Género violento
Lo que está en juego con el degüello de Svetlana luego de su presencia en un obsceno testimonial emitido en horario de protección infantil no es la continuidad del programa de Patricia, señorita que siempre puso el grito en el cielo y muy indignada cuando oía hablar de telebasura, sino la continuidad misma de la telebasura española en todas sus innumerables declinaciones catódicas. Está en juego el verdadero negocio de dos cadenas generalistas porque hasta aquí hemos llegado.
Así lo entendieron los jefes de Antena 3, y en lugar de pedir disculpas en pantalla y en el programa de Patricia, organizaron este viernes, ya sin horario protegido, una sesión de autocrítica en ¿Dónde estás, corazón? que reunió a sus más peleones periodistas especializados en ese género y formato que un día inauguró Tómbola, el origen valenciano del virus. Allí estaban los más temibles profesionales del morbo rosa, desde el incombustible Mariñas hasta la indómita Patiño conducidos por ese Cantizano de sesión continua y programa único, para hacer terapia de grupo sobre "los presuntos excesos" de los periodistas estrellas del virus nacional.
No se dieron por enterados del caso Svetlana ni se citó la palabra "telebasura", que fueron los motivos por los que estaban allí, sin protección infantil y convocados por los acojonados directivos de la cadena, y la famosa autocrítica derivó en mascullar ciertos acosos famosos (La Pantoja, Ramoncín, Jesulín, Paquirri y compañía) que acabaron en lucha libre y no por sincera indignación: sólo porque la realización tenía preparados unos vídeos compactados en bucle que ilustraban con todo detalle la brutalidad que siempre convoca ese periodismo. Se intentó hacer terapia de grupo para vacunarse la cadena contra la indignación nacional provocada por la telebasura de Patricia, pero sólo fue otro burdo pretexto de plató para poder emitir otra vez los vídeos más violentos del género.
