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Entrevista:RODOLFO ARES | Consejero de Interior del Gobierno Vasco | ENTREVISTA

Rodolfo Ares"ETA no tiene intención de abandonar las armas"

Consejero de Interior del Gobierno Vasco

Luis R. Aizpeolea

Rodolfo Ares (Orense, 1954), consejero de Interior, dirigente del PSE y de la Ejecutiva del PSOE, es el hombre fuerte del Gabinete de Patxi López. Íntimo del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, puede decirse que la política antiterrorista vasca la diseñan ambos. Escaldado con el proceso de final dialogado del terrorismo de 2006, Ares apuesta por una política de "firmeza democrática" frente a ETA y de exigencia a la izquierda abertzale.

Pregunta. ¿Qué opina de los tres pronunciamientos de ETA desde el 5 de septiembre, en que oficializó el parón en los atentados?

Respuesta. No es una tregua porque no renuncia a mantener acciones terroristas. El anuncio es más light que el de otras treguas. En 1998 habló de tregua indefinida, y en 2006, de tregua permanente. En estos comunicados no responde a lo que le piden los partidos y ni siquiera los radicales abertzales. Es más. El pasado domingo, ETA aclaró, en la entrevista en Gara, que se reservaba la posibilidad de seguir aprovisionándose de armas, de reclutar gente y mantener la extorsión.

"Si no se cometen errores y mantenemos la firmeza democrática, estamos en la recta final del terrorismo"
"No hay que descartar que se produzca una quiebra en el mundo de ETA y los radicales"
"Es una novedad que los 'abertzales' radicales quieran que ETA lo deje para hacer política"

P. ¿Qué sabe de ETA? ¿Quién manda?

R. Sabemos que está más débil que nunca. Se ha detenido a su cúpula sucesivas veces. En su proceso de reorganización ha colocado a gente más joven en la cúpula, y en sus declaraciones se percibe que no tiene ninguna intención de recorrer el camino del abandono de las armas. Si ETA está más débil es por la presión del Estado de derecho, por la colaboración internacional y la presión social.

P. La izquierda abertzale está pidiendo a ETA el abandono definitivo de las armas. Lo hizo el domingo en Gernika. ¿Cómo valora su actitud?

R. Desgraciadamente, ETA le contestó el mismo domingo, en un ejercicio de contraprogramación, diciendo que no aceptaba sus exigencias. En ETA no hay ninguna novedad. Reconozco que es mejor que haga comunicados a que cometa atentados. La novedad digna de destacar es que hay una confrontación entre ETA y los radicales abertzales que, por primera vez, aparece con mucha claridad. Es una novedad que los radicales abertzales quieran que ETA desaparezca para poder hacer política, aunque sea por interés táctico. Todo indica que los radicales abertzales no van a poder mover la posición de ETA, y eso les lleva al desencuentro, que habrá que ver en qué se concreta.

P. ¿Cree a la izquierda abertzale cuando dice que su posición es irreversible?

R. Me encantaría que consiguiera que ETA lo dejara. Pero como parece que no lo consiguen, debían tomar la decisión inequívoca de recorrer el camino que les lleva a la política, respetando las reglas de juego, los derechos humanos y la legalidad, aunque plantearan propuestas para cambiar esa legalidad. Pero tienen que pasar de las palabras a los hechos.

P. ¿Qué es pasar de las palabras a los hechos?

R. Hasta ahora han dado pasitos, que tienen que concretar en su apuesta por hacer política. Son ellos los que tienen que tomar decisiones de manera inequívoca y contundente para independizarse de ETA y sin marcha atrás. No somos los demás los que tenemos que rebajar nuestras exigencias para que ellos hagan política. Por eso, las posiciones que están tomando algunos partidos en Euskadi, con el polo soberanista, me parecen una terrible equivocación.

P. ¿A quiénes se refiere?

R. A Aralar y Eusko Alkartasuna, de los que yo no dudo de su trayectoria democrática y de su voluntad de que ETA desaparezca. Pero si quieren embarcarse en ese polo soberanista, de unidad de acción con los radicales, lo que no deben hacer, y están haciendo, es rebajar sus exigencias. Patxi Zabaleta (líder de Aralar), después del atentado de la T-4 decía que ETA tenía que desaparecer y ahora rebaja sus pretensiones. Lo mismo le sucede a Eusko Alkartasuna.

