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Reportaje:

Hacia el cribado del cáncer de colon

Cataluña, Valencia y Murcia lideran programas piloto de detección precoz

El cáncer de colon se ha convertido en el segundo tipo de tumor maligno con mayor incidencia en España, tanto en hombres como en mujeres. Cada año aparecen 25.000 nuevos casos. Su tasa de mortalidad es alta, con un 40% de pacientes que no logran superarlo. Muchos expertos coinciden en que se detecta tarde y que la prevención podría evitar muchas de estas muertes. "La detección precoz puede reducir la mortalidad entre un 18% y un 33%", explica Mercé Peris, directora de Prevención y Programas Comunitarios del Institut Català d'Oncologia, centro al que la Generalitat de Cataluña ha encargado un programa piloto de prevención.

La detección precoz puede reducir la mortalidad entre un 18% y un 33%
Los programas de prevención se dirigen a personas de entre 50 y 69 años

En España hay tres comunidades autónomas, Cataluña, Valencia y Murcia, que se encuentran ya en la antesala para implantar un programa de prevención de cáncer de colon dirigido a toda la población. Están llevando a cabo experiencias piloto en las que ya han participado 70.400 personas (18.000 en Cataluña, 40.000 en Valencia y 12.400 en Murcia), hombres y mujeres entre 50 y 69 años, la franja de edad en la que se considera que existe un mayor riesgo. Por el momento, entre las tres comunidades se han detectado un total de 146 cánceres y 748 adenomas de alto riesgo, es decir, un tipo de pólipo que en la mayoría de los casos acaba en tumor maligno.

Para detectar lesiones en el colon se utiliza un análisis de sangre en heces. A los participantes de estos programas piloto se les invita enviándoles una carta a domicilio. Si deciden participar, ellos mismos tienen que recoger una muestra de heces de diferentes deposiciones en un tubo y llevarla a los centros de atención primaria que forman parte del programa. Si se detecta la presencia de sangre, se realiza una colonoscopia para averiguar la causa.

Algunos especialistas consideran que esta prueba es poco precisa. La detección de sangre en heces puede dar falsos positivos, ya que la sangre puede proceder, por ejemplo, de hemorroides. Tampoco permite detectar lesiones que no sangran. Sin embargo, resulta mucho más amigable que realizar de entrada una colonoscopia, que algunos especialistas defienden como método de cribaje sistemático. Los estudios que ponen en la balanza efectividad y participación parecen inclinarse a favor de pruebas menos invasivas. "La colonoscopia tiene la ventaja de tener una posibilidad de diagnóstico mayor", reconoce Dolores Salas, jefa de la oficina del plan de cáncer de la Consejería de Sanidad de la Comunidad Valenciana, "pero es mucho más compleja, necesita recursos para los que el sistema sanitario no está preparado, y sobre todo tiene unos riesgos que no son muy frecuentes, pero ahí están".

Además, "como método poblacional no es eficiente porque no llega a la gente, no la aceptan, y así lo demuestran algunas experiencias realizadas en Europa, como en Alemania: cuando se ofrece una colonoscopia tan sólo participa un 10% de la población, cuando se ofrece la prueba de sangre oculta, un 50%", concluye. "Si la prueba de sangre en heces se realiza cada dos años puede ser tan efectiva como la colonoscopia", añade Peris.

Diferente abordaje requiere la población con antecedentes familiares con cáncer de colon. "En un futuro, seguramente combinaremos diferentes acciones: las medidas para la población general y las dirigidas a colectivos de alto riesgo, como los familiares de enfermos, que pasarán por consejos genéticos", explica Salas.

De todas las personas con las que estos programas han contactado, han participado un 26% en Cataluña, un 40% en Valencia y un 39% en Murcia. "La población debe estar concienciada y participar, pero el cáncer de colon todavía es poco conocido y no se tiene conciencia de que se puede prevenir", afirma Peris. "Actualmente, el problema es que muchos se detectan en estado avanzado, porque al principio la sintomatología es poco específica", añade.

En estos programas piloto, también se evalúan los recursos necesarios para que un programa poblacional sea económicamente viable para la sanidad pública. El objetivo final de las autoridades sanitarias de estas comunidades es implantar un sistema de cribado poblacional a partir del 2010 similar a los de cáncer de mama. Otras autonomías permanecen atentas a los resultados con el fin de estudiar su aplicación.

Según Francisco Pérez Riquelme, coordinador del programa piloto de la Consejería de Sanidad de Murcia, el coste será definitivo a la hora de decidir cómo aplicar el cribaje poblacional: "Estamos en el nivel técnico, el siguiente paso será una decisión política porque hay que planificar recursos, ya que con la prueba de sangre en heces el número de colonoscopias que se acaba haciendo es muy grande".

Clínicas para familias con riesgo

En algunos tipos de cáncer de colon existe una predisposición genética. Con el fin de prevenir la aparición de tumores malignos en los familiares de enfermos, la Asociación de Gastroenterología (AEG) ha impulsado en 10 hospitales españoles la creación de Clínicas de Alto Riesgo.

Cerca de un tercio de los pacientes con cáncer colorrectal tienen antecedentes familiares de este tumor. Si se aplica este porcentaje al total de cánceres de colon que se detectan cada año, 25.000, "con este programa se beneficiarían unas 7.500 familias", explica Toni Castells, jefe del Servicio de Gastroenterología del hospital Clínic de Barcelona e investigador del CIBERehd.

"Se trata de un dispositivo para concentrar medidas de prevención e integrarlas en el sistema público", explica Juan Diego Morillas, gastroenterólogo del hospital 12 de Octubre de Madrid.

Serán los especialistas o los médicos de familia de los centros de atención primaria quienes deberán derivar a estas clínicas a las personas que respondan a estos colectivos de riesgo. Para ello, "se llevarán a cabo programas de formación específicos dirigidos a los médicos", explica Castells.

En estos centros especializados se contará con datos genéticos del tumor del familiar enfermo, que se compararán con los datos genéticos de los otros familiares obtenidos a través de análisis en sangre. En el caso de las personas que pertenecen a familias con cáncer colorrectal hereditario no polipósico, se buscarán mutaciones en los cuatro genes que pueden determinar la herencia. En el caso de presentar dichas mutaciones, el paciente deberá ser controlado. "Con esta medida se puede reducir en un 60% la mortalidad del cáncer colorrectal hereditario", afirma Castells.

En el Clínic de Barcelona ya se encuentra una unidad de prevención por la que han pasado 1.400 pacientes y familiares. Otras 1.352 personas han participado en un programa pionero dirigido a familiares de enfermos que se inició en el año 2005 en el hospital Clínico de San Carlos de Madrid y que incluye la práctica periódica de colonoscopias. Juan Andrés Ramírez Armengol, jefe del Servicio de Endoscopia de este centro, afirma que "se recomienda realizar colonoscopias a los familiares a una edad 10 años antes de la que tenía el pariente que había sufrido el cáncer".

En este nuevo programa de Clínicas de Alto Riesgo también entrarían las personas que han sufrido adenomas colorrectales de alto riesgo y quienes pertenecen a familias con poliposis.

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