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Reportaje:

Mucho talento, poco dinero

Los proyectos españoles se encuentran con dificultades para conseguir inversores

Ramón Muñoz

Los inversores españoles vivieron la burbuja de finales del siglo pasado en primera persona. La salida a Bolsa de Terra convirtió a unos pocos en millonarios y vació las cuentas corrientes de otros muchos. Pero no fue el único canto de sirena que entonaron las puntocom nacionales. La misma Terra, animada por su éxito, compró el portal Lycos por 12.000 millones de euros. En 2004 se lo vendió a una desconocida empresa coreana (Daum Communications) por 87 millones de euros.

Para competir con Telefónica, Jazztel buscó fortuna en el Nasdaq y la halló. Las acciones salieron en diciembre de 1999 a 16 dólares y el primer día cerraron a 58. En tres meses la cotización se disparó hasta los 137 dólares. Hoy cotizan a 3,94. Fondos, bancos y empresas tan tradicionales como Dragados se dejaron decenas de millones en el camino. Y a la lista habría que sumar proyectos fallidos como Ya.com, Eresmas, Patagón, Ecuality y tantos otros. La prueba más palpable de este fracaso es que el Nuevo Mercado, el llamado Nasdaq español, que se creó el 10 de abril de 2000 para acoger a estas nuevas firmas tecnológicas, apenas duró siete años.

Tuenti, Privalia, Antevenio o BuyVip son algunos casos de éxito
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Aquí no caben todos

Con estos precedentes, y la enraizada desconfianza de los inversores nacionales a los proyectos de innovación, el nacimiento de startups ha sido complicado. Pero el mercado no ha estado parado. Incluso ha habido grandes operaciones. Tuenti ha sido la mayor. Telefónica se hizo el verano pasado con el 92% de la red social para adolescentes. Pagó más de 70 millones de euros al fondo Qualitas Equity Partners, a sus fundadores y directivos. La operadora busca ahora monetizar los ocho millones de perfiles registrados. Por lo pronto, ha convertido la marca en un operador móvil virtual y se plantea la expansión internacional para multiplicar sus ingresos, que solo alcanzan los 10 millones de euros anuales.

Apenas dos meses después, Amazon sorprendía al mercado al anunciar la adquisición por 70 millones de euros de BuyVip, un portal español de compras que se ha acogido a la fórmula de un club privado de moda, con más de seis millones de socios, en los que se pueden conseguir grandes marcas con descuentos de hasta el 70%. Fundada en Madrid en 2006, en apenas cuatro años ha logrado una facturación de 140 millones, lo que le permitió atraer a los inversores hasta que el portal estadounidense se fijó en ella.

"Tuenti y BuyVip han ayudado a poner Internet en España en el radar de los inversores nacionales no tecnológicos así como en el de los internacionales especializados en Internet. Aquellas empresas que demuestren resultados y se abran al mercado internacional no tendrán nada que envidiar a las de fuera a la hora de contar con recursos financieros", dice Gustavo García, consejero delegado y cofundador de BuyVip.

Antevenio, dedicada a la publicidad interactiva en soportes como el móvil, es la única empresa española de Internet que cotiza en Bolsa -Alternext de París-, y tras tres años de andadura bursátil y 14 de existencia ha anunciado que repartirá dividendo este año. Su consejero delegado, Joshua Novick, se precia del pasado de la empresa -"somos una compañía preburbuja puntocom, cuando aún no se habían dado pelotazos en Internet"- y de su trayectoria, ya que la firma es rentable desde finales de 2002. "Nuestros accionistas tienen una filosofía de inversión de permanencia a largo plazo y no impulsan la economía del pelotazo. Siempre hemos tenido una gestión financiera rigurosa, como cualquier compañía de la economía tradicional".

Novick cree que para diferenciar un buen proyecto en Internet de otro que solo pretende dar el pelotazo hay que fijarse en dos cosas: el accionariado y el currículo de los fundadores. "Hay inversores de venture capital y private equity con filosofías de dos o tres años; son los primeros interesados en inflar cotizaciones y enfocarse a generar plusvalías rápidas y no a un negocio sostenible con visión de largo plazo. Los fundadores son otra pista. En plena burbuja vimos muchas compañías montadas por exbanqueros y consultores con acceso a capital y que saben paquetizar proyectos para venderlos".

