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Reportaje:gastronomía

Adrià, aprendiz en China

El cocinero inicia una gira por el país para empaparse del arte culinario asiático

"Siempre que te quieras transformar lo tienes que hacer cuando estás en lo alto, porque si lo haces cuando estás abajo quiere decir que has fracasado". Así de tajante explicó el domingo Ferran Adrià el porqué de la muerte y resurrección de elBulli ante un público chino que no conseguía entender cómo alguien puede despreciar la oportunidad de negocio que se le presupone a un restaurante de tres estrellas Michelin.

Mayor todavía fue el estupor de la audiencia que abarrotaba el auditorio del hotel Gran Meliá de Shanghái cuando el chef explicó que el objetivo de elBullifoundation es cambiar la relación existente entre la creatividad y la sociedad. "¿Gratis?", se preguntaba en voz baja una asistente china. "No puede ser verdad". Como si le hubiese oído, Adrià remarcó: "Nosotros no somos chefs para ganar dinero, sino para crear un nuevo lenguaje gastronómico en un momento revolucionario".

"No somos chefs para ganar dinero, sino para crear un nuevo lenguaje"

En su primer día de gira por el gigante asiático como embajador de España (en la que también participan sus discípulos Paco Roncero y Dani García), Adrià descubrió que el interés por su proyecto no conoce fronteras, y anunció que cuenta con China para continuar creando ese lenguaje y hacerlo universal.

Hoy en Pekín y mañana en Hong Kong volverá a seducir mostrando su vanguardista cocina vanguardista y sus platos camaleónicos, y provocará el debate con apuntes como "la tradición se manipula", "lo importante no es ser el primero en hacer algo sino en contextualizarlo", o "hay menos de 10 cocineros de vanguardia en Occidente". A pesar de su apretada agenda, los organizadores reconocen que hay tiempo también para visitar interesantes restaurantes locales. "He venido a aprender, y me interesa indagar en el sentimiento que provoca la cocina china".

Lo que de momento no descarta es que el apellido Adrià pueda asentarse de alguna forma en China. "Si tuviese que abrir un restaurante en Shanghái no sería elBulli, sino el Tickets". La referencia es al establecimiento que ha abierto su hermano Albert en Barcelona y que busca hacer con las tapas lo que el restaurante de Roses ha hecho con la alta cocina. "Aquel es para disfrutar, mientras que elBulli es para investigar y avanzar. Los cocineros españoles antes no viajaban porque se estaba muy bien en España, pero la gente joven ahora sí está dispuesta a salir. Los franceses y los italianos llevan años y años llevando su cocina fuera, y nosotros ahora tenemos que crear un concepto exportable. Las tapas de pie, como las entendemos nosotros, no funcionan. Lo mismo que un restaurante chino en España no es lo mismo que uno aquí".

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