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indiana en la playa

'Tonight, tonight'

Llegada a Ibiza en el Isla de Botafoc con tres horas de retraso y tras una noche en camarote-nevera a causa de fallo expansivo en el aire acondicionado. Tonight, tonight. Pierdo el ferry a Formentera: me quedo viéndolo partir con el billete en la mano y cara de tonto. Pillo al final el Nixe. En la atestada cubierta un grupo de jóvenes italianos con camisetas estampadas en las que se señalan sólo los puntos calientes de la isla -incluido, observo con malicia, el desaparecido chiringuito Giallo- muestran alborozo y libido al alza. Todos los móviles suenan con la misma canción; lo han adivinado. Tonight, tonight. La gente se mira, suspira y sonríe. La multitud desembarca en La Sabina como si llegaran a Disneylandia. Una chica catalana pregunta ilusionada a su pareja en el Porsche Cayenne: "¿Veremos hippies?".

Escapo hacia Mitjorn por los familiares caminos polvorientos. Entre los pinares atruenan las cigarras. Tonight, tonight. Tal como llego me tiro al agua: llena de algas. Ni rastro de medusas, la única documentada le picó ayer en cala Saona a la dependienta de la librería de Sant Francesc. Estirado sobre el pareo, un perro pulgoso procedente del chiringuito de la Denise me lame la cara. Por la tarde en Llevant. Sonrío a un grupo familiar pero el cabeza de familia masculla "¡pervertido!" porque no llevo bañador. Me hago pasar por alemán. Tonight, tonight. Las cuatro adolescentes que he acarreado hasta la playa -mis hijas y sus amigas- desaparecen mientras casi me ahogo porque hay resaca (el padre de familia sonríe desde la arena y señala con el pulgar hacia abajo). Me salvo a duras penas y voy a buscar a las niñas a Big Sur. Mientras espero, un jovencito italiano con ínfulas de Berlusconi me pregunta si soy el aparcacoches. Le respondo que le den por la puttanesca, lo que le desconcierta. Salida en bicicleta: la belleza del crepúsculo me impide darme cuenta de que llega por detrás derrapando el fitipaldi del Pelayo. Cuento en el trayecto cinco lagartijas verdes aplastadas, dos erizos y un lirón, del que me llevo la cola para hacerme una pulsera. Tonight, tonight. Mientras monto guardia esperando a que mis adolescentes salgan de Xueño y me pregunto de dónde han sacado pases VIP y a cambio de qué, paseo de noche por Illetes -de día hay que pagar. El mar parece una ciudad de tantas luces de barcos fondeados. Vuelvo a Es Pujols, donde destaco por ser el único que no lleva foulard y tiene un concepto peyorativo del pollo a la milanesa. Me consuelo pensando en lo que puedo encontrar estos días en el Blue Bar. Tonight, tonight.

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