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Reportaje:REPORTAJE

Café y política en la Casa del Pueblo

Tiene 86 años y fue miliciano, luchó contra el fascismo y perdió; fue detenido y encarcelado. De aquellos tiempos de cárcel y campos de trabajo aún conserva la memoria intacta y un carné del PSOE que enseña con orgullo. Siempre se sintió socialista a secas, ni de Felipe ni de Guerra, aunque en el altar profano de sus recuerdos permanece una candela encendida por su compañero Ramón Rubial. Se llama Alejandro Pérez y recibe a su invitado en el lugar más seguro de la Casa del Pueblo de Ortuella (Vizcaya), una pequeña habitación sin ventanas convertida en biblioteca. Cuelga la boina de una vitrina y coloca cuidadosamente un folio sobre la mesa para que la copa de coñac no estropee la madera.

Madina: "He leído que en Alemania fusilaban a los judíos en la calle y la gente cerraba las ventanas. Aquí, cuando alguien muere por la libertad también se hace"
Madina: "La sociedad vasca es una sociedad bloqueada ante el terrorismo, y en determinados sectores demuestra nítidamente que es una sociedad cobarde"
Pérez: "El PP juega a dar argumentos al PNV y la estrategia del PNV se concentra a su vez en dar argumentos al PP. Son nacionalismos que se necesitan"
Pérez: "Hablan de Constitución, territorio, marco jurídico, estatuto de autonomía, nación impedida, Euskal Herria... Y yo me pregunto: ¿dónde está el hombre?"

El invitado se llama Eduardo Madina, tiene 27 años y no llega solo. Hace dos años, el martes 19 de febrero de 2002, condujo su coche durante 10 kilómetros hasta que estalló la bomba lapa que los terroristas de ETA le habían colocado. Su reacción de aquel día tiene mucho que ver con su carácter. Salió del coche sabiendo que había perdido una pierna, y cuando el hombre que acudió a socorrerlo casi se desmaya al verle ensangrentado, él le entregó su móvil y le dijo: "Anda, llama a una ambulancia". Ahora es el secretario de las Juventudes Socialistas de Euskadi, y basta oírle hablar para saber que si Alejandro Pérez es el pasado remoto, Eduardo Madina es el futuro inmediato.

Ya se habían saludado en otras ocasiones, pero esta tarde de enero han quedado para charlar de política. Quien lleva la conversación es Eduardo Madina. El viejo miliciano escucha y apostilla. A veces se emociona. No tardan en entrar en harina.

Entrar en harina

-En una ocasión -cuenta Madina-, la Embajada de Estados Unidos me pidió un artículo sobre sociedades que conviven con la violencia. Les dije que creo que existen cuatro sectores. Hay uno que está de acuerdo con la violencia; que es minoritario, pero está ahí. Otro que sufre las consecuencias de una forma nítida, y es en el que estamos mi compañero y yo, el PP, los empresarios..., todos los amenazados. Otro sector es el nacionalista, que a veces ha tenido claro y otras veces ha dejado de tener claro cuál es la estrategia a seguir, si con los victimarios o con las víctimas. Y luego hay un cuarto sector que, o por hastío, o por miedo, o por cansancio, o por indiferencia, el caso es que está mirando para otro lado. Leía el otro día en un libro de Goytisolo y Gunter Grass cómo, tras la segunda victoria electoral de Hitler en Alemania, los judíos eran fusilados en las calles de Berlín. Hoy día, en Alemania se dice que todo estaba sucediendo en los campos de exterminio, en Polonia..., que ellos no lo sabían. Se trata de una especie de aspirina contra el dolor de lo que su sociedad fue capaz de hacer. Pero no, al principio los judíos eran asesinados en plena calle. Y cuenta Gunter Grass cómo él desde pequeño podía ver que, cuando los judíos eran fusilados en los muros o en los callejones de Berlín, la gente de esa calle bajaba las ventanas. Y yo creo que eso en Euskadi está sucediendo ahora. Cuando algunos mueren por defender la libertad o por defender que en este país cada uno pueda trabajar o pensar en lo que le dé la gana, hay otros que están bajando la ventana...

-Eso pasó en Andoain. El día que fuimos a la manifestación por Joseba Pagazaurtundua veíamos cómo la gente bajaba las persianas...

