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Reportaje:ARTE

Caricaturas que torean a la censura

La Fundación Mapfre recorre la obra salvaje de Bagaría, dibujante del diario 'El Sol'

Solía llegar hacia la una de la mañana, después de tomar unos cuantos vasos de vino con sus amigos, y en menos de un par de minutos remataba la viñeta, la que al día siguiente disfrutarían los lectores de El Sol en su primera página. Luis Bagaría (Barcelona, 1882-La Habana, 1940) es el gran representante del humor gráfico español durante la primera mitad del siglo XX. Su obra está totalmente vinculada a Ortega y Gasset. Primero, en la revista España, y a partir de diciembre de 1917, en el diario El Sol. La Fundación Mapfre de Madrid (www.fundacionmapfre.com) expone hasta el 2 de septiembre un centenar de originales en los que el artista da su personal visión sobre el deterioro de la Restauración y el golpe de Estado de Primo de Rivera, un periodo que le sirvió a Bagaría para idear formas geniales de torear a la censura.

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Molina dibuja su equipo

Antonio Elorza y Luis Miguel García Mora son los comisarios de la exposición. Ambos han escogido el material expuesto entre los casi 500 papeles adquiridos por la fundación a un anticuario. Los dibujos se exhiben junto a revistas y periódicos, documentos originales y fotografías de la época.

El recorrido arranca con cuatro autorretratos en los que él se contempla con escasa benevolencia.Moreno, grueso, desordenado, aficionado a la tertulia y a la copa. Aunque carecía de formación artística, de muy joven llegó a destacar como dibujante. En Barcelona, a través de Els Cuatre Gats, entró en el mundo de artistas como Isidre Nonell o Santiago Rusiñol. A través de ellos conoce el caricaturismo que entonces se impone en Europa y que gira en torno a la revista alemana Simplicissimus, una forma de trabajar a base de líneas muy sencillas.

En 1912, Bagaría se traslada a Madrid para convertirse en el caricaturista político del momento. Primero trabaja como portadista de la revista España. Algunos de estos trabajos le traen ya graves dificultades con la justicia. En El Sol ocupa un lugar estrella en la primera página de un periódico sesudo, pensado en ser el órgano de influencia entre la clase política y financiera del momento. Los lectores buscan la viñeta diaria de Bagaría como un relajo imprescindible ante el tono generalmente grave de la publicación. Esas viñetas iban apoyadas en un texto que generalmente no pasaba de las dos líneas y que estaba cargado de mordacidad contra quienes entonces ostentaban el poder. Los temas que trata y que están perfectamente recogidos en la exposición están ligados a la crisis de la Restauración y la dictadura de Primo de Rivera. Y, además, la crisis internacional, el caciquismo, la guerra de África, el desastre de Annual, el desencanto y desesperación de los intelectuales...

Bagaría se mantiene siempre fiel a sus líneas sencillas y crea un personaje que es el gran sufridor del negro panorama de aquellos años: Juan Español. De la mano de este personaje, ridiculiza la realidad social de España. Desde la fiesta de los toros, a la que detesta profundamente, hasta la falsedad y venalidad de muchos políticos.

Hay una etapa especialmente interesante recogida en la exposición: aquella en la que Bagaría tenía que torear la censura de la dictadura. En ese periodo recurre a sus llamados dibujos para almohadas en los que dibuja animalitos y motivos vegetales para seguir ejerciendo la crítica más salvaje.

<i>Los carboneros,</i> de Bagaría.
Los carboneros, de Bagaría.

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