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GALARDONES

José Antonio Torroja, premio Nacional de Ingeniería

Francesco Manetto

Un puente que sobrevuela el río Miño entre Galicia y Portugal, casi cincuenta años de profesión y una irreductible pasión por las obras públicas son algunas de las razones que ayer convirtieron a José Antonio Torroja Cavanillas en ganador del Premio Nacional de Ingeniería Civil, que otorga anualmente el Ministerio de Fomento.

Vinculado desde 1960 al estudio de su padre, Eduardo -uno de los máximos expertos del mundo en construcción con hormigón-, Torroja ha destacado en la proyección de puentes y viaductos como el de Tamaraceite, en Las Palmas de Gran Canaria. "Los ingenieros trabajamos para la sociedad. No somos autores propiamente dichos, intentamos dar respuestas a las necesidades sociales. Por eso hacemos carreteras, puertos y canales", explica Torroja, que también ha sido docente en la Escuela Técnica Superior de Madrid. Entre otras cosas, le enseñaba a sus alumnos a valorar el pasado, y que la obra más importante de España es el Camino de Santiago. "De forma un tanto anónima, ha conseguido sobrevivir al tiempo y se ha convertido en un modelo para la construcción de carreteras", comenta, mientras confiesa uno de sus sueños: "Proyectar un puente con libertad, hacer una obra que no tenga demasiadas condicionantes técnicas. Pero eso es prácticamente imposible".

El jurado del premio destaca su capacidad para "aunar utilidad, originalidad y estética". Una faceta que el público suele reconocer tradicionalmente a la arquitectura y que Torroja reivindica para la ingeniería: "Siempre intentamos trabajar con esa sensibilidad en contra de las ataduras técnicas... Además, de los sesenta hasta hoy ha habido un cambio: las administraciones públicas son ahora más sensibles a aspectos no estrictamente económicos". Desde los sesenta, Torroja también ha experimentado un cambio. "He pasado de ser el hijo de mi padre al padre de mi hija". Y es que, además de ser hijo de un importante ingeniero, es el padre de Ana, cantante del grupo Mecano. ¿Ofuscado por la fama de familia? "No. Lo llevo con mucho orgullo".

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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