ha querido hacer televisión además del cine. Convencido de que ahora "lo mejor del audiovisual se está haciendo en la televisión", De la Iglesia cree que es un mercado fijo, estable y vivo, cuyos formatos admiten una mayor versatilidad. "La televisión, asombrosamente, es más transgresora", asegura el director, quien presentó hace años un proyecto para una serie sobre el servicio secreto español y otra sobre unos legionarios romanos. Las dos se las rechazaron, alegando que "no se adecuaba a la realidad del país". "Con la entrada de la nueva dirección de La 2 encontraron los guiones de Plutón verbenero en un cajón y nos llamaron".

El viaje está siendo a contrarreloj, con una tensión, un esfuerzo y un nivel de exigencia muy alto, rodando en formato cine un episodio cada cuatro días. "Si rodara a este ritmo una película, la acabaría en dos semanas", reflexiona el director exhausto. "En España se hace muy buena televisión. Rodando Plutón verbenero me estoy dando cuenta de lo difícil que es y del mérito que tienen todas las series. La 2 nos ha dado libertad total en los guiones y eso es muy bueno. Lo maravilloso sería que esta cadena se convirtiera en un canal alternativo".

Lo que pasa dentro de la nave Pluton B.R.B. Nero en el 2530 es muy parecido a lo que ahora se puede vivir en cualquier oficina. "No hay ningún avance en el futuro con respecto a los problemas que tenemos en la actualidad", ríe divertido De la Iglesia. "Es una especie de exageración grotesca de la vida normal de cuatro personas en una oficina. El capitán se cree tocado por un destino divino y todos los que le rodean saben que es un pobre hombre. Como en toda oficina, trabaja la típica chica que está buenísima pero a la que no tienes acceso. Y ahí está siempre ese individuo superaplicado que intenta hacerlo todo bien y no consigue llevar adelante nada".

Es una nave llena de patanes donde todo falla, donde el capitán Valladares se cree tocado por un toque mesiánico, dispuesto a salvar el mundo, mientras Merche, su mujer, le llama cada día desde la Tierra, por videoconferencia, harta de esa "heroicidad" de su marido, contándole los problemas de su hijo, un mozalbete ya de 22 años que roba yogures en los supermercados. "Que vengas, que me encuentro muy sola, que esa misión se alarga y educar a un niño sola es muy difícil, que te están engañando", le dice Merche. "Pero, Merche, cómo voy a ir si estoy en el espacio", contesta Valladares incrédulo y apabullado por las curvas de la androide científica y sus malas relaciones con el teniente Querejeta. No son las únicas llamadas que recibe el capitán. También el presidente Mackulay Kulkin III le exige resultados ya. Mientras, en la sala de máquinas, hay un androide sin sexo y enamorado, y un mecánico que descongela a su novia colona hibernada cuando quiere acostarse con ella. Y que no tengan mucha necesidad de descongelar al extraterrestre, que la arma.

Ález de la Iglesia, a la derecha, bromea con Manuel Tallafé en un descanso del rodaje.
Ález de la Iglesia, a la derecha, bromea con Manuel Tallafé en un descanso del rodaje.CLAUDIO ÁLVAREZ
Muerte virtual de Enrique Martínez (tumbado), con Antonio Gil, a la izquierda, y Carlos Areces.
Muerte virtual de Enrique Martínez (tumbado), con Antonio Gil, a la izquierda, y Carlos Areces.CLAUDIO ÁLVAREZ

Capitán Valladares

- Galán de pelo engominado y rizado.Está al mando de la nave y dispuesto a salvar a la humanidad a cualquier precio. Le gusta mantener el control, pero todo se le escapa. Se cree un héroe pero es más mediocre de lo que quisiera.

Wollensky, androide

- Es la máquina programada para acercarse al humano. Funciona a pilas, pero su software

se quedó anticuado y lo relegaron a la sala de máquinas. Romántico y un punto triste, conoce a Lorna en la nave y cae rendido de amor.

Teniente Querejeta

- Bajito y con papada, es el segundo de abordo en la nave. Tiene una especie de relación amor-odio con el capitán, al que cuestiona sistemáticamente. Es caprichoso, un poco aniñado, pero de una lealtad inquebrantable.

El presidente

- Es Mackulay Kulkin III. La representación del hombre superpoderoso que está por encima de su pueblo. Le gusta cambiar de sexo y disfrazarse. Sus subordinados le tienen miedo, pero a sus espaldas se ríen de él.

Lorna, androide

- Supersexy, es la androide científica, de última generación. La que sabe de todo. Es muy militar y profesional, pero tremendamente sensual. Tiene al capitán embelesado y al otro androide totalmente enamorado.

La mujer capitán

- Un ama de casa, volcada en los cuidados de su hijo de 22 años. No entiende cómo su marido ha abandonado la Tierra por esa misión estúpida de buscar otro planeta. Se relaciona con él a través de videoconferencia.

Hoffman, mecánico

- Un pícaro que cumple lo mínimo para que la nave funcione. Es el manipulador de androides, el encargado de descongelar a los extraterrestres y los colonos, el que hace el desayuno, el que pone la calefacción. El chico para todo.

Roswell, el extraterrestre

- Este alienígena es el único superviviente de su planeta. Cuando la tripulación de Pluton B.R.B. Nero es enviada al espacio en busca de un planeta habitable, se llevan al único extraterrestre que ha caído en la Tierra y el único que conoce la galaxia. Su conocimiento del universo es imprescindible para que les indique dónde hallar ese planeta. El problema es que Roswell odia a la humanidad por todos los experimentos que los científicos de la Tierra han hecho con él. Por ello, lo mantienen hibernado por su peligrosidad y sólo lo descongelan cuando lo necesitan. Siempre está encadenado a una máquina que controla continuamente sus constantes vitales. El aspecto de Roswell es uno de los grandes secretos de la serie.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_