_
_
_
_
_
Editorial:Editorial
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Convalecencia regional

Los análisis económicos más optimistas subrayan que la recuperación que cada semana promete el presidente del Gobierno ya ha llegado a algunas comunidades autónomas. Concretamente, al País Vasco, Madrid y Navarra; según algunos indicadores directos e indirectos, en términos de crecimiento intertrimestral, durante el cuarto trimestre de 2009 experimentaron crecimientos del PIB regional del 0,1%, 0,3% y 0,1%, respectivamente. Si se aplica crédulamente la agostada metáfora de la vicepresidenta Salgado, resultará que los brotes verdes acabarán por florecer en todas las comunidades autónomas. Cuestión de tiempo, aunque el Gobierno sigue sin saber cuánto. Ahora bien, el crecimiento regional en tasa anual durante 2009, cuyo primer avance oficial sirvió el Instituto Nacional de Estadística el martes, sólo muestra una relación monocorde de contracciones de los PIB autonómicos, desde las moderadas -2% o -2,5% padecidas por Extremadura y Navarra hasta las más graves -4,4%, -4,3% y -4,1% sufridas en Aragón, Valencia y Cataluña, respectivamente.

La pauta que explica el amplio abanico de descensos de producto en las economías autonómicas está en el siguiente algoritmo: han caído más en aquellas comunidades en las que más importancia tenían el mercado inmobiliario y la industria; han caído menos en las que pesan los presupuestos y las actividades relacionadas con el automóvil. La pauta explica grosso modo por qué la recesión ha castigado con más dureza las economías de la costa mediterránea, menos las de la costa cantábrica y la resistencia de Extremadura, donde tienen importancia relativa todavía la producción agraria y la inversión pública.

Todo lo anterior, hay que decirlo, es provisional. Y no sólo por el carácter de avance que tienen las estadísticas, sino porque están en marcha varios ajustes de mayor cuantía que afectarán a las economías regionales. Desaparecerán parte de las inversiones públicas de estímulo que han alimentado tenuemente la actividad durante 2009; también menguarán las ayudas, nacionales e internacionales, concedidas a la venta de automóviles, y el recorte de gasto público en las autonomías (unos 2.000 millones sólo en 2010) también tendrá efectos contractivos. Es probable, pues, que durante 2010 se produzcan correcciones en el crecimiento (o contracción) regional que afecten a algunas autonomías hasta ahora menos perjudicadas por la recesión. Por ese razonamiento se llega a una previsión pesimista para el conjunto de la economía durante este año. Los factores que se oponen a la recuperación (recorte del gasto, desaparición paulatina de los estímulos inversores y de las ayudas sectoriales, cierre de las facilidades crediticias en el BCE y, aunque no será el freno más importante, la subida del IVA a partir de julio) pesarán probablemente más que los que la activan. Está pendiente además la recapitalización del sistema financiero; sin el crédito a las empresas solventes que debe fluir desde los bancos y las cajas, la reactivación económica es una entelequia.

Conviene recordar también que la recesión (general y regional) tendrá además un efecto secundario importante: frenará el proceso de convergencia de los PIB autonómicos, notable durante el largo periodo de prosperidad económica e invertido (es decir, aumenta la divergencia en los crecimientos regionales) a partir de 2008. -

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_