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GRECIA / RESCATE | Laboratorio de ideas | BREAKINGVIEWS. Reuters

El riesgo de contagio

El apoyo verbal a Grecia no está resultando suficiente. Si no hay dinero, no sirve de nada. El diferencial de la deuda griega a medio plazo sobre la alemana ha subido hasta los 4,5 puntos porcentuales. Demasiado alto para ser viable para un país muy endeudado. Un rescate a Grecia en forma de préstamos de emergencia tiene que salir adelante, y rápido. La cuestión será si esto traería tranquilidad o llevaría a los mercados a la caza de otros países de la zona euro con déficits excesivos, e incluso al Reino Unido.

El desencadenante exacto de la intervención no está claro, pero lo más probable es que el FMI, al que Alemania quería involucrar en cualquier propuesta de rescate de Grecia, coordinará un rescate. El acuerdo probablemente incluiría préstamos bilaterales de Francia, Alemania y otros países de la UE, apuntalados por préstamos del FMI, que se otorgarían sólo si Grecia cumple los objetivos fiscales.

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Los presidentes de la UE ya habían afirmado que no habría subvenciones a los préstamos otorgados a Grecia. Pero esto es incompatible con el complicado negocio de salvar al país. Jean-Claude Trichet, presidente del BCE, ha dado a entender que el tipo de interés no sería muy superior al coste de financiación para los Gobiernos donantes. El BCE también se ha saltado sus normas sobre garantías para permitir a los bancos griegos que sigan teniendo financiación barata.

Con préstamos de emergencia a tipos moderados, Grecia sobrevivirá a la temporada primaveral de financiación. Pero el problema no se acaba ahí. El déficit fiscal de Grecia tendrá que recortarse y habrá que reanudar el crecimiento económico. La UE podría pasarse años inyectando dinero a Grecia. La cuestión más inmediata es qué pasa con España, Irlanda, Portugal e Italia, cuya trayectoria fiscal parece insostenible. Ellos también se enfrentan al problema de intentar restablecer el crecimiento con la carga de una divisa fuerte. El peligro para la UE es que salvar a Grecia supone que los mercados salgan a la caza de otros países.

Portugal e Irlanda, por ejemplo, aún logran financiación a tipos moderados. Esto podría cambiar en los próximos meses. Si los mercados pueden marginar a un miembro de la eurozona, también pueden hacérselo a otros. Los líderes de la UE tendrán que esperar que los mercados no se empeñen en averiguar a cuáles. -

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