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GRECIA | Laboratorio de ideas

Elecciones: juego de acusaciones

Las elecciones anticipadas no resolverán los problemas de Grecia. La paralización del sistema político -plagado de corrupción, escándalos y amiguismo- está retrasando reformas económicas dolorosas, pero urgentemente necesarias. El primer ministro, Costas Karamanlis, ha convocado elecciones imprevistas, pero no es probable que eso resuelva los problemas.

Grecia tiene el déficit por cuenta corriente, en proporción al PIB, más elevado de la zona euro. La tasa de paro de los licenciados universitarios es del 25%, y el mercado laboral es uno de los más rígidos de la UE. Con una previsión de deuda pública del 109% del PIB para finales de año, el déficit presupuestario previsto del 6,2% es demasiado alto. El país tiene incluso una inflación relativamente alta.

Cierto es que la crisis no ha golpeado excesivamente a Grecia. Se prevé que el PIB caiga en un porcentaje relativamente moderado del 1,7% en 2009, de acuerdo con el FMI. Pero la crisis parece estar erosionando los beneficios aportados por la pertenencia a la UE. Fitch calcula que el sistema bancario, muy ayudado por el apoyo europeo, es el que mayor riesgo a largo plazo corre de Europa Occidental. El transporte marítimo y el turismo, los otros motores de crecimiento del país, han recibido un duro varapalo.

Las crisis ponen a prueba a los políticos y los griegos no la están pasando. El actual Gobierno de centro derecha del Nuevo Partido Demócrata ha sido llamativamente incapaz de cumplir sus promesas de cambio. El Gobierno de Karamanlis no ha liberalizado suficientemente la economía, ni mejorado la disciplina presupuestaria, ni reformado el anticuado sistema universitario público. Pero sí se ha visto afectado por diversos escándalos, además de presidir uno de los peores periodos de agitación ciudadana en décadas.

Las elecciones anticipadas podrían parecer una opción evidente. A pesar de su distinguido historial, el izquierdista PASOK, ahora en la oposición, tiene dificultades para encontrar un programa creíble. Dado que ambos partidos están infectados, es probable que aumente la desconfianza popular hacia los políticos. A no ser que alguien encuentre suficiente energía para romper la situación dada, Grecia podría seguir enterrándose cada vez más en un agujero económico.

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