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Tribuna:Laboratorio de ideas
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Sin soluciones para el corto plazo

Durante los días anteriores a la cumbre de la UE, existió una gran expectación con cierta esperanza a la vez que se dramatizaba sobre la urgencia de una solución. Sin embargo, no parece que el resultado haya convencido a casi nadie y desde luego no ha convencido a los mercados, que siguen apostando a la baja por Europa considerando con bastante razón que no se toman las medidas urgentes y a corto plazo adecuadas al momento que se está viviendo.

El 9 de diciembre, los jefes de Estado y de Gobierno de 26 de los 27 países de la UE firmaron una declaración conjunta para llegar a un nuevo pacto presupuestario y una coordinación reforzada de las políticas económicas. Las soluciones aportadas en el documento están más dirigidas al medio y largo plazo, en un intento de avanzar hacia más Europa que a aportar soluciones a la situación urgente de falta de credibilidad de los mercados de deuda y falta de liquidez financiera en general.

Los ajustes de gasto serán absolutamente necesarios y el aumento de impuestos, inevitable

El origen está en la posición alemana, totalmente opuesta a la ampliación de la actuación del Banco Central Europeo y a la posibilidad de avanzar en una posible emisión de eurobonos o algún otro tipo de aval o garantías para las deudas soberanas de los países. El motivo es la aversión total de Alemania hacia la inflación. Indudablemente, cualquier ampliación de la liquidez por parte del BCE significaría la consiguiente monetización (mayor emisión de euros) y por tanto generación de inflación futura, aunque esto permitiese crecimientos de la actividad en los Estados miembros.

Hay que reconocer que Alemania comenzó a hacer sus reformas antes del comienzo de la crisis y que los ciudadanos alemanes ya han sufrido los ajustes y recortes de salarios y empleos. Hay menos parados pero más subempleados. En el resto de los países de la zona euro ha llegado inexorablemente el momento de las reformas y de los ajustes, pero debería encontrarse alguna vía para incentivar el crecimiento y el empleo.

En el corto plazo, la máxima preocupación está en las necesidades de financiación de los Estados, las instituciones financieras y las empresas. Mientras este problema no se solucione no será posible alcanzar un crecimiento de la actividad que genere creación de empleo. En la declaración de la última cumbre de la UE se considera la necesidad de aplicar algunos mecanismos a corto plazo para afrontar las tensiones actuales en los mercados.

A partir de ahora, además de la llamada Facilidad Europea de Estabilización Financiera (FEEF) -poco eficaz hasta ahora-, se acuerda acelerar la entrada en vigor en julio de 2012 del Mecanismo Europeo de Estabilidad, que se podrá aprobar por mayoría cualificada, y se amplían las aportaciones al Fondo Monetario Internacional (FMI) para fortalecer los instrumentos de defensa de la zona euro. Se quiere llegar a los 200.000 millones de euros, aunque hasta ahora se han comprometido 150.000 millones. La estimación para España es de cerca de 15.000 millones.

Pero de momento no se hace ninguna concesión a la posible ampliación de la intervención del BCE, y menos a la creación de eurobonos, que se condiciona a la existencia de una unión fiscal en la unión monetaria. La única aportación a la solución a corto plazo ha sido el anuncio del BCE de la concesión de una línea de crédito de financiación ilimitada a los bancos a plazo de tres años. El BCE continuará con las compras de bonos en el mercado secundario, pero teniendo en cuenta que no podrán ser muy cuantiosas, ya que las realizadas hasta el momento se elevan a 211.000 millones de euros.

En cuanto a España, no fueron los déficits públicos los que generaron la crisis, sino que fue la crisis la que generó el déficit al reducir drásticamente la recaudación de impuestos. En el año 2007 España contaba con superávit público, que se ha convertido en déficit (11.1% del PIB en 2009) al avanzar la crisis y explotar la burbuja financiera. Ahora toca ajustar y equilibrar los gastos públicos con los ingresos, esperando que cuando haya recuperación económica los ingresos públicos aumenten y esto permita reducir la deuda pública actual. Pero mientras no haya crecimiento los ajustes de gasto serán absolutamente necesarios y el aumento de impuestos en el medio plazo será inevitable. Ahora Rajoy tiene la palabra.

Carmen Alcaide es analista y expresidenta del Instituto Nacional de Estadística (INE).

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