Privalia, otro club privado de venta online fundado por Lucas Carné y José Manuel Villanueva en 2006, también está viviendo una carrera meteórica. A finales de 2010, y avalado por una facturación anual de casi 170 millones de euros, cerraba su quinta y mayor ronda de financiación por 70 millones, dando entrada en el accionariado a General Atlantic y la europea Index Ventures. En marzo pasado se hacía con el portal alemán Dress for Less.

"En los últimos dos años, y gracias a historias de éxito como Privalia, ha crecido mucho el interés inversor por negocios basados en Internet. Pero hay que ir con algo más que un plan bajo el brazo: es importante mostrar resultados tangibles. Si puedes enseñar resultados, el capital existe. Aunque hay que picar muchas puertas porque los mercados son cada vez más exigentes y más globales, y también hay cada vez más proyectos compitiendo por la financiación. Estamos permanentemente en contacto con gente que nos comenta sus proyectos y no solemos percibir la voluntad de dar el pelotazo, sino de gente dispuesta a trabajar muy duro", señalan Carné y Villanueva.

Encontrar en España un business angel, como se conoce a los inversores que ayudan a financiar proyectos innovadores, no es fácil. Pero tampoco es imposible. La Asociación de Inversores y Emprendedores de Internet intenta dar salida a los mejores de ellos. Un viernes de cada mes se reúnen sus socios y estudian entre siete a diez proyectos. Previamente ha habido un filtro previo riguroso para asegurarse de que el proyecto no solo es atractivo tecnológicamente, sino viable financieramente. Solo uno de cada 50 planes presentados se lleva a esas reuniones. Tras pasar esa primera fase, se buscan inversores privados para arrancar el proyecto, entre seis meses y un año, que aporten entre 100.000 y 500.000 euros. Si la nueva empresa cumple su plan de negocio, se pasa a una segunda fase en la que entran ya los fondos de capital riesgo y las cantidades invertidas se elevan a millones de euros.

"Evidentemente, es casi imposible que surjan un Facebook o un Google españoles, porque estamos hablando de 20 o 30 millones de euros para arrancar, y aquí no hay ese dinero. Eso no quiere decir que no haya oportunidades. Internet es una alternativa tremenda para montar tu propia empresa. No hay ningún sector con tanto talento y potencial de crecimiento y más en un país con cinco millones de parados, en el que nadie va a ir a tu casa a ofrecerte un empleo", indica Carlos Blanco, fundador del grupo ITnet y uno de los miembros de la asociación.

Preparadas frente a la crisis

Una radiografía completa de los nuevos proyectos de Internet está contenida en el informe Nuevas Empresas de Base Tecnológica 2010, elaborado por Madri+d, de la Comunidad de Madrid. Estas son sus conclusiones:

- Esfuerzo inversor. La inversión inicial es inferior a 60.000 euros en más de la mitad de las empresas, entre 60.000 y 300.000 euros para el 30% y únicamente un 3,7% superan el millón de capital inicial invertido.

- Cifra de negocio. Casi el 50% ha incrementado sus ventas en los últimos dos años, y un 45% las ha mantenido a pesar de la crisis. La facturación media es de 175.063 euros.

- Empleo. El número medio de empleados es de 6,15 y la facturación media es de 20.199 euros por trabajador.

- Financiación. La mayor parte de las empresas presentan importantes necesidades de recursos financieros. El 81% oscila entre 50.000 y un millón de euros, y un 15% necesita más de un millón de euros. Sobre las fuentes, el 36% recibe fondos públicos, el 45%, de inversores privados, y solo el 18%, de fondos de capital riesgo.

- Perspectivas. Un 78% de las empresas espera superar el triple de su cifra de ventas actual. Y un número significativo de estas pretende incrementarlas hasta en diez veces.

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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