P. ¿Cree usted que la propuesta de Gernika de la izquierda abertzale, EA y Aralar de presión a ETA, el pasado domingo, es rebajar las exigencias?

R. El acuerdo de Gernika no pide a ETA que deje definitivamente las armas. Le pide la tregua permanente y verificable.

P. También el cese definitivo de las armas.

R. Pero a eso ya les contestó ETA que no lo aceptaba. Insisto en que hay una rebaja de exigencias. Y lo hacen [Aralar y Eusko Alkartasuna] porque los radicales abertzales no están dispuestos a asumir la exigencia de que ETA abandone definitivamente las armas. Los que se han embarcado en el polo soberanista debían ser más exigentes con los radicales abertzales, porque el mejor camino para que no echen marcha atrás es ser exigentes con ellos.

P. Pero la izquierda abertzale ha dicho que la violencia no encaja en su estrategia.

R. Sí, pero no ha dicho nada en contra de la extorsión y sigue habiendo extorsión. No ha dicho nada de coacciones a personas por gente de su mundo y las ha habido. No ha dicho nada de la violencia callejera. Aralar y EA deben ser exigentes para que se pronuncien porque todos deseamos que se incorporen a la política. Pero son ellos los que tienen que tomar las decisiones.

P. La izquierda abertzale pide tiempo para no precipitar una escisión en ETA.

R. Yo no digo cuáles deben ser sus ritmos. Insisto en que debemos ser exigentes, prudentes, y que todos los partidos democráticos debemos pedir a ETA que lo deje, y a los radicales abertzales, que den el paso que tienen que dar. Cuanto menos exigentes seamos con los radicales abertzales y ETA, más tiempo tardarán en tomar las decisiones que tienen que tomar, porque como son difíciles, por eso no las toman. Valoro como muy positiva la unidad democrática de los partidos vascos, excepto los que están en el polo soberanista. Todos hemos coincidido en que solo esperamos de ETA un comunicado en el que diga que abandona definitivamente las armas, y de la izquierda abertzale, que esperamos hechos y no declaraciones.

P. ¿No cree que si la izquierda abertzale se mantiene en una posición irreversible contra la violencia y ETA sigue sin asumirlo, la situación abocará a una escisión?

R. Insisto en que en ETA no hay novedad. Los radicales abertzales tendrán que confirmar con hechos si están dispuestos a independizarse de ETA para hacer política. No hay que descartar que si eso ocurre podría haber gente en el mundo de los radicales abertzales que no compartiera esa decisión y que se produjera una quiebra. Todo el mundo conoce que Ekin [sector duro de los radicales abertzales] estaba en contra de las posiciones que adoptaba la mayoría de los radicales abertzales.

P. ¿Qué tendría, a su juicio, que hacer la izquierda abertzale para que su apuesta sea creíble?

R. O logran que ETA deje la actividad terrorista, que no lo están consiguiendo; o fijan una posición inequívoca y contundente, sin riesgo de vuelta atrás, de apostar por la política, los derechos humanos y la legalidad, marcando una distancia clara de la violencia. Lo tendrán que concretar en hechos, porque dicen que la violencia no encaja en su estrategia, pero, aunque mucho menos que antes, sigue habiendo actividad terrorista. Hay extorsión, kale borroka, coacciones. Y los radicales no levantan la voz contra esta actividad que también es terrorista.

P. ¿Qué expectativas de futuro tiene su política penitenciaria de otorgar beneficios a los presos de ETA que renuncian expresamente a la violencia?

R. La política penitenciaria forma parte de la política antiterrorista y se hace de acuerdo con la legalidad. Aquellos presos que han demostrado su alejamiento de ETA siguen siendo presos, pero se acogen a los beneficios penitenciarios. A una parte muy importante de los presos les gustaría que ETA dejara la actividad terrorista porque están en desacuerdo con lo que hace. Pero no dan el paso, y tienen que saber que no va a haber soluciones colectivas ni amnistías como en el pasado. Habrá análisis individualizados de cada preso. Tendrán que cumplir su condena. Se aplicarán las leyes y los beneficios penitenciarios a quien corresponda.

