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Reportaje:SALUD

Diálisis hepática a la espera de un trasplante

Especialistas de La Fe de Valencia aplican en niños un sistema que realiza la función del hígado

El pasado abril un equipo médico del hospital infantil La Fe de Valencia, coordinado por la doctora Carmen Ribes-Koninckx, realizó el primer tratamiento de diálisis hepática en un lactante. El bebé, de 13 meses, padecía una disfunción hepática moderada que cursaba con prurito (picor) muy severo.

La diálisis hepática, que permite al pequeño mantener una mejor calidad de vida en espera de un trasplante, es una nueva técnica de depuración extracorpórea de la sangre, específica para el hígado, de la que se acaban de iniciar ensayos clínicos. Se realiza con una técnica conocida como sistema MARS (siglas en inglés de sistema recirculante de adsorción molecular), que consiste en una depuración extracorpórea de la sangre, similar a la diálisis renal, que elimina las toxinas ligadas a la albúmina, una proteína circulante en la sangre que tiene la capacidad de unir las sustancias liposolubles, muchas de ellas tóxicas, que sólo se depuran en el hígado.

El sistema MARS fue desarrollado por los doctores Stange y Mitzner, de la Universidad de Rostock (Alemania), en 1999 y desde entonces se han tratado unos 100 pacientes en todo el mundo, en los que se ha demostrado que al aplicar este sistema se eliminan las sustancias tóxicas y mejora el estado general del enfermo. La supervivencia más larga de un paciente en un estudio controlado fue de un mes, si bien se han conseguido supervivencias de entre tres y cuatro meses en otros pacientes.

Albúmina sin toxinas

La técnica consta de un doble circuito y su componente más específico es una membrana de alta permeabilidad impregnada de albúmina, de tal forma que permite que las toxinas que van en la sangre del individuo adheridas a la albúmina sean captadas por el circuito de albúmina extracorpórea y que, en el otro circuito, la sangre siga circulando con la albúmina limpia de toxinas.

El bebé tratado en La Fe de Valencia era un lactante afectado por una enfermedad congénita, con disfunción hepática moderada, prurito severo, continuo y rebelde a tratamientos farmacológicos. 'Se le han administrado tres tratamientos separados con intervalos de cinco semanas. El resultado ha sido una resolución casi completa, aunque temporal, del prurito, lo que ha supuesto una importante mejoría de la calidad de vida del niño. Ahora ya juega y duerme, algo que antes apenas podía hacer', afirma la doctora Ribes-Koninckx.

'Este tratamiento abre una nueva vía para mantener con vida a los pacientes que están esperando un órgano, bien en situaciones de hepatitis fulminante o porque se produce un fallo o un rechazo agudo del injerto tras un trasplante', añade. 'De este modo, se consigue salvar la vida del paciente y también mejorar su estado general hasta la llegada de un nuevo órgano'.

El tratamiento se ha aplicado después a un segundo niño en situación de fallo hepático, el cual ha experimentado también una mejoría significativa Los niños tratados en Valencia y otros dos casos conocidos, uno en Francia y otro en Alemania, constituyen la única experiencia en el ámbito pediátrico en toda Europa.

Si el hospital de La Fe ha sido pionero en la aplicación del sistema MARS en pediatría, otro equipo formado por expertos del servicio de Aparato Digestivo y del servicio de Nefrología del hospital Nuestra Señora de la Candelaria de Santa Cruz de Tenerife contribuye a la investigación de esta técnica en adultos. El equipo de Tenerife ha realizado un estudio piloto en tres pacientes con insuficiencia hepática avanzada a los que se les aplicó un máximo de cuatro sesiones de diálisis hepática, de ocho horas de duración, cada 24 o 48 horas.

El primer paciente, mujer de 30 años, terminó siendo trasplantada satisfactoriamente, por lo que el tratamiento permitió prolongar su supervivencia y disminuir el grado de toxicidad hepática. En el caso del segundo paciente, un hombre de 40 años que padecía una hepatitis aguda alcohólica severa, mejoró su estado clínico y neurológico, disminuyó el valor de la bilirrubina y mejoró su función renal. En el tercer paciente, una mujer de 66 años que padecía cirrosis con daño hepático crónico, mejoró el estado neurológico y el prurito prácticamente desapareció. 'Hemos observado una clara eficacia dialítica, con mejoría de la urea y la creatinina, una disminución sustancial de la bilirrubina, que descendió rápidamente en los pacientes con encefalopatía hepática, y la desaparición del prurito', explica la doctora Carmen Dorta, del hospital Nuestra Señora de la Candelaria.

También el hospital Clínico de Barcelona, que es el centro que más trasplantes de hígado ha realizado en España, participa en el desarrollo del MARS. En estos momentos está llevando a cabo un estudio piloto que incluye a cinco pacientes, cuyos resultados se conocerán a finales de año. Este hospital forma parte, junto con el hospital King's College de Londres y la Universidad de Rostock, del comité que diseñará un estudio multicéntrico europeo sobre el nuevo sistema, según explica Vicente Arroyo, hepatólogo y director del Instituto de Enfermedades Digestivas de ese hospital.

La otra línea de investigación de soporte de hígado artificial, en la que también participa el hospital Clínico de Barcelona, se centra en 'los soportes de hígado bioartificiales, denominados así porque intervienen células, humanas o de animales', explica Arroyo. La técnica consiste en hacer circular la sangre del paciente a través de un biorreactor donde hay capilares (los vasos sanguíneos de menor calibre) y células hepáticas.

En estos momentos hay dos variantes de hígado bioartificial, en las que se están realizando estudios multicéntricos: una, en la que se utilizan células de cerdo y que se está desarrollando en Los Ángeles (EE UU), y otra, en Berlín, en la que se están utilizando células humanas. 'En el estudio americano participan enfermos con fallo hepático agudo y pacientes con hepatitis fulminante, y en el alemán se han incluido pacientes que presentan insuficiencia hepática aguda y aquellos que ya tienen una enfermedad crónica de hígado cirrótico', explica el hepatólogo del Clínico.

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