_
_
_
_
_

Más de la mitad de los niños hiperactivos sufren el trastorno también de adultos

Las personas con déficit de atención son catalogadas de despistadas y descorteses

Suelen hablar atropelladamente, sin apenas dejar intervenir a sus interlocutores. Parece que no escuchan y a menudo dejan a los demás con la palabra en la boca. Pierden repetidamente objetos de uso común (llaves, móvil, gafas) y olvidan citas y compromisos. Aplazan y aplazan el trabajo hasta que les pilla el toro. Por sus acciones pueden dar una falsa imagen de irresponsables y descorteses. Son personas despistadas, impuntuales, incumplidoras e inquietas, que con frecuencia sufren, sin saberlo, el trastorno de déficit de atención e hiperactividad, conocido como TDAH.

Este problema psiquiátrico, que siempre se manifiesta en la infancia, puede cronificarse en la edad adulta. Se estima que se cronifica entre el 50% y el 70% de los casos. No obstante, los síntomas del trastorno no son tan evidentes como en los niños, ya que suelen haberse suavizado con el tiempo mediante los procesos de educación y socialización.

El 52% de los niños con hiperactividad no tratada tiene problemas de toxicomanías

Todos los expertos coinciden en admitir que, salvo en los casos más graves, que generalmente se detectan en la etapa escolar, el síndrome de déficit de atención es una patología muy infradiagnosticada. Muchos de estos adultos han sido tildados de niños malos, traviesos, imposibles, que no paraban, que no había forma de conseguir que permanecieran tranquilos y tampoco rendían académicamente.

Es también frecuente que exista una co-morbilidad, es decir, la coincidencia con la hiperactividad de otros problemas, como ansiedad, baja autoestima, inadaptación al medio social y laboral, mayor riesgo de accidentes de tráfico y de fracaso en las relaciones de pareja. A veces su diagnóstico se confunde con trastornos de la personalidad y cuadros más graves como depresión o trastorno bipolar.

Todos estos aspectos fueron debatidos en la Primera Reunión Nacional sobre Hiperactividad y Trastornos Asociados, celebrada en el hospital General Yagüe de Burgos, en colaboración con el Instituto de Ciencias de la Salud de Castilla y León.

En este encuentro se presentaron diferentes estudios, la mayoría estadounidenses, de los que se concluye que el 52% de los niños con hiperactividad no tratada tienen problemas de toxicomanías y drogodependencias en la edad adulta y algunos de ellos podrían llegar a delinquir.

Según señaló Jesús de la Gándara, director de esta reunión y jefe de Psiquiatría del General Yagüe, las causas de la hiperactividad no están bien identificadas, aunque se invocan factores de predisposición genética, en los que estarían implicados varios sistemas de neurotransmisión cerebral. Estos sistemas presentan alteraciones que rompen el normal funcionamiento de la sinapsis o comunicación interneuronal.

Algunos estudios experimentales con técnicas de neuroimagen apuntan hacia esta teoría. Un trabajo publicado en 1998 en la revista médica The Journal of American Medical Association (JAMA) sugería que más del 80% de los casos se explicaban por razones genéticas. No obstante, otras investigaciones también revelan que, sobre todo en los casos menos severos, si existe un entorno familiar y social muy favorable, tal vez no se manifieste el trastorno y los beneficios ambientales prevalezcan sobre la vulnerabilidad genética.

"EL TDAH en adultos", dice De la Gándara, "sigue siendo bastante desconocido, puesto que hasta finales de los noventa o ya empezado el nuevo siglo no se ha empezado a estudiar seriamente su clínica, de ahí que esté tan infradiagnosticado y que muchos adultos, que lo son sin saberlo, parezcan sumamente despistados, catalogados como personas que no saben escuchar e incluso descorteses y problemáticas en sus relaciones personales y laborales".

Los síntomas del trastorno de hiperactividad no son tan evidentes en los adultos como en los niños.
Los síntomas del trastorno de hiperactividad no son tan evidentes en los adultos como en los niños.JOAN SÁNCHEZ

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_