P. ¿Estamos en el proceso terminal de ETA?

R. Si no cometemos equivocaciones, si las angustias que todos tenemos porque ETA acabe no lleva a algunos a cometer errores, si mantenemos la exigencia y la firmeza democrática, estamos recorriendo la recta final para acabar definitivamente con el terrorismo. ETA está más débil que nunca, pero no hemos acabado con ella. No estamos en el pos-ETA. Ese es otro de los errores que detecto en la política vasca. Hay gente que quiere hacer política como si ETA hubiera desaparecido y confunde su deseo con la realidad. Como ETA no ha desaparecido, tenemos que mantener la política que nos ha llevado hasta aquí, la que ha llevado a ETA a la mayor debilidad, a su mayor aislamiento internacional, a la desmembración de su estructura. Si hacemos bien las cosas y no cometemos los errores del pasado, estamos recorriendo la recta final de ETA.

P. Si ETA deja definitivamente las armas, ¿habrá algún diálogo final con ella?

R. Es evidente que no habrá ningún diálogo con ETA que tenga precio político. Cuando ETA tome la decisión de dejar definitivamente el terrorismo, estoy seguro de que, de acuerdo con las leyes y las situaciones individualizadas, el Estado de derecho y la sociedad sabrán estar a la altura de las circunstancias como siempre.

P. ¿No le parece una desmesura que se haya prohibido una manifestación en el País Vasco que reivindicaba el derecho a la vida, suscrita por Eusko Alkartasuna?

R. Ha habido de todo. Ha habido manifestaciones convocadas por personas individuales a las que se han sumado partidos legales que han sido aprobadas por los jueces y otras han sido rechazadas. Respeto la decisión de los jueces, y a mí me toca velar porque la ley se cumpla.

P. ¿No cree que el lehendakari debe dirigir un mensaje más político a la sociedad vasca, diferenciado del del Ministerio del Interior, ante la situación política que se abre con el parón de ETA?

R. El lehendakari ha liderado la política de pacificación desde el primer momento. En los primeros días de su mandato, tras el homenaje al primer asesinado de ETA, Eduardo Puelles, clarificó lo que era su política de firmeza democrática, tolerancia cero y petición de ayuda a la ciudadanía para hacer un último esfuerzo contra ETA. El lehendakari lidera la política que ha llevado a ETA a hacer los comunicados que hace y que ha llevado a los radicales abertzales a apostar por la política. Ya ha dicho que no vamos a hacer otra política y no vamos a tomar decisiones cuando no corresponden. Lo que corresponde ahora es una política para acabar definitivamente con ETA. No hacer política como si hubiera desaparecido.

P. Zapatero ha pactado la política antiterrorista con el líder del PNV, Iñigo Urkullu; el PSE lo ha hecho con el PP. ¿No puede haber roces?

R. Me parece bien que Urkullu hable con Zapatero como lo hace con Patxi López. El PP también habla con nosotros y con el Gobierno. El papel del lehendakari es tratar de mantener la unidad. Por eso citaba antes como muy importante que todos los partidos, a excepción del polo soberanista, respondan a los comunicados de ETA en los mismos términos. Es mérito de todos y del lehendakari.

P. ¿Qué balance hace del año y medio del primer Gobierno vasco no nacionalista? ¿Euskadi ha cambiado?

R. Las cosas están mucho mejor que hace año y medio. Hemos pasado de un Gobierno que apostaba por políticas soberanistas, que nos enfrentaban, a otro que ha hecho un esfuerzo por buscar consensos porque Euskadi es una sociedad plural. Fruto de la política de tolerancia cero, ETA está más débil y hay más libertad. Estamos saliendo de la crisis y abordando los cambios que el país necesitaba para garantizar el progreso para competir en el mundo globalizado.

P. ¿Ha cambiado la Ertzaintza?

R. Me he encontrado con buenos profesionales y hemos tenido buenos resultados. La Ertzaintza ha detenido terroristas. Me produjo una gran alegría detener al asesino de Joseba Pagazaurtundua. Esa detención es muy importante porque quienes cometieron delitos hace tiempo podían pensar que quedaban impunes. Que sepan que seguimos investigando los casos sin esclarecer. La Ertzaintza no está en tregua y seguirá combatiendo la kale borroka porque lo hace mejor que nadie.

Rodolfo Ares, durante la entrevista con EL PAÍS el 30 de septiembre de 2010.
Rodolfo Ares, durante la entrevista con EL PAÍS el 30 de septiembre de 2010.GORKA LEJARCEGI
Rodolfo Ares.
Rodolfo Ares.GORKA LEJARCEGI

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