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España no será rescatada

Lo digo desde el inicio por si algún lector tiene prisa y quiere ahorrarse el resto del artículo. Nuestra situación es distinta de los casos griego e irlandés. Grecia tiene los peores datos de deuda y déficit, y dado que engañó en las cifras que presentó, la incógnita es si ellos mismos saben la magnitud de su tragedia. El agujero de los bancos irlandeses también parece que puede ser superior al previsto. Me atrevo a asegurar que en estos dos casos, que ya han recibido una ayuda cifrada en 110.000 y 85.000 millones de euros, respectivamente, será necesario aplicar una quita para los acreedores de entre un 30% y un 50%. Es decir, que no solo pagaremos los contribuyentes de todos los países, sino también los bancos tenedores de esta deuda, que, dicho sea de paso, me parece lo más justo.

Confesemos que nos ha ido de maravilla que nos "aconsejaran" empezar a hacer los deberes

No olvide, amigo, que no rescatamos países, sino a los bancos ingleses, alemanes y franceses. En el caso portugués, la inestabilidad política puede forzarle, a pesar de que no tiene excesivos vencimientos de deuda pública a corto plazo, a pedir ayuda. El montante de la misma se estima alrededor de los 75.000 millones. En definitiva, los tres rescates serían asumibles con el actual Fondo. Otra cosa es que los ciudadanos portugueses acepten de buen grado más recortes, con el consiguiente efecto sobre el potencial de crecimiento, tan débil en nuestro vecino país.

El caso español es distinto. Finalmente, ojalá hubiera empezado antes, el Gobierno está tomando las decisiones oportunas y podemos decir que estamos haciendo los deberes. Aún no podemos levantarnos de la mesa e ir a jugar al parque porque no los hemos acabado, pero estamos en ello.

En primer lugar, es fundamental la decisión inequívoca de no superar el 6% de déficit público en 2011. Los riesgos que tenemos son el precio del petróleo y la evolución de los tipos de interés, que dificultarán el crecimiento, que seguramente será inferior al 1,3% previsto en los Presupuestos Generales del Estado, pero que esperemos se acerque a una cifra en torno al 0,7%. Si se pone en riesgo el objetivo del déficit, el Gobierno deberá antes del verano hacer nuevos recortes o aumentar impuestos, posiblemente el IVA.

En segundo lugar, la reforma del sistema financiero va por buen camino. El Banco de España ha calculado en 15.000 millones de euros las necesidades de capital del sistema financiero, con unos criterios rigurosos e incluso con mayores exigencias que las de Basilea III. Si finalmente hay salidas a Bolsa de algunas cajas o acuden inversores privados en ayuda de las entidades, el montante a aportar por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) podría incluso disminuir, aunque igual haya que ajustarlo por el efecto de la crisis griega. Por cierto, ¿alguien sabe lo que le pasa a Moody's? No sé si nos tiene manía, pero ya les adelanto que me fío muchísimo más de las cifras del Banco de España que de los 50.000 millones en que la agencia de rating cifraba las necesidades de capital de las entidades españolas.

En tercer lugar, ya hemos efectuado la reforma del sistema de pensiones que nos dejará tranquilos los próximos 20 años. Luego habrá que ir ajustando el modelo según evolucione la economía y la pirámide de población, pero ya se han puesto las bases para el control del déficit en el que hubiéramos incurrido en menos de 10 años.

En cuarto lugar, incluyo la puesta en escena del llamado Pacto del Euro, que se discute con el nuevo plan de asistencia a partir de 2013. Me parece una oportunidad para resolver el problema que siempre hemos manifestado con la creación del euro. Me refiero a tener una única política monetaria para países con distintas políticas fiscales, de rentas y diferentes situaciones dentro del ciclo económico. Estamos a tiempo de armonizar la fiscalidad, de afrontar juntos los problemas del envejecimiento, de la productividad y, en definitiva, asegurar un crecimiento más sostenible. Si un país necesita un rescate es normal que el acreedor quiera garantías respecto a la utilización de estos fondos y exigir unas actuaciones económicas acordes a la situación del país. Confesemos que a España le ha ido de maravilla que le "aconsejaran" empezar a hacer los deberes.

Dicho esto, también hemos de aceptar que no podemos dejar aún nuestro pupitre. Hay que resolver la vergonzosa lacra de tener una tasa de paro del 20%, o del 40% en los jóvenes. La patronal y los sindicatos ya tenían que haber llegado a un acuerdo. Llevan así más de dos años. Ahora piden 15 días más. Esperemos sean los últimos, porque es básico encontrar la fórmula que nos permita crecer, auténtica clave de la recuperación. No mejoraremos la cifra de parados si no crecemos, al menos, a un ritmo del 2%, y para ello nos falta al menos un año. También habrá que resolver la situación de la sanidad y de la educación, probablemente con un copago en ambos casos en función del nivel de renta. Pero esto ya se verá en otro artículo. Ahora relájese y olvídese de Moody's, saldremos adelante.

Jordi Fabregat es profesor del Departamento de Control y Finanzas de ESADE.

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