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Esposas y anillos olímpicos

Una de las mayores preocupaciones del Gobierno es que el año que viene haya protestas ante las cámaras de todo el mundo, por parte de la población local o de algunos de los visitantes extranjeros. Entre los posibles protagonistas, están defensores de los derechos humanos, miembros del grupo de inspiración budista Falun Gong -ilegal en China-, ciudadanos expropiados o activistas de organizaciones religiosas perseguidas.

La prueba ha llegado esta semana. Cuatro directivos de la organización de defensa de la libertad de información Reporteros sin Fronteras (RSF) -entre ellos, su presidente internacional (el español Fernando Castelló) y su vicepresidenta (la austriaca Rubina Möhring)- celebraron el lunes una breve protesta, no autorizada por la policía, ante la sede del comité organizador de Pekín 2008, para pedir la excarcelación del centenar de periodistas y ciberdisidentes presos en China. Vestidos con camisetas negras con los anillos olímpicos representados en forma de esposas, esgrimieron carteles con el mismo diseño. Tras el acto, la policía detuvo cerca de dos horas en un aparcamiento a una docena de periodistas extranjeros -incluido este corresponsal-, e intentó que explicaran qué significaban las esposas, y cómo y por quién habían sido convocados.

Según Castelló, el Gobierno ha incumplido la promesa que les hizo en enero de liberar a varios periodistas a cambio de no boicotear los Juegos. RSF asegura que les dijeron que soltarían en dos meses a Zhao Yan [asistente chino del New York Times, preso desde 2004], y luego a otros. "No lo han hecho. Por eso, hemos venido", explica.

A las dos de la mañana de ayer, según ha informado la organización, los cuatro miembros de RSF fueron localizados por la policía en su hotel, y tras pedirles que firmaran un papel diciendo que no volverían a organizar otra protesta sin permiso -a lo que se negaron-, fueron conducidos al aeropuerto para regresar a París, según ya tenían previsto. Los servicios de inteligencia chinos están elaborando, con la ayuda de sus embajadas en el exterior, una lista de ONG y extranjeros que pueden ser fuente de problemas, según Associated Press. Seis activistas extranjeros fueron detenidos ayer en la Gran Muralla por pedir en una pancarta la independencia de Tíbet, según la organización Free Tibet Campaign.

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