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danza / literatura

Los monjes shaolin conquistan Barcelona

La mezcla de danza y kung-fu de 'Sutra' triunfa en el Grec

La fascinación que desde niño siente Sidi Larbi Cherkaoui por Bruce Lee llevó al bailarín y coreógrafo belga de origen marroquí al Templo Shaolin, en el corazón de China, donde seleccionó a 18 monjes guerreros expertos en artes marciales y al benjamín del grupo, Dong Dong, para crear una bella, ancestral y a la vez contemporánea coreografía, Sutra, que se ha convertido en uno de los espectáculos de más éxito del festival Grec de Barcelona.

El espectáculo, que no ha decepcionado ni un ápice al público como demostraron los calurosos aplausos del estreno, sumerge al espectador en un hipnotizante poema visual en el que late la muerte, el arte de la disciplina y el fascinante y moderno gesto de Sidi Larbi.

Sutra se desarrolla en un escenario diáfano, donde el color blanco predomina. Un total de 18 cajones o ataúdes sin tapa son la escenografía por donde los monjes guerreros se esconden, trepan y se enfrentan, mientras que en un rincón del escenario el pequeño Dong Dong y Larbi juegan con una maqueta que representa lo que ocurre en el escenario.

Intentar atrapar cada detalle, la sutileza, versatilidad y sencillez de cada gesto de baile contemporáneo o del movimiento de lucha de los guerreros es arduo trabajo para la retina del espectador. Sidi Larbi ha creado una coreografía en la que laten tradición y contemporaneidad. Los saltos mortales y los códigos de las artes marciales se combinan con ese gesto cargado de belleza, ideas y modernidad que emana del talento de Larbi.

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