"El 'blog' es vivir para contarla"

El escritor Santiago Roncagliolo (Lima, 1975) obtuvo el premio Alfaguara de novela 2006 con Abril rojo. Aunque vive habitualmente en Barcelona, respondió a las preguntas desde un ordenador de un hotel de Colombia, cuyo teclado no permitía escribir con eñes y tildes.

Pregunta. ¿Trabaja muchas horas con el ordenador?

Respuesta. Unas ocho horas al día frente al portátil, aparte de los regresos constantes debidos a mi adicción al mail.

P. ¿Alguna manía a la hora de escribir?

R. Silencio sepulcral. Nada de música ni de gente cerca. No puedes hablarme, no puedes caminar, no puedes respirar cerca de mí.

P. ¿Viaja con el portátil?

R. No. Soy peruano. Nunca he podido sobreponerme a la certeza de que me lo van a robar.

P. ¿Cuál es el último chisme tecnológico que ha comprado?

R. Me regalaron una Palm Pilot por mi cumpleaños, pero soy un inútil y ni siquiera conseguí encenderla. La devolví.

P. ¿Catástrofes informáticas?

R. Soy una catástrofe constante.

P. Si el ordenador se estropea, ¿a quién llama?

R. A nadie. Lloro y pataleo hasta que viene mi novia, me calma y lo arregla con sólo tocar un par de botones. Es magia.

P. ¿Emplea Skype?

R. ¿Qué es Skype?

P. ¿Tiene iPod?

R. Sí, pero no lo sé llenar. A un amigo le cuento mis planes, y me llena mi iPod con la correspondiente banda sonora de mi vida.

P. ¿Cuántas veces al día mira el correo electrónico?

R. Cada vez que el Messenger anuncia un mensaje. No puedo contenerme. Para escribir literatura debo desconectarme.

P. ¿Ha puesto alguna imagen como fondo de escritorio?

R. Una niña me envió el dibujo del dragón protagonista de uno de mis libros infantiles. Me emocioné tanto que lo coloqué.

P. ¿Hace fotos con la digital?

R. Sólo cuando me dicen "aprieta acá".

P. ¿Cómo le resulta la experiencia de escribir un blog ?(blogs.elboomeran.com/roncagliolo)

R. El blog se ha convertido en una dulce condena. Vivo para él, leo para él, veo películas para él. El blog es vivir para contarla.

P. ¿Lee los comentarios?

R. Leo todos los comentarios, y decido los temas según lo que les interesa a mis lectores, como en una conversación. Pero no contesto abiertamente, porque eso podría implicar estancarme en un tema o en un solo lector.