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La paradoja y el estilo | Gente
Columna
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Esto ha sido julio

Boris Izaguirre

En un mundo oscuro como el que vivimos ahora, se agolpan en las pantallas los superhéroes. Esta semana es el turno de Linterna Verde, pero el Capitán América, ese salvador de la humanidad, llegará el 5 de agosto, cuando dos días antes el país que le da nombre muy probablemente ya no sea primera potencia sino primer país rico sin dinero. Todo está cambiando. Por eso debemos ver como un exorcismo la escogencia del 20-N como fecha electoral. ¿Hasta cuando íbamos a conmemorar esa muerte? Ahora es tiempo de recordarlo como la primera vez que nuestros políticos se quedaron sin vacaciones para, al fin, preparar algo.

¿Donde estaba el Capitán América cuando el diablo se volvió noruego, rubio, treintañero y de extrema derecha? Antes creíamos que los que eran hiperconservadores eran los superhéroes y sus enemigos unos locos comunistas. Ya no es así, el mal parece cómodamente infiltrado en organizaciones como el Partido del Té, que nunca se aclara si es de jazmín o verde, como siempre fue el color del dólar, que intentan rescatar a riesgo de que el resto del mundo acate sus designios fuertemente vinculados a la religión y al dinero.

¿Dónde estaba el Capitán América cuando el diablo se volvió noruego?
La duquesa de Alba ha pasado de ser parodiada a ser una madre extraordinaria

Con este panorama, están tan tensas las cosas en Washington, que a los jugadores del Barça, ¡les prohibieron correr delante de la Casa Blanca! ¿Qué habrán pensado que eran? ¿Un cónclave multicultural de millonarios jóvenes, ávidos de dólares a bajo precio?

La confusión general nos hace ver superhéroes donde antes no había. La duquesa de Alba, por ejemplo, ha pasado de ser una dama que los humoristas parodian fácilmente a ser una madre extraordinaria que adelanta la herencia y al mismo tiempo esquiva el derrumbe del euro, el castigo en las urnas a Zapatero y también el gobierno de silencios que por ahora nos ofrece Mariano. Los consejeros de Economía del PP, que llevan nombre de alianza de tebeo, deberían contratarla como ideóloga para esas extensas reuniones destinadas a idear un plan económico antes de que llegue septiembre. La duquesa sabe de economía bastante más de lo que su voz expone. Lo que no es tan buena idea es reiterarse en hacerlo todo a última hora. Lo único bueno de este regreso del Capitán América es que lo hace en el cuerpo de Chris Evans. ¡Los mejores pectorales del mundo occidental! Máxima potencia y máxima depilación. Los femeninos pertenecen a Sonia y Tatiana de Supervivientes, que, sin ganar la final, demostraron que la silicona desafía cualquier metabolismo y no es reabsorbible. Ha sido conmovedor ver a las supervivientes despedirse de Cayo Paloma. Sabían que volvían a un mundo despedazado y que sería mejor permanecer en un paraíso propio.

En Noruega descubrieron que el demonio era uno de ellos, treintañero y loco sin atar, pero también han engendrado un salvador, un Capitán América de verdad. Es el oficial Paal-Fredrik Hjort Kraby, con ese nombre de volcán, pero esa apariencia de varón blanco dispuesto a que sus antebrazos sujeten tanto al euro como al dólar en su caída libre. En la conferencia de prensa hace un simpático tándem con su superior, que es otro noruego mayor y calvo, con apariencia de digerir smorgabords y barbacoas. Los dos son la imagen de un país que, aunque muy rico, nos da mucha pena. No sabían que convivían con el mismísimo Mal.

Otra superhéroe podría ser la camarera de Strauss-Kahn, Nafissatou Diallo (también nos acostumbraremos a nombres del tercer mundo para los superhéroes del primero), que declaró en una iglesia católica de Brooklyn que su hija le había dado fuerzas para mostrarse ante el mundo como "la persona que realmente soy, una mujer que ha estado llorando desde que esto empezó". En su tragedia, la camarera pasa a convertir el escándalo en un nuevo Rashomon, la celebre película de Akira Kurosawa donde un crimen es narrado desde varios puntos de vista. El del criminal, el de la víctima (a través de una médium), el de la esposa del criminal y el de un testigo. En Rashomon todos poseen esa verdad que explica los vericuetos de la naturaleza humana. En lo de Strauss-Kahn ya no ponemos las manos en el fuego por nadie. Podría ser que el final de todo esto sea una reunión de Diallo con madame Strauss-Kahn, rememorando aquel encuentro de Juan Pablo II con el terrorista turco que quiso matarle.

Este julio ha sido el más fresco de la historia. Y el de mayores sobresaltos. Un sargento civil descerraja tiros sobre su novio en el vestuario de un gimnasio de Madrid. ¿Dónde estaba el Capitán América? ¿Es homófobo? ¿Se estaba depilando? En la capital nadie habla de otra cosa, de lo gay que se han vuelto no solo los gimnasios, sino nuestras fuerzas armadas. Alguien habla de crisis en la virilidad. ¿No es demasiado bonito Chris Evans para hacer de Capitán América? ¿Lo sustituiríamos por Kiko Rivera?

Mientras el mundo insiste en acabarse y unas riadas terribles ahogan Corea del Sur, los únicos que resisten el diluvio son los BMW, demostrando que allí donde esté Alemania que se quite todo lo demás. Tampoco estuvo por allí el Capitán América. Lo mismo durante el ataque de un tiburón blanco a una embarcación en Sudáfrica. ¿Por qué dejaste solo a Hannover en Ibiza? Si esto ha sido julio, Capitán América, ¿qué nos deparas para agosto?

El actor Chris Evans, en su papel como Capitán América en una escena de la película del mismo nombre.
El actor Chris Evans, en su papel como Capitán América en una escena de la película del mismo nombre.GTRESONLINE

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