-Sí, por eso yo creo que hay una cierta inteligencia que está faltando. Entiendo el miedo que hace cerrar las ventanas, y entiendo el miedo de no querer participar... Mira, cuando yo tuve el atentado hubo algún amigo mío, de mi cuadrilla de siempre, que llegó a la siguiente conclusión; creo que muy corta de cabeza, pero muy significativa: ¡quién te mandaría a ti meterte en política! Como si los atentados, como si el peligro de que alguien te mate, fuera parte de la política. Yo creo que ETA no es política y que los asesinatos no son política. Los asesinatos son asesinatos porque dentro de una bomba o de una bala no hay espacio para ningún mensaje político. Pero esa reacción es indicativa de lo que a veces la sociedad percibe. Si tú participas en política o eres periodista y no estás de acuerdo con determinados planteamientos, va en tu sueldo la posibilidad de que ETA piense en ti y vaya a por ti. Yo entiendo que haya indiferencias...

-Pues yo no lo entiendo.

-Lo que no entiendo es cómo la gente no se para a pensar un momento que dentro de 10 días o de 12 años puede tocarles a ellos o a sus hijos. Por eso digo que falta inteligencia. Porque hubo un momento, en el año 1983, en que ETA mata al socialista Enrique Casas, al primer político. Y llegó un momento en que mató al primer periodista, al primer abogado, al primer juez, al primer profesor..., cuando antes no había matado nunca a ningún profesor, a ningún juez, a ningún periodista, a ningún político. Yo creo que el espectro de objetivos de ETA avanza y que mañana cualquiera puede ser objetivo, y aunque sólo fuera por eso, por ese egoísmo personal de no verse algún día convertido en un objetivo, la gente tendría que salir de su letargo. Yo creo que ahí la sociedad vasca es una sociedad bloqueada que en determinados sectores demuestra nítidamente que es una sociedad cobarde. Rezuma la misma cobardía que en Alemania ante el mismo fascismo que en Alemania. Y yo creo que esos paralelismos que Grass y Goytisolo nos marcan son evidentes. Habría que preguntarse por qué.

Los fascismos

A veces, mientras Eduardo Madina habla, a Alejandro Pérez se le humedecen los ojos, busca una copa que bebe a hurtadillas y se traga el nudo en la garganta. Hablan de los fascismos que, con medio siglo de diferencia, pero con métodos tan parecidos, intentaron troncharles la vida a uno y a otro, y coinciden en que nada se puede construir sin memoria.

-Yo creo que éste es un país sin memoria -tercia Madina-. Por poner otro ejemplo, es un insulto a la historia de España y a la historia de las personas, es una vergüenza que hagan en el Congreso de los Diputados un homenaje a quienes más lucharon en este país por esa palabrita que tienen todos los días en la boca los dirigentes del PP, Constitución, que quiere decir libertades, que quiere decir respeto, que quiere decir muchas cosas, y que los del PP no vayan al homenaje. Y que salga Luis de Grandes diciendo, con su inglés de Benidorm y de naftalina, que eso es un revival. No es imaginable que Schröder, ante un homenaje al pueblo judío, no vaya al Bundestag. Eso es un insulto a la memoria de este país. Hubo un tiempo de transición en el que hubo que pagar precios...

-Hombre, todos dejamos mucho. Yo, sin ir más lejos, sigo siendo republicano, aunque mi partido aceptara la monarquía, y yo lo acato. También dejó el PNV, y el partido comunista; todos dejamos pelos en la gatera.

Desmemoria histórica

-Pero volviendo a Euskadi, yo creo que aquí hay un proceso paralelo de desmemoria histórica. Son más de 800 víctimas cuyos nombres ya no recordamos, y se han levantado más estatuas a los que ideologizaron las pistolas que a las personas que han sido asesinadas por esas pistolas. Y eso es terrible. Aunque yo no he tenido ese problema, hay mucha gente que ha tenido problemas para volver a integrarse en su círculo de amistades o de trabajo tras ser víctima de un atentado. Ésta es una sociedad que ha dejado durante muchos años campar a sus anchas a sus verdugos mientras las víctimas han pasado escoltadas con inhibidores, con pistolas, con miedo y con sensación de estar haciendo algo malo, ¡quién te mandará meterte en política!... A consecuencia de todo eso, ésta es una sociedad con un estado de ánimo triste, acobardado...

-Y eso es de lo que se está aprovechando el PNV.

-Sin duda. Fue ridícula la imagen del otro día de Arzalluz con un paraguas cantando el Eusko gudariak. ¿Pero qué soldado vasco? ¡Si llevas cobrando un millón y medio al mes desde hace 25 años, jeta! ¿Qué soldado vasco? A lo mejor le estaba cantando al soldado vasco que en Santoña nos vendió a los demás, ¿verdad Alejandro?

-Dímelo a mí, que lo viví.

-Pues lo hicieron por miedo. Lo dice Imanol Zubero: el nacionalismo es la expresión de un miedo. Es el mismo miedo que les hace preferir como compañeras de viaje las ideas políticas que han emanado de esa especie de país de tinieblas por el que ETA ha matado. Creo que todavía están a tiempo de reaccionar y de volver. La historia del PNV está llena de momentos bajos y de otros momentos donde sí ha sabido estar a la altura. Pues nosotros le invitamos a que vuelva a estar a la altura.

