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Reportaje:Laboratorio de ideas | BREAKINGVIEWS. REUTERS

Fuera de la caja

La jugada de La Caixa será difícil de imitar por el resto del sector

La cotización del negocio bancario de La Caixa es un hito en la banca española. La caja de ahorros es la primera en enfrentarse a los mercados de valores en una operación compleja para sacar a Bolsa sus activos bancarios a través de Criteria, su holding de inversión cotizada. La jugada será difícil de imitar por el resto del sector de las cajas de ahorros, a la caza de capital para poder cumplir los nuevos requisitos gubernamentales y regulatorios.

Puede que los accionistas de Criteria se queden atónitos ante la repentina transformación de su empresa en un banco, pero al menos las condiciones parecen generosas. Criteria adquirirá las operaciones bancarias de La Caixa por 9.500 millones de euros. A cambio, La Caixa recibirá participaciones en grupos industriales como Abertis o Gas Natural por valor de 7.500 millones de euros, así como 2.000 millones de euros en nuevas acciones de Criteria a un precio un 27% por encima del cierre del mercado. La empresa bancaria está valorada en 0,8 veces el valor contable, en la línea con los bancos españoles que cotizan en Bolsa, aun cuando el nuevo banco tiene coeficientes de capital y fondos de previsión superiores. Las acciones de Criteria subieron casi un 17%.

La Caixa está, en la práctica, debutando en el mercado sin la complicación de una salida a Bolsa. Criteria, que pasará a llamarse CaixaBank, tendrá un porcentaje de capital puro de máxima calidad del 10,9% una vez que emita un valor convertible obligatorio previsto esta primavera. También tendrá plusvalías latentes en el grupo petrolero Repsol y en el gigante de las telecomunicaciones Telefónica, las cuales podrían incrementar más su capital. Igual de importante es que no incluirá los activos inmobiliarios ejecutados de La Caixa, que se quedaran en la matriz.

El banco todavía se enfrenta a dificultades. Los márgenes están cayendo y siguen estando expuestos a los promotores inmobiliarios. Pero menos de la quinta parte de eso está respaldado por suelo, y las provisiones cubren dos tercios de los préstamos problemáticos inmobiliarios.

La Caixa, que tendrá una participación del 81,1% en CaixaBank, había estado trabajando en la operación antes de que la ministra de Economía, Elena Salgado, pidiese a las cajas de ahorro que no cotizan que aumenten los coeficientes de capital hasta al menos el 9% antes de septiembre. El banco podría estar preparándose para consolidar entidades españolas crediticias más débiles y canalizar capital privado hacia el sistema. Quizás tendría más sentido mirar oportunidades en el extranjero, ya que La Caixa tiene casi el doble de sucursales en España que su rival BBVA, pero es menos rentable. Lo que está claro es que otras cajas más débiles deberían ser mucho más baratas que la más bien baja valoración de La Caixa. Pero ahora la siguiente jugada de CaixaBank tendrá que someterse al escrutinio de los accionistas.

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