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Reportaje:CULTURA Y ESPECTÁCULOS

El escaparate de la moda española cumple 25 años

Faldas con vuelo, 'shorts' y caderas al aire. La Semana Internacional de la Moda de Madrid desvelaba ayer las tendencias del próximo verano al tiempo que celebraba su primer cuarto de siglo

Más de 80.000 personas han visitado la exposición Tras el espejo, que desde el 18 de junio se exhibe en el Museo Reina Sofía y en la que se repasa lo que ha sido la moda de España en las últimas décadas. Hace 25 años, algunos de los protagonistas de esa muestra -Manuel Piña, Antonio Alvarado, Sybilla, Montesinos, Jesús del Pozo, Roberto Verino o Tony Miró- empezaban a despuntar en un mercado marcado por la crisis de la alta costura y el resurgir del prêt-à-porter. En 1979 se celebraba el primer certamen de Imagen Moda en el Palacio de Congresos de Madrid. El evento cambiaría de escenario y de nombre hasta que en los ochenta empezó a denominarse la Gran Semana de la Moda y en la que posteriormente se integraría la Pasarela Cibeles. La década se abría también con la presentación de la primera colección femenina de Adolfo Domínguez, pero el gallego que lanzó lo de "la arruga es bella" no era el único. Pedro del Hierro y Manuel Piña diseñaban colecciones para los grandes almacenes y en el panorama nacional empezaban a surgir nuevos nombres desde todas las comunidades autónomas, tantos que en algunos ambientes se popularizó la frase: ¿estudias o diseñas? Bromas aparte, nunca la moda española fue tan variada. Casi en paralelo surgen firmas como Zara o Mango que empiezan a arrasar con su filosofía de ropa para usar y tirar.

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"En estos 25 años he visto de todo", aseguraba ayer Antonio Alvarado desde Barcelona. "Tengo que reconocer que la apuesta de la Pasarela Cibeles fue muy valiente, pese a que a fecha de hoy no esté contento ni satisfecho con lo que se hace". Lo mejor, a juicio de este creador que ahora dirige Alivio, una agencia dedicada al montaje de exposiciones, es que una nueva generación, entre los que cita a Míriam Ocáriz, David Delfín o Juan Duyos, ya ha tomado el relevo de lo que él define como creadores "jurásicos". "Ir a algunos de los desfiles de las últimas temporadas era como visitar un anticuario para comprobar si el barniz se mantiene".

Francis Montesinos tampoco tiene una visión complaciente. Ayer, desde el stand que lleva su nombre en La Semana Internacional de la Moda de Madrid (SIMM), aseguraba que no sabe quién lo tiene peor, si los jóvenes o los mayores. Su idea es que el principal problema del diseño español sigue siendo la falta de una industria decidida a arriesgar: "Muchas firmas se han quedado estos años en el camino precisamente por ese problema". Salir adelante en estos tiempos obliga a diversificar el negocio. Montesinos cuenta, en estos momentos, con 12 líneas de productos que van desde las vajillas hasta las toallas. Pero las cifras de la moda española no son del todo desalentadoras. El entramado industrial de la confección lo componen más de 5.000 pequeñas y medianas empresas que emplean a un 6% del total del empleo industrial. Cada año se producen más de 410 millones de prendas para mujer y 320 millones para hombre, sin contar complementos y ropa deportiva. En el SIMM, una feria dedicada a los mayoristas, participan en esta edición 1.084 marcas y la cifra de visitantes puede alcanzar hasta más de 30.000 profesionales, de los cuales un 10% son extranjeros. Este año participan, por primera vez, 14 empresas estadounidenses.

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