Aunque dice que nunca fue ni felipista ni guerrista, Alejandro Pérez tiene el aire de aquellos militantes socialistas que gritaban al ex vicepresidente en el fragor de los mítines: "Dales caña, Alfonso, dales caña". Esta tarde de confidencias, café, copa y humo de tabaco, Alejandro le pide al joven Madina:

-Yo creo, Eduardo, que os estáis equivocando al no sacar más a la luz muchas de las cosas que está haciendo el PNV, volviendo al pasado, haciendo cosas que no las había hecho durante la transición ni en los años posteriores. Creo que el PSE tiene que tener más garra, más empuje, para salir al paso de muchas cosas, y una de ellas es su idilio con Sabino Arana.

-Creo que tienes razón. Nosotros hemos sabido mantener vivo a Pablo Iglesias para sacar lo bueno de él, pero no pretendemos construir estatuas de Pablo Iglesias o proponerle como un gran pensador. Lo guardamos en el cajón de nuestros ideales, en nuestras pieles de gallina y en nuestros pelos de punta. Otros son los que tienen que pasear a sus viejos líderes por avenidas de xenofobia y por plazas llenas de racismo poniéndole como si fuera un gran pensador. Ya te he dicho que ayer vine leyendo en el avión una conversación entre Goytisolo y Gunter Grass, que hablaban del siglo XX y del comienzo del siglo XI. De cómo las propuestas políticas de Milosevic o de Karazic en Yugoslavia rezuman el mismo halo de xenofobia, de mirar hacia el exterior con la ventana cerrada, que tenía Sabino Arana. Y yo creo que poner estatuas a gente así no deja de ser peligroso. Es indicativo del sendero donde el PNV se ha metido, un sendero lleno de estatuas de Sabino Arana.

Paralelismos

Pérez y Madina coinciden en que la lejanía del PNV no tiene por qué implicar un acercamiento mayor al PP. Madina dibuja un paralelismo entre los partidos que gobiernan en Madrid y Vitoria que el viejo miliciano aplaude.

-Yo creo que quien ha dejado en soledad a la gente que estuvo luchando tras muchos años de dictadura por un marco de convivencia, por un marco donde la convivencia fuese posible entre diferentes sensibilidades o diferentes identidades, ha sido el propio PNV. Y yo creo que en cierta medida también el PP. Unos le ponen una estatua a Sabino Arana en el tiempo de la estética de más nacionalismo, y otros invierten 500 millones al año en una fundación vergonzosa que se llama Francisco Franco. Son diferentes maneras de poner estatuas a la sinvergüencería.

-Por eso digo yo, Alejandro, que aunque por ahí fuera se piense que sí, a nosotros nos separan muchas cosas del PP.

-Fuera de Euskadi, la gente tiene que saber que lo que compartimos con el PP es algo muy claro, y es que ETA nos mata a los dos. Y eso genera un dolor compartido. Pero poco más. Y creo que también compartimos muy poco con el PNV. Más bien, últimamente, pienso que quienes más comparten son PNV y PP casi sin darse cuenta. Porque yo creo que Euskadi hoy es lo que es, y España es hoy lo que es, fundamentalmente porque el PNV y el PP están jugando a un juego en el que se están retroalimentando y se están necesitando. Alguien presenta un plan y dice que ese plan será refrendado cuando ETA no mate. Se quiere convertir así en el artífice del silencio de las pistolas, y es entonces cuando alguien inventa desde su analfabetismo político, o quizá desde su perfecto alfabetismo político, una reforma del Código Penal que yo creo que invita al PNV a seguir soñando con esa nación impedida. Les ayuda a visualizar mejor lo que ellos creen que es el enemigo español. Yo creo que el PP juega a dar argumentos al PNV, y a su vez la estrategia del PNV está concentrada en dar argumentos al PP. Son nacionalismos que se necesitan, de la misma manera que el Partido Popular necesita a una Esquerra Republicana de Catalunya muy arrogante y muy nacionalista para tener alguna esperanza de repetir mayoría absoluta en marzo. Se está jugando a alimentar nacionalismos, y yo creo que ésa es una estrategia que electoralmente puede dar algún resultado, pero que es excesivamente cortoplacista y mediocre. Sería mejor un clima de entendimiento, una España más tranquila, donde se pudiera convivir y se hablara de las personas. Yo hace mucho tiempo que no oigo a ningún ministro hablar de nada que no sea la nación, la desmembración de España, el territorio, el marco jurídico...

