PÍLDORAS
- Marcadores del trastorno bipolar. Un equipo de investigadores de EE UU ha aislado marcadores biológicos en la sangre para identificar los trastornos del estado de ánimo, un descubrimiento que podría cambiar el diagnóstico y tratamiento del trastorno bipolar. Su trabajo se publica en la edición digital de la revista Molecular Psychiatry. Los marcadores están presentes en diferentes cantidades en individuos que sufren de estados de ánimo altos o bajos, y su concentración en sangre también varía dependiendo de la gravedad de la depresión o la manía que experimenta el individuo. Según Alexander B. Niculescu III, director del estudio, "el descubrimiento es un importante paso adelante para situar la psiquiatría a la par de otras especialidades médicas que tienen herramientas de diagnóstico para medir los estados de la enfermedad y la eficacia de los tratamientos".
- Control del dolor. Los hospitales públicos Puerta de Hierro, de Madrid, y La Fe, de Valencia, han sido los primeros en implantar un nuevo neuroestimulador recargable para controlar el dolor crónico. Su principal ventaja es que el paciente puede dirigir la neuroestimulación mediante control remoto hacia los puntos dolorosos. Se trata de un dispositivo pequeño, comparable a un reloj de bolsillo, que se implanta debajo de la piel del abdomen o de la clavícula y se conecta a unos cables flexibles que se colocan en el espacio epidural, región en la que se liberan los impulsos eléctricos.- M. S.
- Expolio médico. La revista The Lancet ha calificado en su último número de "crimen internacional" que los países ricos "recluten" a médicos y otros profesionales de la salud de países con pocos recursos, especialmente los del África subsahariana. En un número dedicado a los recursos humanos sanitarios, la revista ha denunciado la falta de médicos y personal de enfermería y farmacia en esos países, lo que constituye una "limitación crítica" para su desarrollo económico y "una violación de los derechos humanos". The Lancet recuerda que la Organización Mundial de la Salud (OMS) cifra en cuatro millones la falta de trabajadores sanitarios en los países pobres, e indica que los países ricos no pueden permitir que se explote y saquee el futuro de las regiones sin recursos. África soporta el 25% de las enfermedades del planeta, mientras que sus sanitarios sólo representan sólo el 3%.
