_
_
_
_
_
NEUROCIENCIA

La inyección de células madre en ratones remedia su parálisis

Región amplia

Un equipo de científicos del hospital Johns Hopkins ha conseguido restablecer el movimiento de roedores afectados por una parálisis mediante la inyección de células madre en el fluido de la médula espinal de los animales. Los resultados de su estudio se presentaron la semana pasada en la reunión anual de la Sociedad de Neurociencia en Nueva Orleans (EE UU).Los investigadores introdujeron células madre en el fluido de la médula espinal de ratones y ratas paralizados por un virus animal que ataca específicamente a las neuronas motoras. Normalmente, los animales afectados por el virus Sindbis pierden permanentemente la capacidad de movimiento de sus miembros, porque se deterioran las neuronas que van desde la médula espinal hasta los músculos, y lo único que hacen es arrastrar sus patas y pezuñas. Sin embargo, el 50% de los roedores tratados con células madre consiguieron recuperar la capacidad de colocar sobre el suelo las plantas de una o ambas patas posteriores.

"Este estudio puede desembocar de forma más inmediata en la mejora de los tratamientos para pacientes afectados por enfermedades neuronales con parálisis del sistema motor como la esclerosis lateral amiotrófica (LAS) y otros desórdenes como la atrofia espinal motora (SMA)", comentó el investigador Jeffrey Rothstein. "En las mejores circunstancias de investigación", añadió, "las células madre se podrían utilizar en pruebas clínicas tempranas en un plazo de dos años".

"El estudio es significativo, porque supone uno de los primeros ejemplos en los que las células madre pueden restaurar la función sobre una amplia región del sistema nervioso central", afirmó el neurólogo Douglas Kerr, director del equipo. "Hasta ahora, la mayor parte de la utilización de las células madre se ha centrado en problemas como las lesiones por ataque cardiaco o la enfermedad de Parkinson, que afectan a un área reducida y concreta".No obstante, en el estudio sobre roedores, las células madre inyectadas emigraron a zonas ampliamente dañadas de la médula espinal. "Hay algo en la muerte celular que aparentemente supone un potente estímulo para la emigración de las células madre, comentó Kerr. "Si añadimos esas células a una rata o ratón normal, no hay nada que emigre a la médula espinal".

"Entre el 5% y el 7% de las células madre que emigraron a la médula espinal parecían diferenciarse en células nerviosas", explicó el doctor. "Expresaron marcadores neuronales maduros en sus superficies celulares. Ahora estamos trabajando para explicar cómo un número aparentemente tan pequeño de células nerviosas puede hacer una mejora relativamente tan grande en la función".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_