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Reportaje:arte

A pedradas por el 'David'

El Gobierno italiano y el Ayuntamiento de Florencia batallan por los ingresos que genera la obra maestra de Miguel Ángel

Aunque entorpecida bajo un cielo nublado, Florencia se prepara para una peculiar guerra. La ciudad reclama parte del dinero que generan las visitas al David, la obra maestra de Miguel Ángel, ya que sufragan el mantenimiento y la limpieza del museo. Es una vieja demanda, que acaba de agrandarse en los últimos días tras las palabras del ministro de Cultura, Sandro Bondi, que reivindicó la propiedad de la obra. "La obra es patrimonio nacional", dijo Bondi. "Ni de coña. Pertenece a la ciudad", contestó el alcalde de Florencia, Matteo Renzi.

En esta trifulca veraniega, la estatua, que Buonarroti liberó de un bloque de mármol de Carrara entre 1501 y 1504, se ha transformado a su pesar en el cándido objeto del deseo de ambas instituciones. Ayuntamiento y Estado reivindican sus derechos de propiedad. Mientras tanto, una paciente cola donde abundan los gorritos y las cámaras fotográficas rodea la Galería de la Academia, el museo estatal que conserva la obra maestra de Miguel Ángel: cuatro metros de la triunfal y juvenil arrogancia de un mito que venció a un gigante con una honda y una piedra.

El alcalde dice que pagan por mantener el museo sin recibir nada a cambio
La República de Florencia dio al escultor 400 florines por la obra

El enfrentamiento recuerda la época de oro de ambas urbes: cuando la ciudad de los papas y la independiente Florencia se disputaban tierras, artistas y prestigio. La nueva hostilidad a propósito del David simboliza también la tensión del país. Por un lado, el bastión de izquierdas, con su alcalde recién elegido, Mateo Renzi, uno de los pocos rostros nuevos del Partido Democrático, que en Roma no logra encontrar unidad y fuerza. Por el otro, un Gobierno de derechas que cierra el grifo a la cultura y a las Administraciones locales -con el recorte extraordinario de 25.000 millones-, mientras vende a regiones y Ayuntamientos parte de su patrimonio (costas, inmuebles y parques) para hacer caja y cumplir con los deseos federalistas del todopoderoso aliado, la Liga Norte.

Y el David es una gigantesca máquina de dinero: hace ganar a las arcas centrales ocho millones de euros anuales (una entrada cuesta 6,50 euros). Pero su mantenimiento lo paga el Ayuntamiento, que lleva años pidiendo leyes especiales que solucionen la situación. Bondi ha estudiado su respuesta sobre papiros amarillentos. Dos letrados del Estado han reconstruido la historia del monumento: el Municipio, nato entre 1771 y 1783, no puede ser considerado el heredero directo de la República florentina que 200 años antes había comprado la obra a Miguel Ángel por 400 florines. "Espero llegar a un acuerdo. Las instituciones no montan berrinches como los críos", dice Renzi.

El <i>David</i>, en la Galería de la Academia tras su restauración en 2004.
El David, en la Galería de la Academia tras su restauración en 2004.GETTY

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