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Reportaje:música

Sones de guerra en Benicàssim

El FIB y el Summercase arrancan entre rumores y acusaciones mutuas

Ha sido una cruzada amarga. Con reproches, acusaciones, contraprogramaciones y hasta rumores en la Red. Pero ahora es el momento de la verdad. Este fin de semana comienza la batalla más tensa de la llamada guerra de festivales. Los dos contendientes se verán estos días las caras en tres diferentes escenarios: Benicàssim, Madrid y Barcelona.

En una esquina, el titánico y veterano Festival Internacional de Benicàssim (FIB), que comienza hoy y por el que, hasta el domingo, pasarán un total de 100 grupos. Diez millones de euros de presupuesto y un 50% de público extranjero -en su mayoría inglés- son las novedades destacables de esta edición. Con una curiosidad: los principales cabezas de cartel pueden hacer aumentar la media de edad de los asistentes. Sobre todo el domingo, cuando Leonard Cohen, de 73 años y Enrique Morente, de 65, suban, en principio por separado, al escenario principal del festival. Morrisey, New York Dolls, la mítica punk Siouxie o My Bloody Valentine, pioneros del pop alternativo, no son tampoco unos jovencitos.

En un foro de Internet se acusó a Summercase de estar al borde de la suspensión de pagos
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El punk abre boca en Benicàssim

Aunque éste no es uno de los principales problemas del FIB, sino la competencia directa de otro festival dirigido al mismo tipo de público, amante del rock alternativo: Summercase, que se celebrará también este fin de semana entre Madrid y Barcelona bajo la fórmula del puente aéreo (los grupos que actúan el viernes en Barcelona, actúan el sábado en Madrid y viceversa).

Summercase, que celebra este año su tercera edición, movió hace unos meses sus fechas para coincidir con el FIB. Competencia desleal, dijeron unos. Un suicidio, han dicho otros. Una faena para el público -se esperan 100.000 personas entre los dos eventos- que mira atónito las hostilidades entre los festivales y que han tenido que elegir entre uno u otro.

El FIB no se ha quedado de brazos cruzados y han creado el Saturday Night Fiber, un pequeño festival que se celebra este sábado en Madrid para contraatacar restar los efectos del Summercase. Pero según algunas fuentes consultadas a principios de esta semana, Saturday Night Fiber sólo había vendido 2.000 entradas de un aforo de algo más de 10.000 personas.

Hay más líos. Hace un mes, en un foro de Internet y bajo el cobarde anonimato que ofrece la Red, se acusaba a Sinnamon, empresa propietaria del festival Summercase, de estar al borde de la suspensión de pagos. "La empresa lleva ya un par de meses sin poder hacer frente a las deudas contraídas en los últimos años y la Seguridad Social ha dado un ultimátum", se decía. La respuesta de la empresa aludida fue tajante: "Es falso, que nos dejen trabajar en paz".

Al habla con ellos, volvieron a confirmarlo ayer: "Se pasan la vida inventando", se explicaba desde la organización. Algunos piensan que el FIB ha sido responsable de esos rumores. El FIB también ha respondido: "Que no nos líen. Nosotros no jugamos a eso".

Sea como sea, este fin de semana pisarán España artistas de la talla de Nick Cave, Sex Pistols, Interpol (en Summercase) o Mika y Raconteurs (en Benicàssim). Una concentración de músicos por ahora eclipsados por batallas inútiles.

Los primeros visitantes del Festival de Benicàssim, recorriendo ayer el recinto de la gran cita musical que arranca hoy.
Los primeros visitantes del Festival de Benicàssim, recorriendo ayer el recinto de la gran cita musical que arranca hoy.ÁNGEL SÁNCHEZ

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