_
_
_
_
_
NINTENDO | BREAKINGVIEWS. REUTERS

No tan súper, Mario

Nintendo rebajó drásticamente su previsión de beneficios, y el precio de su último dispositivo de juego portátil y sus acciones se desplomaron. Un yen fuerte y un gasto de los consumidores estadounidenses débil son parte del problema, pero el azote de Nintendo es el iPhone. Si no entra con fuerza en el mercado de los teléfonos inteligentes, el juego podría acabar.

Nintendo se une a una lista cada vez más larga de fabricantes de productos electrónicos de Japón y otros lugares de Asia castigados por la caída del gasto de los consumidores. Anunció que sus ventas durante el segundo trimestre se redujeron un 50% en comparación con el mismo periodo de 2010, lo que lo deja con unas pérdidas de 25.000 millones de yenes. Las ventas en el continente americano, normalmente su mayor mercado, cayeron un 69%.

Con una tasa de paro del 9,2% y la vivienda todavía floja, los consumidores estadounidenses son cada vez más derrochadores. Las principales empresas electrónicas de Asia (Samsung, Panasonic e Hitachi), golpeadas también por la subida de las divisas, registraron resultados claramente inferiores. Panasonic anunció unas pérdidas de 30.400 millones de yenes.

Las presiones también pueden haber hecho daño a Sony, que fabrica la consola rival PlayStation Vita. Pero aunque las tendencias negativas generalizadas afligen al sector mundial de la electrónica, Nintendo parece estar en una situación especialmente difícil. La cada vez mayor popularidad de los juegos de Facebook supone una competencia formidable.

Nintendo revisó a la baja su cálculo de ventas del sistema de juego Wii para el año que concluye en marzo de 201, estableciéndolo en un 7,7%. Más importante, sin embargo, es la creciente preferencia de los consumidores por jugar en sus teléfonos móviles en vez de en una consola de juegos específica para ello. Las ventas del dispositivo de 3D de Nintendo, presentado hace solo cinco meses, se redujeron un 81% durante el segundo trimestre.

La respuesta de Nintendo, rebajar drásticamente el precio del dispositivo en un 40%, parece una medida desesperada. Ahora probablemente pierda dinero con cada aparato que venda.

A juzgar por los indicios que están apareciendo, Nintendo tiene que ponerse a hacer algunas reflexiones estratégicas bastante fundamentales. Tiene que decidir si se le dan mejor los equipos o los programas. Podría conceder licencias para usar sus juegos a Apple o a las muchas empresas que fabrican teléfonos con el sistema Android. Podría asociarse con un fabricante de teléfonos para crear un producto mixto o usar su montaña de efectivo de 10.300 millones de dólares para contribuir a la compra de uno. De una u otra forma, Nintendo tiene que actuar con mucha más inteligencia respecto a los teléfonos inteligentes. -

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_