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Reportaje:arqueología

Bajo la 'zona cero', el siglo XVIII

Los restos de un barco de diez metros aparecen en el solar de las Torres Gemelas - La nave estaba enterrada a una profundidad de casi nueve metros

La zona cero de Nueva York escupió ayer un vestigio del pasado: los restos de un navío del siglo XVIII de casi 10 metros de eslora. Los trabajadores que tratan de completar la imposible tarea de construir sobre el solar que dejaron a su paso los atentados del 11-S hace nueve años tropezaron el martes con unas maderas paralelas a unos ocho metros bajo tierra.

"La forma era claramente la del contorno de un barco", aseguró en el diario The New York Times Michael Pappalardo, un arqueólogo que trabaja con la Autoridad Portuaria de Nueva York y New Jersey (propietaria de los terrenos sobre los que se elevaban las Torres Gemelas), documentando todos los restos con valor histórico que van apareciendo en la zona cero y que estaba en el área cuando los obreros le alertaron. Según todos los indicios, el barco, podría haber sido utilizado hace unos 200 años como relleno para arrancar espacio al río Hudson al sur de Manhattan. Ya entonces el metro cuadrado en la isla se cotizaba alto y por eso las autoridades decidieron ampliar la isla robándole terreno al agua. El barco encontrado podría haber sido hundido con ese objetivo.

El navío podría haber sido hundido hace 200 años para ampliar Manhattan

Un zapato de cuero de la época y un ancla de unos 50 kilos también aparecieron a pocos metros de los restos del navío. Según The New York Times, hay mapas antiguos de Nueva York que indican que en la misma zona y época había al menos un muelle. Los barcos anclados solían llevar el nombre del propietario del muelle y en este caso podría ser el Lindsay. No obstante, los diferentes arqueólogos que acudieron el martes a la zona cero y que desde entonces trabajan a contrarreloj rescatando a mano los frágiles restos del barco, prefieren no avanzar demasiado hasta que estos sean analizados en los laboratorios.

La razón por la que tratan de desenterrar el barco manualmente tiene una explicación química: durante los últimos dos siglos el barro ha protegido los restos del navío, pero ahora, al quedar al descubierto, el contacto con el oxígeno tiene un efecto devastador sobre la madera, que se deteriora rápidamente. De ahí que sea necesario ser muy cuidadoso para evitar que los restos se rompan, algo que parece inevitable. De ahí que un equipo de arqueólogos se haya trasladado a la zona para tratar de conseguir el máximo de información sobre el artefacto antes de que la madera comience a resquebrajarse. Lo único que se han aventurado a decir es que el barco quizás fuera dos o tres veces más largo que los restos que se han encontrado.

Se trata del descubrimiento arqueólogico marítimo más importante ocurrido en Nueva York desde que en 1982 aparecieran los restos de un barco del siglo XVIII en unas excavaciones en la calle Water, muy cercana a las calles Liberty y Cedar, donde se ha producido el nuevo hallazgo.

Probablemente se trate además de la noticia más positiva que ha salido últimamente de la zona cero, donde, a un año de que se conmemore el décimo aniversario de los atentados del 11-S, los problemas continúan apilándose y los edificios proyectados hace ya siete años siguen siendo un dibujo en un mapa que no acaba de hacerse realidad.

Además de los múltiples retrasos en la construcción de al menos cinco rascacielos, de las disputas respecto al diseño de la simbólica Torre de 1a Libertad, de los problemas económicos que han mermado la construcción de un memorial por las víctimas, en los últimos meses el proyecto de una mezquita en el barrio ha añadido más leña al fuego. Bajo el nombre de Córdoba House, en honor al pasado de tolerancia entre cristianos, judíos y musulmanes de la Córdoba andalusí, el proyecto -mezquita y centro cultural árabe- financiado por un oscuro grupo de republicanos y aprobado por la comunidad de vecinos y por el propio alcalde en mayo, se ha convertido en el centro de un agitado debate político local: con las elecciones a gobernador en el horizonte, repúblicanos y demócratas han tomado partido, a favor y en contra respectivamente, para conseguir votos. El futuro de la mezquita y del área en general sigue siendo borroso pero afortunadamente, por unos días y gracias a ese navío fantasma, la zona cero ha permitido a los neoyorquinos soñar con un glorioso pasado que según algunos, siempre fue mejor.

Unos operarios acotan los restos del barco del siglo XVIII descubiertos ayer en la <i>zona cero </i>de Manhattan.
Unos operarios acotan los restos del barco del siglo XVIII descubiertos ayer en la zona cero de Manhattan.EFE

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