-Y sobre todo de la Constitución, eh, Alejandro, ellos que no la votaron...

-Sí, sí, la palabra Constitución, la palabra territorio, marco jurídico, estatuto de autonomía, artículos 145, 155, el título octavo, nación impedida, Euskal Herria... Y me pregunto yo: ¿dónde está el hombre, dónde está el ciudadano? Nosotros no lo vemos por ningún lado.

-Y te insisto, Eduardo, que ellos no creían en esto, que ni siquiera votaron la Constitución.

-Que también es curioso eso, que ni unos ni otros la votaron, y unos y otros no hacen más que hablar de ella todo el día. Unos porque están absolutamente empalmados políticamente con ella, y otros porque están absolutamente tristes con ella. Y hay que preguntarle al PNV por qué está triste, porque lleva 25 años gobernando instituciones gracias a ese marco jurídico. Yo entiendo que si estuviese en la oposición, si fuese un partido minoritario... ¡Pero si este país es lo que es porque el PNV ha querido! Yo creo que están sometidos a muchas contradicciones. Y sería bueno que algún día nos las explicaran, ¿no crees?

Alejandro Pérez cree que sí, que al fin y al cabo quizá hayan merecido la pena tantos años de cárcel, tantos campos de trabajo, tanta clandestinidad y tanto sufrimiento si ahora la llama del socialismo es llevada por "jóvenes tan preparados" como este Madina. El viejo miliciano descuelga su boina, se despide de los hombres que juegan al dominó en el bar de la Casa del Pueblo y sale con Madina y sus escoltas al aire de la calle.

Hace unos años, recuerda Alejandro, esta sede socialista fue incendiada por los seguidores de ETA. Bastaron unos meses y mucho esfuerzo para volver a abrirla. Desde entonces, él y otros muchos vienen aquí cada tarde. Desde fuera parece que están tomando café, pero basta entrar y hablar con ellos un rato para saber que, como entonces, siguen resistiendo.

Eduardo Madina y el veterano Alejandro Pérez: dos visiones del socialismo vasco.
Eduardo Madina y el veterano Alejandro Pérez: dos visiones del socialismo vasco.TXETXU BERRUEZO

De los folios en blanco y la hoja de ruta

DICE MADINA que Arzalluz fue muy bueno para los suyos, porque los mantuvo unidos ante el enemigo común, pero que su sustituto al frente del PNV, Josu Jon Imaz, será mejor porque es más listo. El otro día, el joven socialista publicó un artículo en este periódico en el que arreaba estopa sin contemplaciones a los nacionalistas, y cuál sería su sorpresa cuando recibió una llamada de Imaz: "Me dijo que me llamaba porque en este país tenemos que aprender a leernos los unos a los otros. Yo aproveché para decirle que tienen que proponer un plan que empiece con los folios en blanco. Porque si cada fuerza política presenta 85 puntos en un articulado, qué c... de diálogo, qué c... de conversación, qué c... de pretensiones de pacto de libertad vamos a hacer si lo que estamos imponiendo es nuestro modelo o nuestra sensación política".

-Madina -le corta Alejandro Pérez-, hay que volver al día de la transición. Todos tenemos que volver a dejar pelos en la gatera. Si no, es imposible.

-Por eso digo yo lo de los folios en blanco, folios que estén por escribir por todos. No por uno que quiere debatir su plan después de dejarse a la mitad de la sociedad vasca en el camino. Folios en blanco que sienten en una mesa a todos los partidos, un modelo que tenga los anhelos de Ajuria Enea, que intente devolverle a la sociedad vasca la sensación de que todos sus representantes están juntos en la lucha contra ETA, no unos proponiendo un plan que es una especie de muro que divide por la mitad a la sociedad vasca y otros haciendo una reforma del Código Penal diciendo que quien proponga algo con lo que no están de acuerdo va a ir a la cárcel. Que ahora todo el mundo es susceptible de ir a la cárcel. Habría que preguntarle a Aznar: ¿Manolo Chaves también va a ir a la cárcel? ¿Y Maragall? ¿Y si mañana Asturias propone alguna reforma del Estatuto, también irá Areces? Porque digo yo que si Fraga también propone una reforma, podrá ir a la cárcel... ¿O Fraga no? Sería bueno que todos los partidos se unieran en una hoja de ruta común hacia la libertad, no sólo hacia la paz, que hubiera otra sensibilidad en la lucha contra el terrorismo.

-Pues eso lo tenemos que hacer nosotros.

-Sí, ésa es la labor de Patxi López, decir no a la estrategia del PP, que deje de una p... vez en paz el Código Penal y reforme en cambio su código ético...

-Pero partiendo de que ninguno tenemos la razón.

-Claro, Alejandro, sin ninguna duda.

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