Y el verano terminó con barba

El verano se acabó. Nos pongamos como nos pongamos, es oficial. Los cuerpos morenos, los famosos de ferragosto, las noches sin fin, esos ligues de película y los príncipes en yate se despiden hasta el año que viene. Para evitar traumas posvacacionales, los Reyes, acompañados de los Príncipes, han dado el primer aviso: "Mañana volvemos al trabajo. Dejamos Marivent para abrir las persianas de La Zarzuela". No lo dijeron así pero en sus caras se evidenciaba, más bien en sus barbas.

A estas alturas de agosto, no importa que los varones de la familia real presuman de un cierto desaliño porque, además de rejuvenecer y dar un aire interesante, el vello facial no va a interponerse entre los rayos del sol y su suave piel. Si estuviéramos a principios de mes, cuando comenzaron las vacaciones reales, la barba dejaría una marca horrible para las fotos oficiales, pero los días de playa han terminado. El primero en darse cuenta fue don Juan Carlos que sorprendió hace unos días con su nuevo look. Y mientras la Reina y Letizia mantienen impertérritas el estilo veraniego eligiendo colores claros en sus trajes, el Príncipe se une al cambio hacia una imagen más otoñal. Tras unos días de relax con las niñas en un destino ignoto, Felipe ha regresado a Mallorca con Letizia y con barba. No podían faltar a la cena-despedida estival en el palacio de la Almudaina, donde recibe la casa real en Baleares. Las de 2009 han sido las vacaciones más cortas de la realeza. Su resumen: un mes en Palma con algunas idas y venidas de la Reina, los príncipes de Asturias y las infantas. Mientras tanto, el Rey en el puerto. El Monarca ha realizado menos salidas de las que acostumbra en su yate, concretamente dos. No lo han dicho pero puede que sea por la crisis. Aunque el petróleo está más barato, llenar el depósito del yate Fortuna cuesta 26.000 euros.

No importa que queden 20 días para que las hojas comiencen a caerse, los Reyes lo han evidenciado: los días de sol, playa y relax se despiden hasta el año que viene. Para los nostálgicos o los sufridores que todavía no se han ido, atentos a los biquinis del veranillo de san Miguel.

Los Reyes se despiden de sus vacaciones en Palma